Capitulo 32

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Capítulo 32

Shannon estaba preocupada por Devlin, lo veía angustiado y preocupado. Iba a volver a Londres, y ella pensaba ir con él. Acababan de casarse, y no podía dejarle solo en un momento como ese. Devlin se disculpó con todos y se dirigió a la habitación que tenía en las caballerizas a recoger sus cosas. Ella lo siguió en silencio. Deseaba abrazarlo y decirle que todo iba a salir bien, que su primo y su mujer iban a aparecer sanos y salvos.

-Devlin - dijo Shannon mientras se acercaba a él. Ya estaba empezando a guardar sus cosas.

Devlin se dio la vuelta y se acercó a ella para abrazarla y besarla con dulzura.

-Siento todo esto Shannon - le dijo con tristeza -. Pero tengo que ir.

-Lo sé - le dijo Shannon mientras le acariciaba el rostro -. Voy a recoger mis cosas...

-No, no vas a venir - dijo Devlin mientras se separaba de ella -. Es un viaje largo y peligroso y...

-Voy a ir contigo Devlin - dijo Shannon mientras se ponía las manos en las caderas y lo miraba con furia -. Acabamos de casarnos, y no vamos a separarnos así de pronto.

-¡Maldita sea mujer! - ahora era Devlin el que estaba furioso mientras le cogía de los brazos -. Te estoy diciendo que es un viaje peligroso, estas embarazada y...

-Y nada - dijo ella con cabezonería -. Voy a estar bien, y tu hijo también. ¿Por qué no quieres que vaya contigo?

-Porque no pienso poner tú vida y la de mi hijo en peligro - dijo él exasperado mientras se pasaba una mano por el cabello -. Es un viaje largo de tres meses en barco. Puede haber tormentas y toda clase de peligros.

-Tú vas a estar allí para cuidarnos - le dijo Shannon con dulzura mientras se abrazaba a él -. Sé que no vas a dejar que nos pase nada.

-¡Por dios Shannon! - empezó diciendo Devlin.

-Schhh - Shannon le puso un dedo en los labios para silenciarlo -. No podría soportar estar tanto tiempo sin ti. Voy a recoger mis cosas y ahora nos vemos.

-Shannon...

Pero ella ya no le escuchaba, estaba saliendo por la puerta de las caballerizas. Se lo tenía que decir a su padre, pero sabía que él lo entendería.

Devlin observó con resignación como Shannon salía de las caballerizas sin que él pudiera hacer nada. ¡Maldita cabezona! Se dijo mientras recogía sus cosas y salía en dirección a la casa. Él también la echaría de menos, pero prefería tenerla lejos y a salvo. Era un viaje largo y peligroso, y estarían en constante peligro. Si a su mujer y a su hijo les pasaran algo, él no se lo perdonaría jamás. Quizás si hablara con John, él podría convencer a la cabezota de su hija.

John estaba en el salón junto a Halcón Plateado y Sara.

-John - dijo Devlin mientras se acercaba a ellos -. Tiene que hablar con su hija, a mí no me escucha. Es un viaje largo y peligroso y está embarazada.

-Lo sé - dijo John con una sonrisa -. Pero conozco a mi hija, y sé que cuando se le mete una idea en la cabeza no hay nada que hacer. Estáis recién casados y es normal que ella no quiera separarse de ti durante tanto tiempo.

-Pero... es peligroso.

-Lo sé, y confío en que sabrás cuidarla - dijo John mientras se levantaba y le pasaba un brazo por los hombros -. Sé que ella va a estar bien, y por eso la dejo marchar.

-Joh...

Pero Devlin no terminó de hablar, Shannon y su hermano bajaban las escaleras en ese momento.

-Bueno, ya podemos partir - dijo Shannon cuando llegó a su lado.

-Shannon, piénsatelo...

-Ya lo he pensado - dijo mientras se dirigía a sus amigos -. Me voy contigo y no se hable más.

Shannon se despidió de sus amigos y de su hermano. John iba a acompañarlos hasta la estación del ferrocarril.

Él también se despidió de Halcón Plateado y de Sara, y cuando le llegó el turno a Adam vio que estaba llorando.

-¡Eh campeón! - dijo Devlin mientras se agachaba a su altura -. ¿Por qué lloras?

-¿Ya no vas a volver? - preguntó con sollozos.

-Ja, ja, ja - lanzó una gran carcajada mientras lo abrazaba con cariño -. Por supuesto que voy a regresar, junto con tu hermana y tu sobrino.

-¿El bebé?

-Sí, ya habrá nacido para entonces.

Adam asintió más tranquilo. Cogerían la diligencia en el pueblo, era más rápido a caballo, pero no quería poner en peligro a Shannon.

Llegaron a la estación varias horas después, y el ferrocarril ya estaba a punto de salir. Shannon se despidió de su padre entre lágrimas.

-Te voy a echar de menos papá - le dijo mientras lo abrazaba.

-Y yo a ti hija - dijo John mientras le daba un beso en la frente -. Escríbeme en cuanto llegues para saber que has llegado bien.

-No se preocupe John - dijo Devlin mientras se daban la mano -. Ella estará bien, nos quedaremos un tiempo en Boston. Veré lo que puedo averiguar desde allí.

-¿En serio? - dijo Shannon con sorpresa -. Yo creía que íbamos directamente a Londres.

-Es temporada de tormentas en el atlántico - dijo Devlin -. No quiero ponerte en peligro, esperaremos a que pase.

Shannon volvió a abrazar a su padre y junto a su marido se subieron al ferrocarril que los llevaría a su nuevo destino.

Ella estaba nerviosa, pero no quería inquietar a Devlin. Estaría en una gran ciudad, con damas finas y de buenos modales. ¿Encajaría ella allí con toda esa gente? Ella había nacido y crecido en un rancho, y no sabía nada de los buenos modales. Sabía montar a caballo como un hombre, disparar un rifle, pero de refinamiento nada. ¿Se avergonzaría Devlin de ella cuando viera que no era como esas mujeres? No, él se había enamorado de ella por cómo era y sabía que él la prefería así. Pero aun así ella intentaría no avergonzarlo delante de los demás y comportarse como una dama.

Había dos semanas de viaje en ferrocarril hasta Boston, y le habían asignado un vagón privado para ellos dos solos. Estaba encantada con el viaje, era como una luna de miel. Pero por otro lado estaba preocupada y triste por Liam, ese maravilloso hombre que había conocido tiempo atrás cuando había visitado a su primo en el rancho. Liam y su mujer tenían que aparecer sanos y a salvo, tenían una larga vida por delante y un pequeño en camino.

Shannon se acurrucó en los brazos de su esposo y pensó en su bebé que crecía en su interior. "No te preocupes pequeñín, papá nos cuidará" dijo para sí mientras se acariciaba el vientre. Y así entre los brazos de su esposo y el bamboleo del ferrocarril, Shannon se sumió en un tranquilo sueño.

Al Otro Lado del OceanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora