Capitulo 5

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Se observaba frente al fino espejo, mientras acomodaba su cabello, alguien como él siempre tenía que verse perfecto.

-Ya estoy listo, vámonos Samuel – ordeno mientras salía de la habitación seguido de un apresurado pelinaranja que colgaba una cámara profesional del cuello.

-Solo me acompañaras en algunas fotos, para que vean que has trabajado, nada mas – dijo el rubio mientras entraban en el ascensor.

Descendieron a la primera planta y salieron del hotel – Colín que te parece si vamos a la torre Eiffel, te verías muy bien en ese lugar – sugirió el de lentes.

-Mmm,.... No es mala idea, la torre resaltara mi atractivo natural – se alago el rubio – Ahora no me interrumpas hasta que lleguemos – saco sus audífonos de su saco mostaza claro y se los coloco, remango el saco hasta los codos y se puso sus lentes de sol.


Se sentía como uno de esos agentes encubiertos de las películas Norteamérica y el gorro le daba un aspecto misterioso mientras tomaba fotos, había tomado muchas fotos de camino a la torre Eiffel.

Presionaba sin dudar a cada ángulo de la imponente torre, nada podría salir mal pensó hasta que choco alguien por andar ensimismada en la cámara.

-Yo lo si-siento mu-mucho – se disculpo avergonzada mientras trataba de proteger su rostro con su gorra.

-Oh no te preocupes pequeño – esa voz se le resultaba muy familiar alzo la mirada y se encontró con unos acaramelados y muy amables – Oh, perdón creí que se trataba de un niño – empezó a reír el muchacho, era su compañero de aula el activo Aly Cesaire, se disponía dar media vuelta culata y regresar por donde vino, pero el agarre de este se lo impidió – Espera, yo te he visto antes – la pelirroja tuvo ganas de responderle ¡en serio!¡no te lo puedo creer!¡llevamos tres años como compañeros y recién me reconoces!¡qué bueno es saber eso! , pero ella nunca diría eso, sabía que no resaltaba mucho que digamos.

-Déjame verte – dijo el muchacho quitando la gorra de su cabeza, dejando el descubierto su larga cabellera rojiza que cayó por su espalda.

– ¡Oh! Pero si eres la pequeña Nathaly – dijo el moreno como si hubiera descubierto la Atlántida.

La pelirroja arrebato la gorra de la mano del castaño, si se encontraba hay significaba que su azabache también.

-¡Aly! ¿Donde rayos te habías metido?, ¡tuve que recorrer toda la plaza buscando tu trasero! – esa voz ya la conocía hasta por gusto, Mario se acercaba corriendo hacia ellos, Nathaly se dio cuenta que el moreno aun sostenía su muñeca así que la aparto disimuladamente.

Nathaly! Que gusto verte ¿Qué haces por acá? – el azabache se acerco y revolvió sus cabellos rojizos ocasionando un enorme sonrojo y susto de parte de la muchacho.

-Y-yo... fo-fot-fotos.... Ca-cámara... ta-tare-a.... To-tom-ar – Balbuceo mirando los profundos ojos azules del chino-francés que la miraba confuso al igual que es moreno.

-¡Tomar fotos!- alzo la voz súbitamente, estos la miraron aun mas extrañados, hasta que el moreno intervino.

-¡Ya se! ¡Viniste a tomar fotos a este lugar para la tarea de arte! – declaro el castaño como si hubiera descubierto el secreto del siglo.

-S-si- confirmo sonrojada pelirroja apretando su cámara contra su pecho.

-En ese caso que tal si lo hacemos juntos – sugirió el azabache ocasionando un brillo en los ojitos de la muchacha.

-Claro, ¿quieres acompañarnos?- Propuso el moreno.

-Sí, se-seguro- le sonrió la muchachita, así comenzaron a seguir buscando los ángulos perfectos para sus tomas.


El pelinaranja corría detrás del rubio que posaba para la cámara en cada lugar que el quisiese, ya habían llegado a la torre Eiffel y había más gente de lo esperaban.

-Samuel tomemos una donde salgas, para que la maestra vea al menos que trabajaste – ordeno el ojiazul, inmediatamente cambiaron de puesto tomando la foto al pelinaranja.

-Suficiente, sigamos conmigo – el rubio caminaba sin ver por donde iba ocasionando que se tropezara con alguien, cayo estrepitosamente sobre el individuo, todo esto mientras Samuel tomaba fotos sin parar.

-¡Oye! ¡Qué demonios te sucede! – reclamo iracundamente, se cayó al esos grandes ojos celestes que lo miraban asustados, debajo de el yacía una temblorosa pelirroja, podía sentir su respiración agitada contra su rostro, se quedo inmóvil observando esos ojos asustados, hasta que sintió que la muchacha se empezó a mover como ratón asustando debajo de el, el rubio se levanto de inmediato.

-¿Qué te crees cabeza de tomate? ¡¿Quién crees que eres para meterte en mi camino?!- volvió a su faceta de superioridad mirando arrogantemente a la asustada muchacha.

-Eres tan patética que ni siquiera puedes levantarte solita- se burlo el rubio.

-¡Nathaly!- grito un azabache ayudando a levantarse a la ojiceleste.

-¿Qué paso?- exigió el moreno al ver a su compañera tirada en el suelo como si se tratara de un estropajo viejo.

-Tu tonta compañera me hizo tropezar- respondió enojado el ojiazul mientras sacudía su saco del polvo – deberían aprender a controlar a los de su especie- sugirió burlón.

-Discúlpate – ordeno el chino-francés desafiándolo con la mirada.

-Ha! Como si eso fuera a suceder – se dio media vuelta empezando a caminar, alejándose del grupo.

-¡He dicho que te-- fue callado abruptamente por la mano de la pelirroja que lo miraba suplicante.

-De-edejalo, no ti-tiene caso – le pido mirándolo directamente a los ojos, el no se pudo negar.

El rubio volteo la mirada hacia ellos, se estaban alejando, su mirada choco con la de la pelirroja que volteo rápidamente al igual que el – Patéticos – califico alejandose la plaza.

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Oshi!! por aca ya empieza lo bueno :3

Masoquistas (Nathloe) -GB - Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora