14.- Odio y Apagón

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A solo un mes y medio de terminar el primer semestre, con los chicos (y Abby) no tenemos nada planeado para nuestro proyecto del año final. Mi tía Maddie y sus extraños trabajos de su extraña asignatura a la que nadie le importa nos tiene un poco preocupados porque de todas formas influye en el reporte final y cuando termine el primer semestre tenemos que entregar un avance.

¿Cuál es nuestro avance? Ninguno, cero, ni hemos hablado de eso. ¡Yo creo que ni hemos pensado en eso hasta que mi tía lo mencionó en clases hace un par de días!

Ahora, viernes de noche, nos juntaremos en mi casa a planear algo o mínimo tener una idea de lo que queremos hacer para las futuras generaciones. 

¿Por qué hacemos esto en mi casa? Pues porque mis padres han estado todo el día en casa, lo cual ya es extraño, y quieren pasar tiempo con su hija pequeña antes de que se tengan que ir al hospital porque tienen turno de noche. Están tan emocionados de ver a mis amigos que hasta fueron a comprar pizza para la cena. 

Siento el auto cuando llegan y también escuchó la voz de mamá gritándole a papá porque seguramente éste la estaba molestando. Así son las cosas con ellos. A veces pareciera que papá nunca maduró, pero eso lo hace mucho más divertido. ¿Quién necesita madurar? Madurar es realmente deprimente.

-¡Hija!- escucho gritar a mamá cuando abre la puerta- ¡Mira a quienes son encontramos en el camino!

Enfoco a la gente que viene detrás de mamá y son todos mis amigos y Abby. Obviamente esta última tiene una cara de fastidio y estoy segura que verme hace que la expresión de odio en su cara se acentúe más. 

Sigo sin entender qué es lo que le hice, pero parece que voy a tener que aguantarme las ganas de gritarle porque tenemos que trabajar juntas en este proyecto para que las cosas funcionen. Y realmente quiero que las cosas funcionen.

Saludo a mis amigos hasta que llego a Max y Abby que están uno al lado del otro. Los saludo con la mano y salgo corriendo. Básicamente es lo que he hecho desde el beso con Max. No he podido hablarle ni le he respondido sus mensajes. Me siento realmente avergonzada y no entiendo porque.

Cami piensa que es porque me gustó el beso. Puede que tenga razón, pero aun así no estoy lista para el momento incómodo en que Max quiera hablar sobre el beso.

-Me alegra verlos juntos- dice mamá y después clava la mirada en mis amigos varones- La pubertad hizo un buen trabajo en ustedes, chicos.

Me golpeo la cabeza con mi mano mientras escucho las risas de los chicos. Puedo sentir como el ego de esos cuatro se eleva un poco más.

-Mamá, recuerdas que tienes esposo, ¿verdad?

-Si, Emma- dice mi papá volviendo de la cocina- Recuerdas que estamos casados y tenemos dos hijos, ¿verdad?

-Que exagerados- dice y yo río porque la habilidad que tiene mamá de decir lo primero que se le viene a la mente siempre me ha causado risa- Vamos, Josh. Sirvamos la pizza.

-A la orden su capitana- bromea papá.

Puede que mis padres no estén siempre conmigo, pero cuando lo están son los mejores papás del mundo.

Nos sentamos en el suelo, en círculo, y conversamos un poco. Abby se mantiene callada y mostrándome su cara de odio cada vez que siente que la estoy mirando. Parece que ahora me odia más que antes. No pensé que eso fuera posible. 

Mis padres nos traen la pizza y comenzamos a comer. Ellos se quedan en la sala escuchando nuestra conversación y comentando de vez en cuando. Así nos mantenemos al menos una hora.

-Esta bien, cállense todos- digo cuando ya he terminado mis tres rebanadas de pizza- Conversemos del maldito proyecto que nos dio mi hermosa tía Maddie.

El año final (SDLV #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora