Capitulo 20

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El puerto estaba repleto de personas que esperaban bajar muy pronto para por fin encontrarse con sus seres queridos. La mayoría de estas personas había participado en la guerra, como en ese momento aun no se terminaba, todavía habían soldados y personal médico que permanece en Francia.

Durante su viaje Candy encontro a una vieja amiga, Flamy Halminton. La cual al igual que ella regresaba a su país natal; la chica había enfermado de una tos terrible y debido a las condiciones en las que se encontraba no era muy propicio para que se recuperará, por lo cual tenía la posibilidad de morir.

Así que le dijeron que regresará, tenía todo el derecho debido a que había sido de gran ayuda durante su estancia en Francia. Las dos chicas se llevaron mucho mejor durante el tiempo que duró su viaje.

Candy tenía muchos pensamientos en su mente, quería llegar al puerto lo más pronto posible. Por fin llego el día y su despedida con Flamy fue muy conmovedora.

-Candy es hora de decir adiós... Aunque sigo sin entender la manera en como tu familia fue capaz de arriesgar tu vida-Dijo Flamy tomando con fuerza la falda de su vestido.

-Flamy yo... ¿Porque dices eso?- pregunto extrañada.

-Candy ¿quiere decir que no valió la pena entonces ofrecerme como enfermera militar en lugar tuyo?, si tu de todas formas irías a la guerra. ¿No fue suficiente con decidir que yo iría si tu de uno u otro modo enfrentarias esos horrores?-le dijo con lágrimas en los ojos.

-Yo... ¿Tu hiciste que?-Se sorprendió con lo que la morena le dijo.

-Si yo me ofrecí cuando observe que tu darías un paso al frente, incluso Mary Jane supo elegir entre tu y yo, de inmediato decidió que iría yo contal de salvar tu valiosa vida. Contal de protegerte, Candy sabes bien a lo que me refiero, nadie sería capaz de sacrificar tu vida o hacerte el más mínimo daño-respondió llorando.

-Flamy... Yo pensé que me odiabas- Confesó.

-Yo no te odio, solo mantengo distancia... No puedo odiar a alguien que siempre me alegro y alegraba el día con su carisma- contestó con una sonrisilla por la diversión del comentario que hizo la rubia-Bueno Candy quiero decirte que... hay que ser amigas, está es mi dirección, te veré pronto sabes siempre te he admirado, adiós- siguió mientras le extendía un papel con una dirección anotada al momento que se alejaba en un carruaje.

Candy tomo un tren rumbo a Chicago y después tomo un carruaje que la dejaría en frente de la mansión de los Andley. Bajo y se encontró con una empleada, le preguntó por Albert y la chica le dijo que quien la buscaba.

Después una persona masculina detrás de la joven preguntaba igualmente quien era la solicitante. Al escuchar Candy la voz del hombre su corazón salto de alegría, pensaba que jamás volvería a escuchar esa voz, lloraba de alegría, lo extrañaba tanto, así como lo quería desde el fondo de su corazón. El solo cuando escucho que ella decía un "yo" sintió como sus músculos se tensaban. Pensó que jamás volvería a escuchar esa melodiosa voz que todos habían dado por muerta, los dos jóvenes permanecieron así durante mucho tiempo, en un silencio prolongado y sereno, cuanto se extrañaban mutuamente.

Amor sin alas [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora