Capitulo 7

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Capitulo 7.

Shannon había decidido ir a darse un baño en la laguna esa mañana. Era el momento adecuado para hacerlo, su hermano estaba en la escuela y su padre y Halcón Plateado con el ganado. Devlin se había quedado en el rancho con las demás tareas. Shannon todavía no podía dejar de pensar en la conversación que habían tenido hacía unos días sobre sus pensamientos lascivos. Por dios, solo de recordarlo ya se sonrojaba. Es verdad que se había sentido un poco perturbada al saber que ese hombre tenía esos pensamientos con ella. Pero más la mortificaba saber que ella también los tenía con él. ¿Qué le pasaba? No confiaba en ese pistolero, pero su cuerpo temblaba de excitación cada vez que estaba cerca de él. Maldita sea la hora en que ese pistolero llegó al rancho, se decía Shannon mientras se despojaba de la ropa para sumergirse en el lago.

Ah, esto sentaba de maravilla. El agua estaba un poco fría, pero le venía bien para tener la mente fría. Tenía que ser fuerte, y no dejarse seducir por ese hombre. Él no había vuelto a intentar acercarse a ella, y quizás lo que había pasado el otro día había sido solo por mortificarla. Quizás ni siquiera la encontraba atractiva. Esto no tenía ningún sentido, ¿por qué no podía dejar de pensar en él? ¿por qué no podía relajarse durante unos minutos mientras se daba un baño? Se decía con irritación mientras nadaba de una orilla a la otra del lago. El lago no era muy largo, así que no tardo nada en llegar a la otra orilla y volver.

A los pocos minutos Shannon salió del lago con exasperación al saber que no había podido relajarse. Ese hombre no dejaba de adentrarse en sus pensamientos.

-¿Necesitas ayuda preciosa? - preguntó una voz que ella conocía muy bien.

Por dios, ¿qué hacía Abbe Simmons allí? Maldición, se había dejado el revolver en el rancho. Gracias a dios que había llegado cuando estaba vestida, ¿o le había estado espiándo mientras se bañaba? Shannon se dio la vuelta y se enfrentó a él.

-¿Qué quieres Simmons? - le preguntó con furia.

-¿De verdad tienes que preguntarlo? - le dijo mientras se acercaba a ella.

Shannon retrocedió por instinto. Sin su revolver, ese hombre era más fuerte que ella.

-¡Vete! - le gritó con furia.

Simmons empezó a reirse mientras se acercaba a ella y la cogía de la cintura con rapidez. Shannon empezó a patalear y a arañarle el rostro, pero él no hacía otra cosa más que reir.

-Sí, pequeña - dijo mientras la tumbaba en el suelo y se colocaba encima de ella -. Lucha, así será más divertido cuando te haga mía.

-¡Suéltame! - dijo Shannon mientras seguía forcejeando con él -. ¡Quítate de encima pedazo de bruto!

De pronto Shannon notó como Simmons le rasgaba la blusa, dejándole los senos al aire. Gritó y pataleó con todas sus fuerzas, pero Simmons era más fuerte que ella.

-Umm... que bonitos pechos - dijo Simmons mientras le agarraba uno con fuerza hacíendo que Shannon gritara.

Lágrimas de furia y frustación empezaron a rodar por sus mejillas. ¿Así iba a acabar todo, violada por ese hombre? Cuando pensó que ya no había solución, Shannon vio como Simmons era literalmente apartado de encima de ella y lanzado lejos de allí. Cuando Shannon se sentó vio como Devlin dejaba inconsciente a Simmons de un puñetazo. Por dios, había llegado en el momento oportuno.

Devlin estaba tan furioso que era capaz de matar a ese hombre. Había visto como Shannon se dirigía al lago a darse un baño, pero al ver que tardaba tanto había ido en su busquedad. ¿Le habría pasado algo? Pero cuando llegó al lago no se esperaba para nada lo que había encontrado. Shannon estaba debajo de un hombre gritando, mientras este le rasgaba la camisa dejando sus hermosos pechos al aire. Pero cuando ese desgraciado había agarrado uno de esos pechos hacíandole daño, Devlin lo había visto todo rojo de furia. Se había acercado hasta ellos y había golpeado a ese desgraciado hasta dejarlo inconsciente. Debería haberlo matado, pero sus días de matar gente ya había pasado. Cuando se dio la vuelta, vio que Shannon estaba de pie e intentaba cubrirse sus pechos desnudos como podía. Se acercó lentamente a ella, quería saber si había sufrido algún daño.

-¿Estás bien? - preguntó Devlin.

-Si, pero no necesitaba tu ayuda - le dijo con frialdad.

-Ya, lo tenías todo controlado, ¿no? - dijo con cínismo.

-Pues sí - dijo Shannon mientras levantaba el mentón con orgullo.

-Sabes que no es así - dijo mientras le cogía de un brazo -. Si no llego en ese mismo instante, ahora mismo estarías siendo violada por ese hombre. Creo que merezco que me des las gracias.

-Gracias - dijo con frialdad -. Ahora suéltame.

-No - dijo mientras la apretaba contra él -. Quiero un beso de agradecimiento.

-¡Jamás! - dijo mientras intentaba separarse.

Devlin la apretó más contra él y la besó con toda la pasión que llevaba tiempo reteniendo. Al principio notó que ella se tensaba e intentaba apartarlo, pero poco a poco se fue relajando entre sus brazos. Devlin acarició sus labios con su lengua hasta que ella dejó que probara su interior. Por dios, esa mujer era deliciosa. Su boca era suave y dulce como la miel, y sabía que si no paraba aquello iba a terminar poseyéndola allí mismo.

Devlin se apartó un poco de ella y la miró a los ojos. Lo que vio en esos maravillosos ojos era deseo en estado puro. Por dios, esa mujer era más apasionada de lo que había imaginado al principio. De pronto esa mirada de deseo se convirtió en ira, y Shannon lo abofeteó con todas sus fuerzas.

-¡Maldito sinvergüenza! - dijo Shannon con furia -. Haré que mi padre te despida por esto.

-Venga, vé y díselo - dijo Devlin mientras se agarraba la mejilla dolorida, por dios esa mujer pegaba fuerte -. Vé y dile como te has derretido con mi beso.

-Eres... eres...

-Sí, un sinvergüenza - dijo mientras sonreía con cinismo -. Pero no puedes negar que te ha gustado. Te has derretido y estremecido en mis brazos.

-¡Ahhh! Te odio.

Una vez dicho eso se dio media vuelta y volvió al rancho.

Devlin estaba dudoso de entrar en la casa a cenar. ¿Le habría dicho Shannon algo a su padre sobre el beso? ¿Le diría que se fuera? Allí estaba bastante a gusto y no quería irse. Había cometido un error al besar a Shannon, pero en ese momento, viéndola allí con la camisa rasgada y el pelo alborotado, la había deseado como nunca había deseado a nadie. Estaba realmente hermosa y no pudo con la tentación de besarla. Ya había estado un tiempo pensando en cómo sabría esa maravillosa boca, y al final lo había averiguado. Sabía a la miel más dulce que había probado jamás.

Devlin suspiró y se decidió a entrar, si tenía que irse pues se iría. Cuando llegó a la cocina, todos estaban ya sentados en la mesa. Shannon le lanzó un mirada de furia, pero en cambio John le sonrió.

-Devlin, por fin llegas - dijo mientras señalaba una silla vacía -. Siéntate antes de que se enfríe la cena.

Parecía ser que al final Shannon había decidido callar. Había echo bien, porque él se hubiera defendido diciéndo que a ella tambien le había gustado. Cenaron tranquilamente, pero de vez en cuando Devlin veía como Shannon le miraba con furia. Otra noche que iba a estar sin poder dormir bien, pensando en cómo sería hacer el amor con ella.

Al Otro Lado del OceanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora