CAPÍTULO 8

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Ya tenía un buen rato que había llegado a casa, mi tio había regresado a la empresa no sin antes decirme que regresaría más tarde. Bruce me preparó el desayuno mientras yo me encontraba recostada en la cama, aunque ya me sentía un poco mejor no podía evitar sentirme decaída, necesitaba hacer algo, no podía dejar pasar por alto la muerte de mis padres, eso jamás.

- Listo princesa - Dijo mientras colocaba la charola sobre mis piernas

- Gracias ángel - Sonreí

Bruce se quedó un poco sorprendido y pensé que había dicho algo mal.

- ¿Que pasa? - Pregunté al ver su reacción

- ¿Porque me dijiste así? - preguntó

- porque eres mi ángel, desde que te conocí siempre has cuidado de mi, pero si te molesta, disculpame no lo volveré hacer - Mire hacia otro lado, me sentía apenada y avergonzada

Bruce sonrió tiernamente y con delicadeza tomó mi rostro entre sus manos.

- Me encanta, me sorprendi porque fue hermoso que me llamaras de esa manera - Sonrió tiernamente

- Desde hoy así te dire.... Ángel - Sonreí

Después de desayunar me meti a la ducha, Bruce ya había quitado el mueble que había atravesado en la puerta de mi balcón, que ahora era nuestro balcón.

Cuando salí de bañarme me envolví en la toalla y me dispuse a buscar la ropa que me podría hoy pero antes de vestirme decidí salir al balcón, aún estando en toalla pero eso no importaba, nadie me estaba viendo, esta zona era privada.

Sentí el aire fresco rozar mi rostro, me agradaba el olor a pasto fresco, me gustaba ver las flores, plantas, rosas y todo lo que había alrededor del bosque, incluyendo a los animales. Toda esta ciudad era fría o fresca, el sol salía sólo un par de horas al día y de ahí un par de enormes nubes grises lo tapaban, esto pasaba todo el tiempo pero me encantaba, nunca me había gustado el calor, me gustaba esta sensación de frío que erizaba mi piel. Cerre los ojos un momento dejando venir a mi mente un par de recuerdos de mis padres, unas cuantas lágrimas resbalan por mis mejillas al recordar maravillosas cosas, aún no podía creer que realmente ellos hayan muerto asesinados...dios...mis padres siempre habían sido grandiosos con todo el mundo, no entendía ni comprendía quien había sido el desgraciado de tal aterradora cosa. En toda mi vida siempre había sido una mujer fuerte e independiente, una mujer que siempre tomaba buenas decisiones y pensaba las cosas con claridad para nunca hacerle daño a nadie, mis padres siempre me enseñaron a hacer las cosas con amor y siempre hacer lo que deseaba mi corazón, mi padre me dijo un día que no importaba lo que pasará alrededor del mundo, yo siempre debería ser fuerte y afrontar cualquier situación, él me decía que no importaba que tan grabe fuera el problema, él siempre estaría ahí para mi, ellos siempre estarían para mi aún así el mundo se cayera a pedazos., pero ahora era diferente, no encontraba esa fuerza, esas ganas de seguir luchando, no encontraba casi nada que valiera la pena en excepción de Bruce y mi tio, ellos eran todo lo que yo tenía ahora.

- Alissa - La suave voz de Bruce me hizo girar

- Lo siento - Dije secando mis lágrimas
Bruce se acercó rápidamente a mi y me envolvio en sus brazos, por un momento olvide que estaba en toalla.

- Tranquila amor - Me apretó contra su pecho

Trate de tranquilizarme y cuando finalmente lo logre, le pedí que se volteara un momento para poder ponerme mi ropa. Bruce se acosto en la cama boca abajo para que pudiera vestirme "a gusto".

Decidí ponerme un short corto de licra que llegaba unos 3 centímetros abajo de mis glúteos y una ombliguera, no tenía pensando salir así que necesitaba algo cómodo.

- listo, puedes voltear - Sonreí mientras cepillaba mi cabello

Los ojos de Bruce me miraron diferente, un brillo jamás visto en algún otro ser humano se colocó en ellos, me sentí atraída y deseada por él.. No puede evitar estremecerme.

- ¿Pasa algo? - Pregunté mientras dejaba el cepillo aún lado y me sentaba con él en la cama

- Eres la mujer más hermosa que mis ojos han visto y sinceramente la única que puedo ver y apreciar - Sus palabras me sorprendieron y me hicieron sentir mucha alegría al saber que él sólo tenía ojos para mi

- Tu eres el único hombre que deseo en mi vida - Tenía que decirlo, nunca había podido guardar mis sentimientos, mi padre siempre me decía "más valen 10 segundos de valentía que mucho tiempo de lamentos"

Bruce acaricio mi mejilla con su pulgar, sus manos eran fuertes pero conmigo eran tan suaves que por un momento pensé que una pluma era la que acariciaba mi rostro. Mis labios morían por probar los suyos, morían por fundirse en un hermoso beso, por sentirlo. Me acerqué a Bruce con delicadeza y él hizo lo mismo, en menos de 3 segundos nuestros labios se encontraban conservando un apasionado beso que nos hacían tocar el cielo, era increíble, era como si nuestros labios estuvieran hechos a la medida para lograr tan perfecto beso, por un milímetro de segundo pensé que Bruce estaba hecho para mi, era como mi alma gemela....aunque sólo pensé eso por un milisegundo, mi corazón no descartó esa idea, sino, la guardó para no soltarla nunca.

- Te amo - Susurró sobre mis labios

Quede sorprendida ante aquello que acababa de decir, sentí inmensas ganas de gritar y hasta de llorar, aquellas palabras eran muy importantes y sinceras. Bruce no mentía, jamás.

- Siento exactamente lo mismo.... te amo.... - Dije aún sin despegarme de él

Sus brazos me rodearon protectoramente y me mantuvo cerca de su corazón por largos y preciosos segundos.

Estaba aspirando el aroma que desprendía su piel mezclado con el de su fino perfume mientras cerraba los ojos captando cualquier olor de su cuerpo, pero un horrible estruendo me hizo bricar y casi pegar un brinco.

- Se acerca una tormenta, tranquila - Dijo mientras se ponía de pie

- ¿A donde vas? - Pregunté algo temblorosa, odiaba la tétrica escena del bosque mezclado con los relámpagos y truenos

Bruce cerro la puerta del balcón y luego bajo las cortinas, al parecer la expresión en mi rostro le hizo entender el miedo que sentía al ver hacia fuera.

- Ire a preparar unas palomitas para ver una película - Sonrio

- voy contigo - Me puse de pie inmediatamente, me aterraban los truenos

Bruce rió tiernamente, sabía que me daba miedo el quedarme sola.

- Yo te protegeré siempre - Me tomó de la mano y juntos bajamos hacia la cocina

Después de esperar que estuvieran las palomitas y de preparar algo de tomar, subimos a nuestra habitación y vimos por largas horas un par de películas. La lluvia cada vez aumentaba su intensidad, los truenos quedaban retumbando en mis oídos y los relapangos se filtraban atravez de las cortinas. Era todo como en una película de terror pero Bruce me tenía abrazada y me hacia sentir segura.

- Cuando dejará de llover - Suspire

- Lloverá mucho tiempo más pero no deberias preocuparte por eso - Contesto Bruce

- ¿Como sabes eso? ¿Acaso has visto las noticias? - Pregunté confusa, no entendía como Bruce podía decir algo sobre el tiempo muy seguro de ello

- Algo así - Sonrió y entonces comprendi el porque tanta seguridad

Me abracé nuevamente a Bruce y continuamos viendo la película, hasta que sus labios me atraparon por sorpresa y nos dejamos llevar por esa hermosa sensación que se encontraba despertando en nuestros cuerpos, amor y lujuria.

MI ÁNGEL OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora