1- Lunes de incidente

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Sólo le bastaban veinte minutos para alistarse, no había mucho que hacer. Se colocaba el uniforme, se lavaba los dientes y recogía sus cosas.

A las 07:30 ya estaba de camino al colegio, a veces la llevaba su padre cuando no tenía otros "asuntos" de los cuales encargarse. Ser la única hija del gobernador conllevaba, también, tener una vida solitaria, almorzar, merendar y cenar sola, entre otras cosas. Pero obtenía a cambio, una casa lujosa, ropa cara aunque no le servía ya que no era de salir mucho, obligaciones impuestas por su padre como asistir a unas aburridas clases de piano, pues cosas inservibles. Extrañaba a su madre, toda su vida la extraño. Ella suponía que su introvertida personalidad se debía en parte a que creció sola.

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-Y amiga ¿que tal el finde?- Virginia esperaba sentada a su compañera de banco. Jazmín y Elena la acompañaban.

-Tranquilo- Carolina sólo se limitaba a responder. Es que era verdad se paso el fin de semana encerrada en su casa con algunas visitas de su tía y prima ya que su papá tuvo un "inesperado" viaje. Como siempre.

Después de esa pequeña conversación el timbre provocó que el resto de los alumnos ingresarán a sus aulas, para dar comienzo a una nueva jornada escolar.

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Carolina almorzo en casa de sus tíos y la verdad que no le parecía mal. Le gustaba pasar tiempo con una familia de verdad, no como la de ella. Además no tendría que caminar sola hasta el Instituto ya que su prima también iría.

La prima de Caro, Chiara, estudiaba canto en el mismo Instituto donde ella tomaba clases de piano. En teoría era así, pero en realidad las clases de piano las había abandonado hace bastante tiempo y el dinero que su padre le depositaba mensualmente era destinado a las clases de danza. Era su pequeño secreto, un secreto que compartía con su prima y un secreto que pondría furioso a su padre.

-Nos separamos aquí- indicó Chiara en la puerta del salón de Carolina- Nos vemos a la salida. No te olvides que cenas en casa eh- le recordó.

-No lo olvido. Suerte- se despidieron y cada una fue a comenzar sus actividades.

Unas horas después, mientras elongaba para retirarse sintió una mirada clavada en su nuca, la había estado sintiendo en toda la clases. Se volteó disimuladamente y observó a su alrededor. Una chica un poco más baja que ella se levantada del rincón en el que estaba sentada y ahora venía casi corriendo hacia ella.

-Tu neta que eres muy buena- siempre que le decían algo parecido se sonrojaba y sonreía.

-Gracias- siempre era tímida y reservada.

-Soy Karol y quiero unirme al grupo, ya sabes, los estuve observando y eres genial- como podía gesticular tanto para hablar. Parecía ser una chica amable.

-Bueno espero que para la próxima ya no observes y... bailes- Carolina trato de ser amable pero hablar no era lo suyo.

Oh claro que si!- estaba muy eufórica, le recordó tanto a su prima - No seré tan buena como tú pero lo intentaré eh- se rió. Tenía una risa contagiosa.

-Me tengo que ir. Nos vemos- se acordó que su prima la esperaría para ir a cenar.

-Si yo igual, hasta luego...-

-Carolina, soy Carolina-

-Bonito nombre Caro. Hasta luego- Caro salió del salón buscando su teléfono. Karol le agradó bastante, y como no hacerlo emanaba energía y alegría por su cuerpo, además ese acento tan gracioso la volvía aún más simpática.

Caminaba a la salida mientras le escribía un mensaje a Chiara y derepente... ¡Pum! Un fuerte golpe en su hombro la llevo al suelo. Su bolso y su teléfono se encontraban desaparramados y lo peor... sus amadas zapatillas de baile estaban hundidas en la tierra, justo abajo de las rosas del pequeño jardín del Instituto. Se apresuró a recogerlas, significaban mucho para ella.

-¿Porque no te fijas por donde caminas?- no podía creer lo que escuchaba. Se volteó y lo miro. Su expresión cambio de preocupada a asombrada. Era un chico muy lindo, se sonrojo de sólo pensarlo- Encima ni te disculpas- esas palabras esfumaron sus antiguos pensamientos y la enfurecieron como nunca.

-Vos discúlpate. Mira lo que hiciste- le mostró las zapatillas embarradas- Casi me sacas el hombro- su tono iba aumentando. Recogió sus cosas y volvió a mirarlo.

-No me voy a disculpar con cieguitas como vos- se acercó a ella y la desafío con la mirada. Todo esto sólo aumentaba la rabia de Carolina.

-Sos un...un...- casi susurraba, la timidez no la dejaba. Miro sus zapatillas y sólo eso bastó para que desapareciera- ¡Bruto!- le gritó y lo golpeó con las zapatillas, ensuciando la remera de el muchacho. Lo empujó a un costado y salió enfurecida del lugar.

-Que carita primita ¿Pasó algo?- no quería hablar del tema, no quería recordar el incidente con ese bruto que estropeó sus preciadas zapatillas.

-No pasó nada. Mejor vamos- comenzaron el camino hasta la casa de sus tíos. Aunque no quisiera no podía dejar de pensar en él.

Hola!!!

Bueno, mi primera novela Aguslina 😍 los amo fuerte! Son la pareja más linda que vi.

Espero que les guste y acepto siempre sugerencias...

Eres Lo Que Necesito | AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora