El timbre de la casa estaba sonando con insistencia hasta el punto de traumar a mi pobre cerebro con el ruido, yo estaba lúcida de aquello, pero mi cuerpo no respondía a causa del cansancio a lo que perdí la noción del tiempo, e igual seguí ignorandolo, acomodandome entre mi almohada para seguir durmiendo, o al menos lo intenté.
Fue imposible con aquel sonido aturdiendo mi cabeza.
ーEsto no me puede estar pasando otra vez.
Abrí un párpado y lo dirigí hacia el reloj que estaba en la mesita de noche.
La hora marcaba 7:29 am.
No puede ser. Ya debo levantarme para ir al trabajo. Me decepcioné de la hora, pareció que transcurrió tan rápido que no me dejó descansar lo suficiente.
Cuando el reloj marcó en treinta, sonó la alarma, lo desactivé rápidamente, y furiosa me incorporé de mi cómodo colchón sintiendo pesadez por cada rincón de mis huesos.
Los hombros me dolían más que nada.
ー¡Cuántas veces le dije que no lo volviera a hacer! ーme tallé los ojos y bostecé.
Aunque esto ya no debería de sorprenderme del todo, pero sí me nace un terrible coraje.
Decidí que era mejor ponerme de pie e ir a abrirle la maldita puerta principal, no quiero que vuelva a interrumpirme como la noche anterior cuando entró por mi ventana y me derramó un vaso de agua helada por no abrirle.
Ese día supe que era más conveniente no relegar de su existencia, las consecuencias eran peores para mí. No se trata de sentir miedo, sino prefiero ahorrar introducirme en problemas innecesarios con él, y más cuando mi madre no está en casa.
ー¡Será idiota!
Perezosamente caminé arrastrando los pies hasta llegar a la planta baja, e instantes después abrí la estúpida puerta de manera abrupta que, fue estrellado contra la pared.
ーLo haces a propósito ¿cierto? ーle dije cruzandome de brazos con una expresión de pocos amigos, mis enojados ojos estaban clavados con lo de él.
Nuestras miradas chocaron con cierta ira.
En otras palabras, estoy con un pésimo humor.
ーCómo crees eso, muñeca ーesa cínica sonrisa que se dibujó en sus labios dice completamente lo contrario a su respuesta.
Él dio un paso quedando bajo el umbral.
Su estúpida presencia me causa cáncer en los ojos.
ーVete a la mierda, Dylan ーestiré la mano agarrando la perilla de la puerta para luego cerrarlo con fuerza por su rostro.
Lo atajó con la mano e ingresó cerrandolo delicadamente.
ー¿Acaso estás con la menstruación y por esa razón estás con ese temperamento? ーlo escuché sarcasticamente detrás de mí aumentando más mi malhumor.
ー¡Qué te importa! ーrespondí con altanería volviendo a dirigirme a mi habitación.
Lo malo es que le atinó.
¿Quién es Dylan? Mi insoportable y estúpido hermanastro. Ni siquiera quería llamarlo de esa manera, de hecho para mí sería un desconocido que se integró a la familia por culpa de la pareja de mi madre. Y en estos momentos se encontraba viviendo en mi casa haciéndome la vida imposible como solía hacerlo años atrás. Desde que mi madre volvió a concubinarse he tenido que pasar momentos horribles a causa de Dylan, siempre buscó sacarme de mis casillas. Y desde que volvió después de tres años sentí que me hundía nuevamente a la desesperación, peor todavía sin Yoel en estos momentos de mi vida.
No sé nada de él desde hace tres largas semanas, me ha abandonado a mi suerte.
Me han sucedido tantas cosas en estos veintidós días, primero la llegada de Dylan justo en el día que vi a Yoel por última vez, la desaparición de éste, doble o triple turno en el trabajo, y lo más interesante; Nathan y yo estamos saliendo más seguido.
No como novios, más bien como amigos.
Aunque estoy exagerando, sólo salimos dos veces, pero intercambiamos números, y desde entonces hemos mensajeado sin parar. Me ha animado mucho, es más, él es tan buen oyente de mis inquietudes y quejas que le hice saber sobre la manía que tengo mi tonto y mejor amigo. Él me calmó con sus sensuales audios de buenas noches, e inclusive me ha mandado al final de la nota de voz un sexy beso diciendo que se encargaría de darmelo en vez de Yoel por falta de su inexplicable abandono.
Sé que Yoel es irremplazable, a pesar de ello no puedo evitar sentirme tan emocionada por el lindo gesto de Nathan, hasta siento mariposas en el estómago, pero eso no cambia el hecho de seguir extrañando como nunca a mi mejor amigo.
Mi vida sin él no tiene sentido, Yoel es como mi otra mitad, mi complemento, ni siquiera Nathan puede llenar ese vacío en mi interior. No puedo entender por qué no se despidió de mí, ¿acaso ya no soy importante para él?
ーMelissa, ¿te llevo al trabajo? ーdesperté de mis pensamientos al oír a Dylan.
No caeré en su jueguito.
ーNo, gracias.
Veintitrés minutos después me encontré caminando en dirección al trabajo con el celular en la mano leyendo un nuevo mensaje que me llegó.
Nathan <3
Buenos días, Melissa. ¿Cómo amaneciste? Te deseo un bello día.
Sonreí de oreja a oreja, y suspiré embobadamente.
Al menos le tengo a él.
Buenos días, Nathan. Yo estoy bien, ¿y tú?, y gracias, igualmente para ti <3 Estoy de camino al trabajo.
Dudé si enviarle el dibujo de corazón, me quedé mirando la pantalla por unos largos segundos hasta que preferí borrarlo, y enviar solamente aquella oración.
Guardé el móvil en mi bolso, y apresuré mi paso.
Veinte minutos después llegué al local de la cafetería y lo que me esperó dentro fue la mejor alegría de mi vida. No, era una mezcla de mucho remordimiento, tristeza, felicidad y emoción, no supe a cuál de todos dejar que me domine para expresar lo que sentí en ese instante.
Yoel estaba sentado frente a la mesa a unos metros de distancia de la puerta tomándose una taza de café.
Cuando por fin me vizualizó nuestras miradas se encontraron después tanto tiempo.
Él me sonrió.
¿Es una ilusión?
Al cerciorarme que no se trataba de una imaginación que pensé que provocó mi mente; mantuve una serenidad en mi semblante. Mordí fuertemente el labio inferior para contener esa extraña sensación que se sacudió en mi interior.
¿Quién se creía para esbozar sus labios en esa radiante sonrisa después de haberme abandonado por tres semanas? ¿Acaso no está consciente de lo que ocasionó?
Se puso de pie indicándome con el dedo índice que me acercara a él, entonces avancé dudosa y temblorosamente, en el proceso apreté los puños hundiendo mis uñas contra mi piel, un nudo se presentó en medio de mi garganta advirtiendome que prontamente dejaría escapar a unas furiosas lágrimas lleno de coraje, sólo tenía ganas de golpearlo y hacerle saber que por su culpa estuve destrozada y devastada por su incomprensible desaparición.
Nunca me detuve a pensar qué le diría a la hora de volver a encontrarlo, sólo quería verlo nuevamente, abrazarlo y nunca soltarlo, sin embargo ahora que lo tengo a un paso de mí, mirándolo directamente a los ojos lo único que deseo es golpearlo.
ーMelissa, ¿me extrañaste?
Escuchar su hermosa voz me calmó por completo transformando toda la ira que tenía dentro en una inmensa felicidad.
Mi medicina era algo tan simple.
ーTe odio ーpronuncié en un hilo de voz, acto seguido me impulsé a rodear mis brazos sobre él dedicandole un fuerte abrazo, y continuamente me desahogué en su pecho ーaunque también te amo.
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¡Mejores Amigos! ||Parte 1|| ||Finalizado||
Short StoryーOye amore, tengamos sexo ーme dice mi mejor amigo. Escupo el jugo de naranja que me estaba bebiendo en ese momento salpicandolo por su rostro. || || || || || || || || || || || || Dos inseparables mejores amigos te...