–Yo... uhm... –retuerzo mis manos.
"Me topé con un chico arrogante con aspecto de vago que terminó encima de mí y me ofreció sexo por una noche. Luego me desmayé en sus brazos y me llevó al hospital y creo que me donó sangre porque casi muero, no estoy muy segura pero estoy bien y en la puerta, viva, eso es lo que cuenta ¿no?" Eso es lo único que se me pasó en la cabeza pero no iba a decir algo tan patético en voz alta. Tracé obsesivamente la distancia entre la puerta y mi habitación.
Estaba rezando a que Evan haya desaparecido, así mi mamá no lo haría pasar y le evitaría un interrogatorio y una conversación donde probablemente le dé mi mano y pongan fecha para la boda. A ella no le importaría si un muerto de hambre se apareciera en la puerta y le pidiera a su única hija matrimonio, al fin y al cabo ella quería ser abuela y que su hija encuentre marido. Esa era la gran preocupación de ella, Susanne no quería que su hija fuera solterona para toda la vida. Ella había asumido que me gustaban las mujeres, a pesar de que le haya prometido que no era así seguía insistiendo en que ya debía buscarme para mi "novio masculino". Mis casi veinte años me gritaban que me mudase pronto. Tener una madre que te pise los talones es preocupante.
Además Evan estaría contento en desposarme para luego, de dejarme embarazada, abandonarme por otra. Asumí que su comportamiento no era solo por mí, todo seductor y yo-lo-obtengo-todo, si no que por todas las mujeres que estaban a su alrededor.
En el momento más inoportuno el susodicho da un paso al frente, saliendo de la oscuridad. Los ojos consternados de mi madre cambian de dirección y comienzan a brillar en la noche. Ya no me observaba a mí, observaba a alguien detrás de mí.
–Buenas noches señora, mi nombre es Evan y quiero pedirle disculpas por devolverla tan tarde. –Sonó tan educado que hasta yo me lo creí.
–oh. No te preocupes por eso Evan. –Vuelve la mirada hacia mí, estrechando los ojos.
–¿Por qué no me dijiste que tenías una cita?
Quería reír histéricamente.
De todas las cosas del mundo que pudo haber preguntado, como por qué estaba con ese chico o quién era ese chico, tuvo que preguntar algo tan absurdo. Como si yo fuera capaz de salir con alguien así.
–Mamá, él no es mi cita. –El "No" Se podía decir más alto pero no más claro.
Entrecerró los ojos desconfiando de mí.
–Ella tiene razón no es mi cita, señora. – Suspiro de alivio, en algo teníamos que estar de acuerdo. –Es mi novia.
Vi la conmoción pasar por el rostro de mi madre reflejando la mía.
Abro mis ojos como platos.
Es en esos momentos de la vida, cuando las personas que más crees odiar dicen cosas que las hace más detestables de lo que ya son. El gran problema es que soy como un imán para esa clase de personas, personas que tienen tatuado en la frente con una clase de tinta invisible "problemas".
Aún aturdida me giré para verle a la cara, cara que estaba con una fascinante sonrisa tallada en el rostro.
Deslizó su mano en mi muñeca y entrelazó sus dedos con los míos. Algo traía entre ceja y ceja y estaba tentada a descubrirlo.
Apreté mi mandíbula. Se podía oír, en la silenciosa noche, como mis dientes protestaban por el fuerte contacto, apunto de romperse.
Lo que menos quería era que mi madre me viera armando un escándalo en el porche de la casa y que los vecinos salgan a presenciar a la única chica soltera del lugar gritando como una desquiciada.
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Prometo Fingir Amarte
RomanceTodo lo que puedo decir es que Evan Black es alguien con muchos misterios, a parte de ser un chico malo, con tatuajes en el pecho y la espalda; que lo dejan caliente, peligroso y prohibido. Pero no todo es perfecto, él tiene un pasado que ni su somb...