Evan profesional.

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Agarré dos pinceles, un rodillo y la pintura blanca que íbamos a usar. Conseguí diarios para no manchar el piso.

Él se puso a mi lado observando la pared como si fuera un objetivo, una meta que debía lograr.

– Espera, ya vuelvo.

Sin más me dirigí adentro. Busco mi laptop y mis parlantes. Al menos algo de música para mis oídos si iba a hacer esto.

Puse a reproducir mi biblioteca de música. Hace poco Laurence me pasó músicas y no las escuché todas.

Lo primero que sonó fue Back in Back de ACDC. Wuau.

Me encantaba el ruido de la guitarra eléctrica. Era estimulante. Miré a Evan y me dio una sonrisa de aprobación, obviamente le gustaba.

Sacudí mi cabeza al ritmo de la canción como toda una rocanrolera. Simulando tener una guitarra.

Fui directo al pincel y lo metí en la pintura. Pasé el cepillo por primera vez en la vieja pared trazando una primera línea, me aparté y contemple mi trabajo. Sonreí con aprobación. Una línea blanca en toda la gigante pared, resaltando que era único, me encantaba lo diferente.

Empecé a trazar líneas por toda la pared, era divertido. Evan solo miraba lo que yo hacía sin decir una palabra.

Huh, me gustaba este Evan callado.

La música cambió a una más actualizada.

Evan se acercó con un pincel, dudando de si arruinar lo que yo estaba haciendo. Asentí y solo posó su pincel con pintura blanca en la pared manteniéndolo inerte, analizando lo que iba a hacer. Negué con la cabeza y tomé su muñeca e hice círculos, estrellas y corazones con su mano, dejándome llevar por la música. Lo solté y él solo me sonrió.

Hubo veces en las que pensaba mucho antes de actuar en cosas simples, sin embargo la mayoría del tiempo parece consciente de lo que quiere hacer.

Seguí con mi divertido intento de pintar la pared. Había hecho lo mismo con las paredes de mi habitación, bailando y cantando. La música me animaba y esfumaba todo lo malo en mi interior.

Él paró de pintar y me miró. Había algo en sus ojos brillantes que no podía descifrar. Lo ignoré.

La música cambió a un rock N Roll antiguo. Elvis Presley sonaba en los altavoces al máximo.

Imposible quedarse quieta.

Me dejo llevar y empiezo a mover las caderas y a cantar.

Miro mis pies y los muevo de un lado a otro como toda una bailarina de Swing. Estas clases de bailes se baila de a dos.

Miro a Evan y me mira atento. Tomo su mano y lo estiro para que me dé una vuelta y luego dos, paso por debajo de su brazo haciendo que se dé vuelta. Muevo mis pies de adelante atrás y de vuelta. El solo permanece quieto, viéndome, observándome.

Divertida, le transmito con mis ojos un mensaje de lo que quiero hacer.

–ES EL FINAL, HAGAMOSLO. –Aclaro gritando por sobre la música.

Solo asiente entendiendo a lo que me refiero.

Pinceles olvidados, me alejo unos metros. Y corro a él. Me mira claramente divertido con todo el show. Esta vez no choco con él, no pierdo la conciencia y no estoy enojada. Porque no existe ese sentimiento cuando la música es vivaz.

Me atrapa por la cintura y me carga dándome una vuelta.

Levanto mi brazo y lo estiro con el final.

Prometo Fingir AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora