Capítulo 38

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Capítulo 38.

Londres, 1821

Al fin habían llegado a puerto después de varios meses en alta mar. Desde la cubierta del barco, Shannon vio el ajetreo del puerto. Estaba asombrada con la cantidad de gente que había allí. Estibadores, marineros, vendedores ambulantes y gente pidiendo limosna se paseaban de un lado a otro del puerto realizando su trabajo. Shannon sabía que allí iba a encajar menos que en Boston, aquella ciudad era mucho más grande y seguramente con más lujos. Devlin estaba ultimando los preparativos con el capitán para desembarcar. En el puerto un carruaje los esperaba para llevarlos a la casa de la tía de Devlin.

Cuando su esposo terminó de hablar con el capitán, la ayudó a ella y a Lindsey, que llevaba a Daniel en los brazos, a bajar al puerto. El carruaje que los esperaba era magnifico, pintado de negro y con el escudo de armas en la puerta. Devlin la ayudó a subir y luego le pasó a Daniel, él se subió a su lado y Lindsey frente a ellos. Cuatro hermoso corceles negros guiaban al carruaje, y Shannon pensó que esos caballos valdría una fortuna. De dónde ella venía no se veían caballos así, y Shannon estaba deseando cabalgar en uno de ellos, se veían muy briosos.

-Devlin - le dijo Shannon mientras le miraba.

-¿Qué ocurre? ¿Te encuentras bien? - le preguntó con preocupación mientras le cogía de la mano.

-Sí, estoy bien - dijo mientras le sonreía -. Solo quería saber si aquí en Londres hay algún sitio donde poder pasear a caballo. Me gustaría probar uno de esos hermosos corceles negros.

-Claro que sí - dijo Devlin mientras le daba un pequeño beso en los labios -. En el Hyde Park podrás pasear a gusto, casi toda la gente va allí a pasear con sus caballos y carruajes.

-Muy bien.

No volvieron a hablar más mientras recorrían el camino que los llevaría a la casa de su tía. La mansión se encontraba en Mayfair, uno de los barrios más elegante de Londres. Pasaron junto a Támesis, atravesaron por Hyde Park y al poco rato llegaron hasta la puerta de una inmensa mansión. Shannon estaba impresionada cuando vio que el carruaje se detenía ante esa inmensa casa de tres plantas. Una gran escalinata de mármol blanco ascendía hasta unas puertas de madera con aldabas doradas.

-¿Esta es la casa de tu tía? - preguntó Shannon con asombro.

-En realidad es mía, pero cuando me fui de aquí dejé que mi tía y su hijo se quedaran aquí - dijo mientras se encogía de hombros -. Liam iba a convertirse en conde, y debía vivir aquí para seguir con mis asuntos.

-Por dios santo, es enorme - dijo Shannon.

Devlin le sonrió y salió del carruaje para ayudarla a bajar. Cuando subían las escalinatas, un hombre de edad indeterminada y con rostro serio salió de la casa. Detrás de ella iba una imponente matrona, de estatura media, un poco regordeta y con rostro serio. ¿Esa sería la tía de Devlin? El vestido que llevaba era de buena calidad, así que se imaginaba que sí.

-Bienvenido a casa mi lord - dijo el mayordomo con una inclinación de cabeza.

-Gracias Charles - dijo mientras le sonreía y luego se dirigió a la mujer -. ¿Cómo estás tía Louisa?

-Devlin - dijo la tía Louisa mientras le daba un pequeño beso en la mejilla -. Me alegro verte. Por favor entremos.

Cuando estuvieron todos en el vestíbulo principal, Devlin se la presentó a su tía.

-Tía Louisa ella es Shannon, mi esposa - dijo mientras la cogía de la cintura -. Y él es Daniel, nuestro hijo.

-Un placer señora - dijo Shannon mientras inclinaba la cabeza.

Al Otro Lado del OceanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora