Capitulo 10

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Paso un poco de árnica encima de su herida cocida, para que esta no inflame, era mejor prevenir antes que lamentar, luego de eso cerro el frasquito y tomo su cepillo para el cabello, comenzó a peinarse rápidamente, su larga cabellera aun estaba húmeda, se la sacudió un poco y corrió al otro extremo de la habitación para tomar el gran cuadro envuelto cuidadosamente, Ay dolor, encima te pones a correr, se reclamo, camino hacia su espejo sosteniendo su trabajo, frunció el ceño levemente, acomodo su flequillo para que no se notara los puntos, presiono el único curita que tenía en la parte derecha del mentón, el resto eran pequeñas magulladuras.

Bajo las escaleras con cuidado aun le dolían los músculos de las piernas por el esfuerzo, se puso una chamarra azul, para que no se noten los moretones, aseguro, además afuera hacia frio, incluso se vio obligada a utilizar el "desagradable" saco del rubio, Aunque huele muy bien, admitió, negando rápidamente avergonzada de ella misma; tomo su maletincito y salió rumbo a la preparatoria.

Miraba aburrido el movimiento de los labios del profesor mientras hablaba, la presentación de su trabajo con Samuel ya había pasado, este ultimo salió en representación de los dos, el rubio levanto la mirada hacia el reloj que colgaba en lo alto de la pared, solo faltaba quince minutos para que terminaran el bloque con el maestro de artes, observo el papel que llevaba en las manos, era un documento del hospital, serviría como justificación por su ausencia, en realidad el ojiazul no tenía intención alguna de asistir ese día a clases, pero un especialista en cicatrices vino muy temprano a buscarlo para revisarle las heridas, le entrego unas cremas que debía aplicársela una vez las heridas cicatrizaran por completo, después de eso decidió ir a entregar su justificación, se tomaría el resto del día.

El timbre sonó dando aviso del término del primer bloque, los alumnos empezaron a conversar entre ellos, otros salieron al baño o simplemente se quedaron a comer algo dentro del aula.

-Ahora si Bourgeois acérquese- anuncio el profesor al rubio, este se puso de pie inmediatamente caminando hacia el escritorio donde se encontraba el mayor, puso el papel sobre la mesa ante la atenta mirada del maestro y algunos de sus compañero, eso incluida a un azabache y una ojiverde.

-Es mi justificación- dijo sin más, es hombre levanto el papel y empezó a leerlo, rubio solo se cruzo de brazos esperando al mayor, podía sentir las miradas en su persona, sabía que su aspecto llamaba la atención, primero eran la gasa que traía en la cara junto con las magulladuras y la segunda era su forma de vestir, no era el típico estilo que estaba acostumbrado a usar, pero hacia frio y además no quería que le vieran los moretones de los brazos, antes de salir opto ponerse unos jeans como caqui y una casaca negra, no quería arriesgarse a captar un resfriado.

-Entiendo- dijo el hombre terminando de leer- acompáñeme a la sala del director- el rubio alzo la ceja confuso, no estaba de humor para lidiar con más gente, solo quería largarse de una vez por todas y volver a su cómoda cama a seguir durmiendo.

La puerta se abrió nuevamente llamando la atención de los estudiantes otra vez, una pequeña pelirroja se encontraba en la entrada, estaba sosteniendo un gran cuadro, los estudiantes se quedaron viéndola curiosas, al fondo sus amigos se aliviaron al verla llegar.

-¿Pu-puedo pasar?- pregunto a su profesor, esta la quedo mirando incrédulo por las marcas que traía en el rostro, miro hacia el rubio que también observaba a la pelirroja, el rostro del maestro paso a uno confuso al ver que su alumna también tenía magulladuras en la cara al igual que el Bourgeois.

-Entre señorita Kurtzberg, están en el receso- la muchacho asintió y paso tímidamente tapando su rostro con el cuadro, camino y se posiciona al lado del incomodo rubio.

Masoquistas (Nathloe) -GB - Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora