PRIMER ARCO

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                                                                        CAPITULO 1


El sonido del papel siendo arrugado resonó por el desolado salón de clases, era el tercero en esa mañana, era una masoquista, lo sabía, pero no podía evitarlo, no podía evitar dibujar aquel rostro que perturbaba sus noches y que con su sola presencia causaba que su corazón vaya como un tren a punto de descarrilarse a tal punto de no poder articular una palabra decente, así de patética se ponía.

Salió del salón abrazando su carpeta de dibujos, casi no había alumnos en aquella institución. Tenia de la costumbre de quedarse una o media hora después de clases para poder dibujar con tranquilidad una vez el salón estuviera vacío, era como un ritual que cumplía fielmente, bueno lo mas que podía cumplirlo.

Atravesó la salida y mientras bajaba los escalones no espero ver al responsable de sus desveladas acompañando a la causante de las desveladas de él; porque no era novedad que Mario Dupain Cheng estuviera terriblemente enamorado de Adrianne Agreste. Apretó inconscientemente su carpeta contra su pecho al ver tal escena, su amor platónico tartamudeando frente a la rubia muchacha quien le miraba entre divertida y confundida por las cosas que mencionaba el pelinegro.

Termino de bajar los escalones y empezó a caminar rápidamente el dirección contraria a ellos, todo habría salido bien si no fuera por el llamado de su "rival".

 – ¡Hey Nathaly! – Se detuvo de manera abrupta y volteo tímidamente hacia el par.

La despampanante rubia levantaba el brazo en señal de saludo mientras le mostraba una gran sonrisa.

-¡Ah, hola Nathaly! – Casi le da un paro cardíaco al escucharlo llamarla por su nombre, sus mejillas se tiñeron automáticamente de un rojo intenso; seguro y podría hacer competencia con su cabello rojizo.

- ¡Ho-hola chicos! – hablo tímida levantando un poco su mano y meciéndola hacia los costados, él la observaba con una gran sonrisa. Nuestra pelirroja protagonista quería acercarse a ellos pero sus piernas no respondían, cuando al fin logro dar un paso una lujosa limusina apareció frente a ellos estacionándose, era el transporte de la rubia.

 – Hasta mañana Mario y gracias por acompañarme – la rubia le sonrió al muchacho.

– ¡Hasta mañana Nathaly! – agito nuevamente el brazo en su dirección, los ojos verdes de la Agreste dieron de lleno con los suyos.

 – ¡A-adiós!- no podía explicarlo pero la amigable rubia lograba intimidarla de vez en cuando.Observo a la limusina hasta que esta desapareció de su vista.

- ¿Nathaly vamos juntos?- dio un pequeño salto por el susto, se había olvidado momentáneamente de la presencia del pelinegro.

- ¿Co-como? – No logro escuchar lo que decía este, ¡o mejor dicho!, no quería hacerlo.

 – Que si podíamos ir juntos por el camino, al fin y cabo vivimos casi por la misma dirección – Y su respiración se corto al oír la palabra "juntos"; juntos, juntos, que bien se oía.

 - ¡No, digo si , di-digo porque no!- había metido la pata terriblemente, ahora encima de tomarla por rara la tomaría también por tartamuda, pero que culpa tenia de no poder articular bien palabras tan simple frente a él.

– Okey .... Pues vamos! – comento confundido empezando a caminar, Nathaly no metas la pata se comento internamente la pelirroja.

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Cualquier recomendación y criticas constructivas serán recibidas con mucho aprecio, si tengo errores ortográficos mil disculpas con sus vistas.

Masoquistas (Nathloe) -GB - Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora