Trece - Grito (EDITADO)

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Lunes

Dos días después de que la policía se llevara a su padre, Brooke regresó al instituto Walcott. Las clases se retomaron pero el salón de Natan estaba totalmente clausurado. Se sentía raro volver a estar ahí, en tres semanas se graduarían y habían tantos pupitres vacíos que dolía. El vacío le revolvía las entrañas.

Cerró su casillero con fuerza. Un día antes su padre le había dicho que la policía lo había fichado como principal sospechoso de homicidio, pese a que él dijo que lo que había en la bolsa no eran más que palas y cosas viejas que solo iba a tirar. Y que era probable que lo desestimaran de su cargo, Brooke trató de sentir lastimas por él pero lo miró por un minuto y se regresó a su habitación sin decirle nada. Su padre había vuelto a beber.

No hay nada peor que tener un padre alcohólico y una madre trastornada.

Nicholas estaba apoyado en un casillero conjunto con la cabeza apoyada en este y mirándola.

- ¿Malas noticias?- Le preguntó mientras se apresuraba para seguirla.

- Hoy no estoy de humor para juegos, Nicholas.- Aludió ella caminando hacia la clase de psicología de Wallace.

- Lo siento, trato de afrontar la vida de otra manera. Mi terapeuta dice que es bueno tomar las cosas con humor.

- ¿Desde cuándo vas a terapia?- Se volvió ella hacia él. Sus manos se rozaron por un momento.

Nicholas no había estado en el subterráneo aquel día, pero de todas formas la había pasado mal en el hospital mientras se recuperaba.

- Desde que nuestras vidas cambiaron, ¿no crees?- Se metió primero al salón y allí estaba Jason esperándolos.

Brooke vió a Nick en el pupitre junto a la ventana y le otorgó una sonrisa antes de sentarse detrás de él. Ahora Nick era compañero de ellos, había tantas caras nuevas que era fácil destacar. Ellos eran los tres de Wilcott.

Todos los miraban, y ellos sabían eso.

- Somos noticia de primera plana.- Dijo Nicholas muy alto que todos dejaron de mirarlos.

Brooke se rió un poco y sacó sus libros. Había una foto pegada en la tapa del libro de psicología. La quitó antes de que alguien la viera.

Cuando la examinó vió que se trataba de su padre metiendo la bolsa en el maletero. Estaba cansada de ver eso.

Rompió la foto en pedazos y la lanzó al interior de su bolso.

- ¿Estás bien?- Jason que estaba sentado junto a ella se preocupó.

Ella asintió. Y entonces, todo parecía ir en cámara lenta: una irreconocible Natalie entraba. Vestía con unos leggins negros de cuero y muy apretados, acompañado por un top en v y una chaqueta rosa a lo Chanel. Tenía un estilo nuevo y un nuevo peinado. Las pecas de su rostro se desvanecieron mostrando una cara digna de revista.

- ¿Qué? ¿Me equivoqué de salón?- Inquirió ella llamando la atención.

Se sentó delante de todo y saludó a todos con la mano. Cuando clavó la vista en Brooke, dejó de ser simpática.

- Hola.- Le dijo.

- Hola, Natalie. Qué alegría verte.- Murmuró Brooke haciendo un gesto obsceno como que iba a vomitar.

Wallace llegó con un maletín. Se disculpó y comenzó a desmantelar todo.

Un deja vu comenzó a recorrerle la piel. Miró a través de la ventana, en el campus los chicos y chicas intercambiaban risas y palabras, algo que Brooke no sabía si volvería a recuperar. Había sobrevivido ¿pero a qué costo? Y la pesadilla no había acabado, eso era lo peor.

Scream: Final CutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora