Capítulo 5:Un mejor amigo es el que te cuida cuando eres distraída.

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¡Sí! Genial, genial. Logré convencer a mi madre en ir una semana con Yoel a casa de su abuela. Esta vez no le permitiría el lujo de abandonarme nuevamente. Eso nunca más.

ーMe alegro muchísimo que estés aquí conmigo. ーYoel me agarra de la mano mientras me hala para caminar a su lado ー. Mi abuela estará muy contenta de verte.

ーY yo estoy muy ansiosa de volver a verla. ーLa última vez que la vi fue hace un año atrás ー¿Cómo está Fátima? ーPregunté por su prima.

ーDesde que ingresó a la universidad se mantuvo muy ocupada, es por eso que me pidió que vaya a cuidar de nuestra abuela hasta que se recupere. ーSuspiró encogiendose de hombros como si todo este asunto lo estresara. Nos detuvimos cerca de un paradero a esperar de un taxi ー. El hecho de que tú me acompañes en toda esta semana es verdaderamente un gran alivio. ーEntrelaza su mano con la mía ーNo eres la única que no puede dormir cuando no estoy a tu lado ¿sabes?

Tragué saliva.

Eso no lo sabía, entonces ¿él tampoco puede conciliar el sueño si no le doy el beso de las buenas noches?

ーNo pudes vivir sin mis besos de las buenas noches.ーDigo con tono divertido acostando mi cabeza sobre su hombro.

ーPues sí. ーLevanté la cabeza y ladeo en su dirección. Clavo mi vista en la de él.

ー¿De verdad?

ーSí. ¿Por qué te sorprendes tanto? ーFrunció el ceño.

ーPensé que lo estabas diciendo de broma. ーVuelvo a recostar mi cabeza sobre su hombro. ーEntonces sabes perfectamente como me siento en tu ausencia.

ーLo sé perfectamente.

Sonrío y lo abrazo por el brazo.

Mientras seguíamos esperando de un taxi, mis ojos se fijaron en un puesto de helados en la esquina de una avenida del otro lado de la calle.

ーVamos a comprar helados. ーLe sugiero a Yoel con emoción mientras me separo de él y suelto la manija de mi maleta que tenía en la mano derecha.

Me emocioné.

Lo sé, parezco una niña chiquita.

Voy corriendo cruzando la calle sin prestar atención en los lados.

ー¡Oye! ーLa sensual voz de mi mejor amigo se oía desesperado, más lo ignoréー¡Maldición! ーLo escuché y yo arrugué la frente desconcertada por su tono.

La bocina de un vehículo retumbó en mis tímpanos, aquel vehículo del cual estaba a unos segundos de atropellarme, ni siquiera tuve la oportunidad de dar un último suspiro o cerrar los párpados antes de morir. O al menos eso creí.

Mi cuerpo fue brutalmente empujado por mi espalda a varios metros fuera de la autopista...

¿Estoy... muerta?

Me encontraba boca abajo, mi rostro besando la vereda del otro lado de la calle y un gran peso sobre mi espalda impedía que pudiera respirar o levantarme.

ー¿Amore?

Escucho la voz en un susurro de mi mejor amigo sobre mi cuello.

ーOye ¿estás loca? ーMe gritó alterado y levantándose de encima de mí. ー¡Eres una estúpida, sabes!

Auch, hasta en ese momento me di cuenta de algunos dolores, como por ejemplo, un dolor en mi rostro.

ー¿Oigan están bien? ーDice un señor con voz gruesa bastante preocupado.

ーLlamen a una ambulancia.

ー¡Oh por Dios!

ー¿Están muertos?

ーNo, no están muertos, míralos, se mueven.

ー¿Qué le ocurre a esa chica para salir corriendo en medio de la autopista?

ーSi no fuera por el chico, ella estaría muerta.

Escucho los comentarios de las personas que se acercaban.

Me incorporo lentamente para luego ser rodeada desesperadamente por unos brazos por detrás de mi espalda.

ーTonta, ¿qué hubiera ocurrido si ese vehículo te arrebataba la vida? Eres una despistada. ーMe regañó con furia en su tono de voz, pero su expresión delataba angustia que le provocó mi distracción.

Cuando por fin pude captar lo sucedido, entendí.

Once palabras: Casi fui atropellada pero si no fuera por Yoel, estaría muerta.

Él me salvó la vida reaccionando de una manera inmediata.

¡Mejores Amigos! ||Parte 1|| ||Finalizado||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora