Albert estaba muy preocupado porque Candy no llegaba, y decidió llamar a Terry que le aseguro llorando que la joven no había asistido a la cita y que mañana al medio día partiría rumbo a Nueva York para estar al lado de su madre.
Albert estaba muy desconcertado por eso, e hizo que las personas a su servicio comenzarán a buscar a la chica. La cual estaba en el hospital hablando con el director que por supuesto no se negó con la decisión de la muchacha, ya que era la tercer enfermera de cinco que se necesitaban.
Le indicó que el buque directo a Francia partiría al día siguiente por lo que tenía muy poco tiempo para comunicar a sus seres queridos, pero ella no quería hacerlo porque sabía que se opondrían.
Después de muchos trámites se dirigió a su casa para descansar y hacer las maletas. Al entrar se encontró con un Albert muy preocupado que mantenía a sus trabajadores buscándola, pero lo primero que hizo es que se abalanzó a los brazos de su amigo mientras lloraba desconsoladamente.
Albert no sabía lo que pasaba pero se limitó a consolar con un silencio prolongado a su querida Candy. Después ella decidió hablar y decirle que lo quería mucho, como si fuera el hermano que ella jamás pudo tener. Para después retirarse a su habitación por petición del chico rubio.
Ya estando a solas comenzó a guardar suficiente ropa y artículos que posiblemente necesitaría durante su estancia en Francia. Cuando hubo terminado se dispuso a dormir, pero eso fue una misión casi imposible debido a todas las atormentantes pesadillas que no se fueron durante toda la noche.
Al despertar por las primeras horas del día, Candy decidió levantarse, se ducho y alistó para que pronto saliera rumbo a su destino. Cuando salió de su habitación con una maleta y una carta en la mano, eran las cinco de la mañana.
Stear se había despertado a esa hora porque iría a probar la avioneta que le vendió hace poco un hombre de avanzada edad. Escucho una puerta que se cerraba y poco después observó como Candy bajaba las escaleras, se alegro de verla ya que no había llegado temprano el día anterior.
Lo que no le alegro mucho fue que en su mano llevaba una maleta y una carta, se extraño mucho. Pensó que quizá salía de viaje a Chicago, pero de inmediato desecho esa idea, Candy no era de ese tipo de chicas así que era muy ilógico pensar eso.
Por lo que se limitó a espiar cada uno de sus movimientos hasta que desapareció saliendo por la puerta principal. Se apresuró a tomar la carta que la joven dejo en una mesita con una linda rosa blanca que adornaban el pequeño mueble.
Cuando terminó de leer sus ojos estaban abiertos de una manera exagerada, sus manos temblaban y sus pensamientos fueron aterradores. Todo lo que decía esa carta estaba muy claro, estaba muy asustado por lo que Candy hizo, se fue a la guerra. Lo único que hizo Stear fue gritar a su hermano y tío para que leyeran lo que la joven muchacha escribió antes de salir para dirigirse a Francia.
"Albert, Stear, Archie lamento mucho no despedirme cara a cara de ustedes pero... No tendría el valor para hacerlo, he comprendido que mi estancia aquí en América no es de gran ayuda. Se que hay personas que me quieren y yo las quiero pero... Mi lugar de felicidad no está aquí, también entiendo que el amor no nació para mi y por consiguiente la felicidad no la puedo encontrar al lado de un hombre. Pero si la puedo encontrar al salvar vidas, no aquí en un hospital muy pequeño y donde la ayuda abunda, que casi no hay casos de gravedad.. Sin en cambio en Francia todo es distinto... El mundo ahora vive situaciones espantosas de personas que se odian y luchan por conseguir territorios, incluso pueden matar, y causan dolor, por eso decidí ir a apoyar, espero me comprendan. No les dije nada de mis planes porque sabía se opondrían, estaré bien no se preocupen... Y si no... Siempre estará Dios conmigo, todo tiene un principio y un fin así que la vida forma parte de esa ley. Cuídense y díganle a Annie y Paty que las quiero y que estoy bien... Gracias por todo los quiere, Candy."
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Amor sin alas [Editando]
FanfictionSentimientos encontrados orillaran demasiadas cosas y actos que simplemente serán movidos por aquellos momentos de vulnerabilidad; provocando mucho más, haciendo creer distintas versiones sobre la única realidad. Un sólo mal momento llevará consigo...