Capítulo 28
Habían pasado ya varios días desde que Halcón Plateado se bautizó, y desde entonces Shannon estaba distante con él. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué lo ignoraba de esa manera? Había intentado hablar con ella en más de una ocasión, pero ella siempre buscaba una excusa para irse e intentaba por todos los medios no quedarse a solas con él.
Tenía que averiguar lo que pasaba, lo de Charlotte había sido una excusa. Había estado en el pueblo al día siguiente para enfrentarse a esa mujer, pero al llegar había descubierto que su Shannon le había mentido. Charlotte no había dicho nada sobre matrimonio a nadie. ¿Qué es lo que ocultaba su Shannon para haber tenido que mentirle? Esa misma noche pensaba ir a visitarla y pedirle explicaciones.
No sabía que pensar, en más de una ocasión había observado que Shannon se quedaba con la mirada perdida mientras se acariciaba el vientre. ¿Por qué se acariciaba el vientre? ¿Le pasaría algo? ¿Estaría enferma? No, no parecía enferma. Se veía con buena salud y llena de vitalidad, a excepción de los momentos que la había visto triste y pensativa.
Devlin cepillaba a un caballo mientras pensaba en todo esto, y de pronto dejó de cepillar cuando se le vino una idea a la cabeza. ¿Sería posible que su Shannon estuviera embarazada? No, imposible. Le habría dicho algo, ¿por qué se lo iba a esconder? Tarde o temprano se le empezaría a notar y él se enteraría. ¡Maldita sea! Se dijo mientras dejaba el cepillo y se pasaba una mano por el cabello. Ahora tenía que salir de dudas y no podía esperar hasta la noche, tenía que hablar con ella ahora. Devlin encerró al caballo y se dirigió al lago. Sabía que Shannon estaba allí, hacía una hora que había ido allí y todavía no había vuelto. Si resultaba ser que estaba embarazada, se tenían que casar quisiera ella o no.
Shannon llevaba ya una hora en el lago, y por ahora iba a quedarse allí. No tenía deseos de estar a solas con Devlin, ya no sabía cuánto tiempo más iba a poder mantener la falsa de que no le ocurría nada. Esperaría a que su padre regresara, así no estarían a solas y ella podría posponer la noticia un poco más.
En una semana su amiga se casaría y se iría con Halcón Plateado a su poblado para conocer a su familia. Ella estaba contenta por su amiga, pero reconocía que también sentía un poco de envidia. Ese era la clase de amor que ella quería tener con Devlin, pero todavía no sabía lo que él sentía.
Sara y Halcón Plateado pensaban que Devlin la quería, que lo que le pasaba es que tenía miedo a confesarlo después de lo que le había pasado con la inglesa. ¿Sería verdad eso? ¿Estaría Devlin enamorado de ella pero no se lo decía por miedo? Quizás si ella le confesaba lo que sentía él pudiera decírselo también...
-¡Shannon! - gritó una voz que ella conocía muy bien.
Shannon se puso de pie con rapidez y vio como Devlin se acercaba a ella con grandes zancadas. Parecía enfadado o desconcertado, no lo sabía muy bien. ¿Qué habría pasado?
-¿A ocurrido algo? - le preguntó Shannon cuando llegó a su lado.
Devlin no contestó mientras la cogía de los brazos y le miraba con una furia contenida.
-Quiero saber la verdad Shannon - le dijo con frialdad -. ¿Estás embarazada?
Shannon se quedó mirándole con asombro, ¿cómo lo había descubierto? Ella no había dicho nada, y tampoco había tenido los síntomas que se supone que una mujer embarazada tenía. El doctor le había dicho que no se preocupara, que no todas las mujeres tenían malestares.
-¿Por... por qué piensas eso? - preguntó Shannon con temor. ¡Dios bendito! Estaba temblando.
Devlin estaba furioso, ahora estaba completamente seguro de que estaba embarazada. Al ver la reacción que ella había tenido, se lo había confirmado. Pero quería escuchárselo decir a ella, quería que se lo confirmara y le dijera el motivo por el cuál no se lo había dicho. Tenían que casarse, y pronto. Quizás ella pusiera impedimentos, pero no se saldría con la suya. Ellos dos se iban a casar.
-¡Contéstame Shannon! - dijo Devlin mientras le apretaba un poco más.
-¡Suéltame! - gritó ella a su vez mientras luchaba por salir de su agarre -. ¡He dicho que me sueltes!
-Está bien - dijo Devlin mientras la soltaba y se alejaba un paso de ella -. Pero no intentes huir, quiero saber la verdad.
Vio que Shannon se frotaba los brazos para aliviar el dolor que le había causado su agarre. Quizás le había apretado demasiado, pensó con arrepentimiento, pero es que estaba tan furioso.
-No tienes ningún derecho a tratarme así - le dijo Shannon con furia.
-Por supuesto que tengo derecho si es verdad que estás embarazada - dijo Devlin con frialdad -. A no ser que ese hijo no sea mío...
-¿Cómo te atreves? - preguntó con furia mientras le daba una bofetada -. Por supuesto que es tuyo. ¿Quién crees que soy?
-Está bien - dijo mientras se frotaba la mejilla dolorida -. Nos casaremos, y cuanto antes mejor.
-No, no voy casarme contigo - dijo Shannon mientras se cruzaba de brazos.
-Por supuesto que te casaras - dijo Devlin con frialdad -. Me da igual lo que digas, ese niño va a nacer dentro del matrimonio quieras tú o no.
-No puedes obligarme - dijo Shannon con testarudez alzaba la cabeza con altivez -. Me tendrías que llevar atada al altar.
-Si tiene que ser así - dijo Devlin mientras se encogía de hombros.
-Mi padre jamás te lo permitiría.
-Eso está por verse - dijo Devlin mientras intentaba acercarse a ella.
Shannon dio un paso atrás y se alejó de él. No quería que la tocara, en ese momento no.
-No me toques - dijo Shannon -. Ahora estoy demasiado enfadada.
-¿Qué tú estás enfadada? - dijo Devlin mientras lanzaba una carcajada -. Yo sí que estoy enfadado...
Pero Devlin no terminó de hablar ya que de pronto apareció Halcón Plateado.
Halcón Platedo llegó al lago y vio a sus dos amigos allí. Parecía ser que había interrumpido una acalorada discusión. Se miraban como si se quisieran matar el uno al otro.
-Lo siento - dijo Halcón Plateado mientras se acercaba a ellos -. No sabía que hubiera alguien, ¿interrumpo algo importante?
-No - dijo Shannon.
-Sí - dijo Devlin a la vez.
Halcón Plateado miró a uno y a otro con asombro. ¿Qué estaría pasando allí?
-¿Ocurre algo? - preguntó mientras los miraba extrañado.
-No - dijo Shannon mientras miraba a Devlin con frialdad.
-Eso es mentira, sabes que si ocurre algo - dijo Devlin.
-Puede ser, pero yo ya he dicho todo lo que tenía que decir - dijo Shannon mientras se volvía hacía Halcón Plateado y le sonreía -. Voy a terminar de preparar la cena. ¿Te vas a quedar?
-No, voy a cenar con Sara - dijo Halcón Plateado.
-Muy bien - dijo mientras le daba un pequeño beso en la mejilla -. Nos vemos.
Shannon se dirigió al rancho, y vio que Devlin quería retenerla pero la dejó marchar de mala gana.
Sabía que eso iba a pasar, Devlin le había dicho que se casarían. Solo por el bebé, no porque la amara y eso ella no lo haría. Ella quería que él la amase.
Estaba terminando de hacer la cena y las lágrimas le corrían por el rostro. Tenía que calmarse, su padre y su hermano no podían verla así se angustiarían mucho. Ella todavía no estaba preparada para decirle a su padre que estaba embarazada, pero temía que Devlin lo comentara en la cena. ¿Su padre se pondría de su parte y la obligaría a casarse? No, no podía pensar eso de su padre.
Un rato después escuchó la puerta, y supo que su padre, su hermano y Devlin acababan de llegar. Shannon se secó las lágrimas y sonrió mientras salía a recibirlos. Por el camino rezaba una y otra vez para que Devlin no dijera nada. Sabía que en algún momento se lo tendría que decir a su padre, pero todavía no. Ella elegiría el momento, no Devlin.
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Al Otro Lado del Oceano
RomansDespues de sufrir una decepción amorosa, Devlin St. James cuarto conde de Selford, decide dejar su país para labrarse una nueva vida. En lo más recóndito de Texas, Devlin conoce a Shanon, una mujer de armas tomar. Al principio los dos se detestan a...