Capitulo 6

3K 277 54
                                    


Contemplaba la tarde parisina desde su ventana, movía el peine desenredando su larga cabellera, encerrada en sus pensamientos, termino de cepillar su espesa cabellera rojiza y acudió al llamado del teléfono de su casa que en ese momento empezó a sonar.

-¿Aló?- contesto mientras jugaba con un mechón de su cabello.

-¡Hola princesa! ¿Como estas? Te llame en la mañana pero nadie me contesto – Una voz masculina y madura respondió del otro lado, los ojos de la muchacha se llenaron de felicidad al escucharlo.

-¡Papá!- exclamo emocionada – Que felicidad escucharte – empezó a caminar con el aparato por la casa, los beneficios de un teléfono inalámbrico.

-Si! Lo siento... yo salí a hacer unos trabajos de la escuela – explico recostándose en el amplio mueble de la casa.

-¿Así? ... y... tu novio te acompaño? – hablo picaronamente el hombre del otro lado.

-¡PAPÁ!- se levando de golpe ocasionando que cayera el suelo - ¡Auch! – Se quejo sobándose la cabeza – No di-digas esas co-cosas, sabes que no te-tengo pareja – reclamo haciendo pucheros al oír la risa de su progenitor.

-¿Qué paso mi bebe? Te golpeaste? – pregunto de manera burlona sabiendo ya la respuesta.

- E-eres cruel – se quejo infantil la pelirroja.

-Jajá, lo siento bebe, ¿Sabes que te amo mucho verdad? – pregunto poniendo seriedad en su voz.

-Si papá, yo también te amo,... cuando... regresas papito? – no quería que se formase un nudo en la garganta, no quería que la persona que siempre estuvo a su lado la oyera mal.

El hombre al otro lado de la línea guardo silencio por un momento, ella ya sabía cuál era la respuesta – No lo sé pequeña,... aun queda tres meses de contrato, pero, la cosas no van muy bien en la planta – la muchacha no dijo nada.

-Lo entiendo papá, ... no te pre-preocupes,... a-aquí todo esta bi-bien – respondió después de un momento con la voz entre cortada, era contadas las veces que podía ver a su padre desde que empezó a trabajar en una planta industrial en Estados Unidos, hace tres años.

-Mi pequeña, perdóname, no quiero hacerte infeliz, si tu deseas yo puedo renun-

-¡NO! – interrumpió abruptamente la ojiceleste, no quería ser egoísta con su padre, el se sacrifico mucho por conseguir ese trabajo, gracias a eso a ella no le falta nada y puede vivir en la casa que su padre compro con tanto esfuerzo.

-No es ne-necesario- tomo aire para poder hablar bien sin derrumbarse en el proceso – Esfuérzate papá, mu-muestra de lo que están hechos los Kurtzberg – Intento sonar lo más entusiasta posible, su padre se lo merecía.

- Gracias mi reina, no sabes cuánto significa para mi tus palabras, sabes, es más, dentro de dos meses tendré feriado por tres días, iré a verte y comeremos tantos Macarons hasta reventar – prometió animoso.

-Jeje, suena genial, te estaré esperando ansiosa – rio bajito limpiándose la lagrimas que amenazaban por salir, odiaba ser tan frágil, mas cuando se trataba de su padre.

-Claro princesa y así de paso me presentas a mi yerno, estoy ansioso de conocerlo! – molesto el hombre otra vez.

-Jeje papá ya te di-dije que no tengo pa-pareja- rio más calmada acostándose nuevamente el mueble.

-Lo sé pequeña, pero debes tener muchos admiradores, eres tan hermosa como lo era tu madre, y claro también heredaste mi belleza innata – se alago el hombre haciendo reír a su hija.

Masoquistas (Nathloe) -GB - Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora