CAPÍTULO 37

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Cuando terminamos de instalarnos, Bruce y yo nos dejamos caer sobre la enorme cama que había en la habitación. Ya estaba anocheciendo, podía verlo a través de la puerta de cristal que daba hacia el pequeño balcón. Me sentía un poco cansada, quería dormir pero en definitiva no lo haría, seria una verdadera ofensa no disfrutar de este precioso lugar al lado del hombre al que amo. 

- Demonos una ducha - Dijo Bruce sacandome de mis pensamientos 

Trague saliva, sabia perfectamente como terminaban aquellas duchas juntos. Mi sangre hirvió y por el brillo que irradiaron sus ojos, me di cuenta que la de él también. 

- Andando - Sonreí de lado y pase de largo para que él me siguiera 

El baño era muy bonito y espacioso, la tina era grande, podían caber al menos 4 personas. El acabado era precioso, las paredes parecían ser de cristal y el piso era de mármol. La regadera estaba al otro lado de la tina, esta estaba rodeada por unas puertas de cristal transparente. Perfecto, todo esto era perfecto. 

Bruce me tomó de la cintura y me giró hacia él. Beso mis labios con desesperación, hasta dejarlos un poco hinchados. Deseaba que me tomara ahora mismo, mi cuerpo lo deseaba con desesperación. Me despojó de mi ropa en tan solo un par de segundos, dejándome completamente expuesta a él.

- Eres hermosa - Observó detenidamente cada parte de mi cuerpo

Sentí mis mejillas arder y baje un poco la mirada. Bruce me hizo mirarlo y volvió a besar mis labios desesperadamente. Esto era demasiado para mi, quería tenerlo ya, así que también despoje la ropa de su cuerpo y bese su cuello suave y lentamente.

Entramos a la tina y lavó mi cuerpo de una forma tan sensual, que solo me hacia sentir que iba a explotar. hice lo mismo con él y sin poder resistirlo mas, me sacó del agua en brazos y me recostó sobre la cama para luego subirse sobre mi cuerpo, sin dejarme caer todo su peso. Su mano acarició mi abdomen y de ahí la deslizo llegar a mi parte intima. Gemí. Sus manos hacían maravillas con mi cuerpo. Mis piernas temblaban y mis manos se enterraban en las sabanas. Subió nuevamente sobre mi cuerpo y sentí su miembro rozar mi zona intima para luego embestirme, suave, lento. 

- Eres mía - Gruñó 

- Tuya - Dije entre gemidos 

Llevo mis manos por encima de mi cabeza y comenzó a embestirme mas rápido y fuerte. Ambos gemíamos sobre nuestras bocas y pronunciábamos el nombre del otro. Estábamos a punto de llegar, nuestros cuerpos ardían de placer y nuestras bocas lo confirmaban. Ya no podíamos mas y llegamos juntos a ese extremo placer que hacia estallar nuestros cuerpos y a la vez nuestros corazones. 

Bruce se dejo caer al lado mio y yo me acomodé sobre su pecho mientras sus manos rodeaban mi cintura. 

- ¿Sabes que te amo? - Preguntó Bruce en un susurró

- Si - Sonreí mientras acariciaba su cabello .- Bruce - Susurré luego de unos segundos 

- ¿Si? - Bajó la mirada para verme a los ojos 

- Abrázame y nunca me dejes ir - Pedí con la  voz quebrada, el tan solo pensarlo me partía el corazón a la mitad 

- Yo nunca te dejaré ir, eres mía y yo soy tuyo - Beso mis labios y me pegó mas a su cuerpo

Sonreí al escuchar eso, había tanta seguridad en sus palabras que jamas dudaría de él. 

Cerré mis ojos y me quedé profundamente dormida, sin saber en que momento lo hice. 

................

Desperté debido a que un olor a comida inundó mis fosas nasales, sea lo que sea, olía delicioso. Busqué a Bruce con mi mano y él ya no estaba en la cama, ahora entendía quien había provocado ese delicioso olor. 

MI ÁNGEL OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora