Scream: Final Cut

Ocho - Daño colateral (EDITADO)

- ¿En qué piensas?- Sewart estaba apoyado en la isla comiéndose un sándwich de tomate y queso.

Brooke se detuvo y la cuchara cayó dentro del cuenco con leche y cereales.

Lo miró y por un momento le pareció ver a su propio padre, que en realidad no era padre de ella sino de él.

- La pesadilla acabó, pero de alguna forma sigo sin creerlo. Natan finalmente está tras las rejas, pero hay cosas que no me cierran.- Decretó ella jugando con sus manos sobre la mesa.

Sewart frunció el ceño y la miró de lado.

- ¿Sigues teniendo miedo?

- Tú no sabes todo lo que significa esto.

- Pues explícamelo.- Exigió cruzandose de brazos.

- No, tengo que hablar con papá y luego él me llevará a la estación para que la policía "simule" hacer su trabajo.- Ella hizo un énfasis en "simule" y salió de la cocina.

Él no le hizo caso y sacó su teléfono para chatear con alguien, aunque en su mirada se escondía algo más que el desinterés.

La oficina de Quinn estaba en el primer piso, a un lado de la entrada principal. Brooke golpeó y luego entró.

Un silencio se hizo presente hasta que Brooke se sentó frente a él. Su padre se la pasaba horas allí y a veces hasta se quedaba dormido.

- ¿Vas a llevarme?

- Sí, pero creo que tenemos que hablar primero.- Anunció este juntando las manos y poniéndose firme.

Ella largó un gran suspiro y se sentó. Cuando se vió las piernas media desnudas, apenas cubiertas por una falda negra de cuero; se recordó a ella misma en el Centro quemándose con las colillas de cigarro para apagarlo.

A veces Brooke sentía que la única forma de sanar era haciéndose más daño, pero el dolor nunca se desvanecía, sea cual sea el daño que se haga.

Nada podía borrarlo.

- Tú... ¿Lo sabías?

- ¿Que tu madre me engañó y que tú eres hija de esa mentira? Claro que sí, pero me llevó un tiempo enterarme.- Dijo y las palabras retumbaron en su mente.- Lamento decirlo así. Tú eres mi hija y la sangre no importa, no realmente. Yo te crié como pude e hice lo mejor que pude para que estés bien.

Pero ella estaba enfocada en el cuadro detrás de él en el que se encontraba su padre dándole la mano a Bill Clinton. Si lo miraba a los ojos iba a llorar y ya no podía parar.

- Toda mi vida es una mentira.

- Toda no.

- Aún así... ¿Qué pasó con la otra niña?- Inquirió Brooke secándose las lágrimas incluso antes de que brotaran de sus ojos.

Quinn frunció el ceño confundido y retrocedió como si lo hubiera insultado.

- ¿Cuál niña?

- Olvídalo, vámonos.- Ella se puso de pie de inmediato y caminó hacia la entrada.

- Tu madre no me dijo nada sobre una segunda niña, pero tu madre Brooke, lamento decirlo así... Es una mentirosa.- Afirmó caminando junto a ella.

Ambos salieron de la casa, y Brooke estaba muy tensa. Sewart los vió irse desde el interior, con una mirada curiosa.

~•~

Las palabras de Natan aún resonaban en su mente, como un martillo que golpea un cristal irrompible.

- Solo fuiste daño colateral.- Le había dicho sin ningún tipo de tapujos.

La mente maestra de todo se había revelado y Brooke sentía que finalmente se respiraba un nuevo aire. ¿Pero que había de lo que sucedía en Lakewood? ¿ Y qué hay de Emma Duval y Brandon James? Había mucho misterio oculto en las sombras.

Finalmente estacionaron frente al departamento de detectives en Seattle.

Alison McCullies estaría esperándolos dentro, dónde les había indicado esa misma mañana a través de un llamado teléfonico.

- Voy contigo.- Afirmó su padre atinando a salir de la puerta.

- Necesito hacer esto sola... Papá.- Lo detuvo ella saliendo del vehículo.

El chófer cerró la puerta rápidamente y ella solo pudo ver a su hija subiendo los peldaños hacia el interior del edificio.

Tras unas miradas cargadas de curiosidad y una caminata casi infinita, Brooke llegó finalmente a la oficina de Alison.

Pero el detective Aiden se interpuso en su camino y colocó la mano en el picaporte.

- Adelante, te estábamos esperando.- Y Brooke se ruborizó, porque creyó que estaría a solas con Alison, y la verdad es que confiaba más en ella que en él.

Aiden Huber era un tipo extraño, con una mirada penetrante y un cabello perfectamente cortado.

- Adelante, esta conversación será grabada. Puedes parar cuando quieras y puedes irte cuando lo desees.- Le avisó Alison cruzando una pierna sobre la otra desde el otro extremo de la mesa.

Aiden permaneció junto a ella escribiendo todo en un cuaderno.

Brooke comenzó a sentir escalofríos a medida que más se adueñaba de la verdad y la voz salía a la luz.

- ...y así fue como Natan finalmente estaba frente a mí. Así fue como él me reveló que era el padre de Samantha y que solo necesitaba acabar con Jason para darle un fin a todo. Y yo... solo era daño colateral.- Confesó muy dolida.

Los detectives intercambiaron una mirada y Brooke se acomodó en su asiento. Le sudaban las axilas y tenía ganas de irse.

- ¿Así que tú sabías de la identidad de Ghostface antes de esa noche?

- Debiste habernoslo contado.- Intervinó Aiden apretando los puños.

Toda esa gente que murió... La sangre le salpicaba a ella.

- No iban a atraparlo tan fácil, él...

- Nadie es invencible ni nadie es tan inteligente.- Volvió a intervenir Aiden y esta vez parecía decepcionado.

Pero Alison le clavó la mirada y eso bastó para callarlo y darle lugar a la culpa que habitaba en el vientre de la pequeña chica rubia que estaba frente a ellos.

- Yo... Quiero irme.- Se levantó abruptamente y caminó hacia la puerta.

- ¡Brooke!- Alison se levantó también y la llamó.

Ella se giró y se los quedó viendo, quedaba muy claro quien era el poli bueno y quién el malo.

- Ten cuidado.

- ¿Por qué?

- Ha aparecido otro cuerpo y creemos que alguien ha estado ayudando a Natan.- Reveló este muy preocupada por el bienestar de la chica.

Brooke tragó saliva y se abrazó a sí misma antes de salir.

De regreso al coche, levantó la cabeza y en la recepción una reportera bastante maquillada y lista para la ocasión (Katie Barrels) revelaba algo que dejaba a Brooke atónita.

El cuerpo hallado en el lago se trata de Samantha Waters.