El partido empezó de buena manera, ¿qué digo? De excelente manera. Nunca imaginé que Nathan tendría un gran potencial con este deporte y me temo decir que está por encima de Yoel.
En treinta segundos del primer tiempo el balón ingresó en el arco del equipo contrario.
Sí, increíble.
El estadio estalló con el nombre de Nathan, mayormente por mujeres. Yo incluída.
Observé a Yoel festejando y lanzándose sobre el goleador número 10.
También quisiera unirme a ellos.
Un minuto y treinta segundos después Yoel metió el segundo gol. No recuerdo cuándo fue la última vez que grité a todo pulmón casi desgarrando mi garganta por la emoción. Mi mejor amigo esquivó a sus compañeros de no ser aplastados con fuertes abrazos con el único propósito de acercarse en mi dirección, levantar su camiseta del cual debajo tenía otro de un color blanco teniendo escrito mi nombre en la tela. ¿Qué?
Debo decir que jamás esperé una sorpresa así.
Mi corazón brincó de más emoción.
Movió sus labios sin pronunciar la palabra pero sí pude entender perfectamente lo siguiente:
ーTe amo ーfue lo que dijo.
Aprieto mis labios conteniendo en no soltar algunas que otras lágrimas de felicidad pero fue inevitable no hacerlo, la emoción es grande.
¡También te amo Yoel!
El partido siguió y también los goles de Yoel, y ni mencionar a Nathan, ambos parecían competir divertidamente quién de los dos metía más goles.
En los últimos minutos del primer tiempo un pequeño incidente provocó una diminuta pausa en el juego, Yoel había brincado con el objetivo de cabecear el balón en dirección contraria de su portería buscando proteger su arco cuando un jugador lanzó un saque de esquina. Mi mejor amigo en su vano intento recibió un empujón de un jugador contrario ocasionando que Yoel se impactara al césped.
Estoy segura que ese maldito lo hizo a propósito.
Tardé un segundo antes de reaccionar y alterarme, esperando con desesperación a que Yoel se pusiera nuevamente de pie como si no hubiera sucedido absolutamente nada, sin embargo no ocurrió.
No pensé dos veces... De hecho no había tiempo de pensar. Ordené a mis pies que se adentren al campo de fútbol sin importarme de las consecuencias, adelantandome a toda prisa delante de los paramédicos.
Hacer esto está prohibido.
ーAmore ーllegué junto a él echando mi cuerpo al césped y apartando suavemente a Nathan a un lado, me coloqué al costado de Yoel ー. ¿Estás bien?
Lo sujeté de las mejillas buscando algún indicio de cualquier posible herida hecha en su rostro.
Nada.
Es un alivio.
¿Pero por qué no abre los párpados? Mi corazón latía con miedo.
ー¿Yoel? ーlo sacudo delicadamente ー. ¡Háblame!
No contestó.
ー¡Yoel! ーestoy a punto de explotar en un llanto.
Si algo malo le ocurre moriré de depresión.
ーMelissa ーlo escuché ー. Sabía que vendrías ーme guiñó el ojo.
Espera... ¿Qué?
¿Es una actuación?
Extendió su mano en mi nuca y me jaló hasta su rostro para obsequiarme un beso en la frente.
ーTe Amo, gracias por preocuparte aunque fue una mera actuación de mi parte.
¡Lo sabía! ¡Yoel maldito!
Sonreí.
¿Acaso no debería sentirme molesta por una broma como esta? No, no puedo enfadarme con él. Después de todo Yoel es una cajita llena de sorpresas.
ーTonto ーlo abracé.
Nuevamente me encontré dentro de aquella burbuja aunque segundos después el abucheo del público ーmujeresー interrumpió ese momento.
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¡Mejores Amigos! ||Parte 1|| ||Finalizado||
Short StoryーOye amore, tengamos sexo ーme dice mi mejor amigo. Escupo el jugo de naranja que me estaba bebiendo en ese momento salpicandolo por su rostro. || || || || || || || || || || || || Dos inseparables mejores amigos te...
