El año final (SDLV #3)

6.- Consejos de hermana mayor

Después de pasar unas horas sentada en el pasto junto a Nate, sin decir una palabra, ya  me siento mejor y le agradezco a Nate por aceptar que lo único que quería en ese momento es mantenerme en silencio y pensar. Creo que nadie en esta vida me entiende de mejor manera que él. No me había dado cuenta antes, pero es verdad.

Sé que él y yo vamos a tener muchos problemas por habernos escapado del instituto, pero Nate y yo estamos acostumbrados a meternos en problemas. Siempre ha sido así, solo que normalmente Jake está junto a nosotros. Esta vez, somos solo los dos y siento que es lo correcto. Por alguna razón, el momento que pasé junto a Nate fue demasiado privado y la presencia de Jake lo habría arruinado.

Pasaron las horas y me dieron ganas de ir a casa, pero tampoco quiero estar sola y sé que allí lo estaré. Decido que lo mejor es ir a casa de mi prima. Mia debe estar aunque puede que sea una mala idea tomando en cuenta que en algún momento mi tía llegará y querrá explicaciones.

-¿Estás segura que es una buena idea que vayas a casa de tu tía?- pregunta Nate mientras caminamos a la parada del autobús.

-No se me ocurre donde más ir.

-Podrías ir a mi casa

-No quiero molestarte más, Nate. Además, ya te he metido en muchos problemas por hoy.

-Hey, yo fui el que te tiró un balde de pintura encima- ríe.

-Y yo fui la razón por la que te saltaste clases- replico.

Nate hace un gesto para quitarle importancia al asunto, pero ambos sabemos que es importante. Si nuestros padres se llegan a enterar... creo que podemos darnos por muertos.

El autobús llega y yo subo rápidamente, después de doy cuenta de que no me despedí de Nate así que doy media vuelta para hacerlo desde la ventana y me doy cuenta que él está detrás de mí con su sonrisa socarrona en la cara. Debe de conquistar a muchas mujeres con esa sonrisa, pero yo no soy tan tonta como para caer en los brazos del playboy.

-¿Qué haces aquí?- le digo y mantengo el ceño fruncido mientras lo veo- Tu casa es para el otro lado.

-¿Qué crees que hago?- dice como si fuera lo más obvio del mundo- Te acompaño a tu casa.

-Creo que soy lo suficientemente capaz de volver a mi casa sin un guardaespaldas y menos si el guardaespaldas es un playboy que se descuidaría apenas le pusieran a una chica linda frente a él.

-Muy graciosa- dice y yo río. Una de las cosas que más disfruto es molestar a la gente y más cuando sé que puedo molestarlos sin que se enojen- Te dejo en casa de Mia y me voy a mi casa. Lo juro.

Ruedo los ojos y asiento. No sé que le dio a este niño por ser el sobreprotector del grupo. Ese lugar suele ser de Jake. Bueno, las cosas cambian, ¿no? Ahora Nate es el sobreprotector y Jake es el playboy que se besa con una chica que conoce solo hace unos días.

Con Nate buscamos unos asientos y nos sentamos uno al lado del otro. Yo en el lado de la ventana y él por el pasillo. No decimos mucho, pero a veces los silencios son cómodos y más si estás con la persona correcta. 

Aprovecho para revisar mi teléfono. Lo había metido en mi mochila y cuando lo saco casi me da un ataque al corazón al ver todas las llamadas perdidas. Recupero el aliento cuando me doy cuenta que ninguna de las llamadas es de mi papá, mi mamá o mis tíos. 

No solo tengo muchas llamadas perdidas, sino que muchos mensajes también. Veinte llamadas perdidas, tres de Chris, cinco de Maxi, cinco de Cami y siete de Jake. No puedo evitar que mi corazón salte al ver que Jake se preocupa por mí de esa manera, pero después la imagen de él besándose con Kelsey vuelve a mi cabeza y lo único que siento es un poco de tristeza.