[Saga Scream #1]
La historia transcurre en un pequeño pueblo de Seattle donde un asesino anda suelto luego de que un par de jovenes subieran a la web un vídeo hot de una de las adolescentes: Samantha.
Mientras tratan de descubrir el origen de esta m...
- ¡Tiene que ser una broma!- Espetó Brooke sacada de quicio.- Esto no puede estar pasando.
Aiden y Alison reaparecieron con miradas agrias, mientras a Brooke perdía la calma ante la revelación del hallazgo del cuerpo.
- No hay nada confirmado todavía, pero por ahora ve a tu casa Brooke.- Le dijo Aiden intentando alcanzar su brazo.
Ella se retiró hacia atrás y los miró a todos estupefacta.
- ¿De quién era el cuerpo que encontraron hoy? La víctima de Ghostface...
Y esta vez fue Alison quien habló.
- El ex oficial Michels... Fue asesinado en su propia casa.- Sentenció con una voz áspera.
Allí mismo, Brooke Maddox colapsó y todos tuvieron que ir a socorrerla.
Cuando despertó estaba en una cama de hospital, y el olor característico que había en este le entraba directo a las fosas nasales.
Apenas abrió los ojos se encontró con los de su padre.
- ¿Papá?
- Hija, nos diste un buen susto.- Le dijo este sosteniendo su mano y apretándola con fuerza.
La tele estaba apagada pero antes de despertarse había oído voces que provenían de esta, seguro su padre la había apagado para que ella no volviera a desmayarse.
- Michels... Está muerto.- Concluyó ella entre lágrimas.
Su padre la abrazó con todas sus fuerzas mientras alguien más ingresaba a la habitación.
Se trataba de Katie Barrels.
- ¿Qué hace ella aquí?- Intercambió una mirada con su padre y luego se acomodó en la cama.
- Me costó mucho llegar hasta aquí.- Soltó esta casi sin aliento acercándose hasta ella.
Brooke casi olvida lo mucho que detestaba a Katie Barrels, no solo por el hecho de que estaba obsesionada con su trabajo, sino porque era muy soberbia.
- Vine hasta aquí para darte la oportunidad de tener una nota conmigo. Única y exclusiva sobre lo que está sucediendo aquí en Wilcott.
- ¿Darme la oportunidad?- Replicó ella casi asqueada.
- Hay cosas que este pueblo necesita oír y tú eres la única persona que puede dar a conocer esas cosas.
Brooke miró a Quinn esperando una respuesta, pese a que ciertamente esta vez tenía cosas qué decir.
- Está bien, lo haré.- Se quitó las sábanas de encima y se puso sus zapatos. Aún debía darse un lavado de cara.
- ¿Tan fácil?- Inquirió Katie sacando su teléfono celular. Los guardias llegarían en cualquier momento.- Te veo abajo.
Cuando Barrels desapareció, Brooke fue a por su bolso y sacó otro mini bolso que era para darle un lavado de cara. Su aspecto era cada vez más descuidado.
El baño era lo suficientemente grande para darse aunque sea un lujo ante tanto caos.
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- ¿Estás segura de hacer esto?- Quinn no parecía muy convencido.
- Ya no estoy segura de nada, papá. Ni siquiera... Sé cómo hacer esto.
- Siempre terminas sorprendiendo a todos, hoy solo sé tú misma.- Le dió ánimos y se desvaneció.
Brooke se sentó en la cama y abrazó una almohada. Nunca antes se había sentido tan sola: Jason se había marchado, todos en los que confiaba estaban muertos o eran unos farsantes, ni siquiera su madre estaba ahí para decirle algo, ni sus amigos del Centro que no había vuelto a ver.
~•~
Llegó a la entrada del hospital donde una multitud se apilaba para esperarla. Había otros reporteros pero sus ojos se fijaron en los de Katie Barrels que parecía emocionada de verla.
- Pensé que te arrepentirías.- Le dijo en cuanto se sumó a ella.
Una sonrisa se dibujó en su rostro y llamó a su camarógrafo mientras ella le otorgaba el micrófono.
Brooke lo tomó y las palabras comenzaron a salir por sí solas, como si llevaran mucho tiempo guardadas en el interior.
- Bueno, no sé cómo empezar con esto.- Miró de reojo a su padre, que estaba más allá a lo lejos.- Yo solo quería tener una vida típica de adolescente, salir de fiesta, ir de compras con mis amigas, llegar tarde y borracha a casa, hablar de chicos atractivos... Y en su lugar, estoy viviendo una pesadilla. ¡Este pueblo está maldito! Todos mueren y todos tienen secretos.- Las lágrimas brotaron de sus ojos con furia.- No sé cuándo ni cómo acabará esto, pero de alguna manera la verdad saldrá a la luz de alguna manera y cuando lo haga... Por fin podré descansar en paz.
Le soltó el micrófono a Katie en la cara y antes de alejarse sentenció:
- ¿Quería una nota buena? Esto estará en todos los programas de televisión.
Todos comenzaron a sacar fotos mientras otros perseguían a Brooke, pero ella ya se había subido al auto del chófer personal de la familia.
Miró a través de la ventana como todos se apilaban alrededor del vehículo.
- ¿Estás lista?- Su padre apoyó su mano en la pierna de Brooke que no paraba de temblar.
- Sí, pero no iremos a casa.
- ¿Y adónde sino?
- Iremos a visitar a cierto profesor de Literatura.- Auguró mientras Quinn no preguntaba nada y solo daba las indicaciones al chófer.
