Capítulo 25 - Desenmascarada

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Maratón 4/5❤️

Salí cinco minutos antes de lo estipulado, y con April nos dirigimos frente a la vitrina del vestíbulo a la espera del rizado.

-Deberían agregarle color a estas paredes; este blanco es moribundo- acotó April, distrayendome de mis pensamientos.

-Lo sé- concordé- pero, ¿qué esperabas? Es la escuela.

-¡Por eso mismo!- objetó- al menos no sería tan depresivo. Pasamos horas metidos aquí.

-Buen punto- respondí, analizando sus palabras.

- Cuando sea diseñadora de interiores re-decoraré este lugar- anunció entornado los ojos.

-¿No ibas a estudiar diseño de modas?

-Si, pero haré un sacrificio por las futuras generaciones- afirmó, colocando una mano sobre su pecho.

-Que bondadosa- reí, recostando mi cuerpo contra la pared del corredor.

A lo lejos divise a Harry acercándose junto a Nate Wells. Su amigo reía a carcajadas, claramente mofándose de Harry, quien negaba con la cabeza aguantando la risa.

Parecía buen sujeto, bastante simpático diría yo.

-Allí vienen- advertí a April, quien rápidamente se posicionó a mi lado.

-Señoritas- saludó Nate, realizando un asentimiento de cabeza.

-¿Estás lista?- preguntó Harry, picoteando mis labios en modo de saludo.

-Lista.

-Bien, yo los dejo- dijo April, acomodándose su morral al hombro.

-Y yo voy tras de ti- exclamó Nate.

-Ten cuidado, ¿vale?- me rogó la castaña, envolviéndome en un cálido abrazo- llámame cuando termine.

-Vale- respondí- Te quiero A.

-Yo mas B- correspondió, alejándose de mi anatomía.

-Adiós Harry- saludó.

-Hablamos luego bro- saludó Nate, palmeando la espalda del castaño- cuídense- finalizó, para luego abandonar el Instituto tras mi mejor amiga.

El vestíbulo estaba casi vacío, a excepción de algunos estudiantes y del conserje, un señor de como sesenta años, muy simpático, que ha trabajado aquí desde siempre.

-Bien, ¿Vamos?- preguntó Harry observándome; me limité a asentir con la cabeza. Entrelazamos nuestras manos y comenzamos a andar hacia la salida.

Gracias a Dios, la lluvia había cesado, pero la humedad colapsaba el ambiente, causando que el aire estuviera pesado y agobiante. Llegamos hasta su preciosa Honda negra, donde Harry abrió la puerta para mí. Reí al notar como han cambiado las cosas; pasó de lanzarme sobre el asiento, a abrir la puerta caballerosamente.

Qué ironía.

Al subir, el aroma a su colonia me invadió; olía a él, y era una maravilla. El castaño se encontraba concentrado en el camino, maniobrando para salir del aparcamiento. Hasta maniobrando se veía perfecto, con el cabello alborotado y el ceño levemente fruncido.

-¿A dónde quieres ir?- preguntó, sacándome de mis pensamientos abruptamente.

-No tenemos mucho tiempo- advertí, observando la hora en mi móvil. Ya eran las cuatro de la tarde, por lo que solamente me quedaban dos horas para ir a lo de Brad.

-¿McDonald's?

-McDonald's- sonreí, observando como cambiábamos el rumbo hacia el restaurante más cercano.

Destined | h.s |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora