Capitulo 3

42.7K 2.7K 76
                                    

Capitulo 3

Shannon se dirigió a las caballerizas para buscar a su yegua. "Maldita sea" se decía una y otra vez con furia. Su padre había contratado a ese pistolero, ¿cómo había podido? ¿Es que ya había olvidado lo que le había pasado a su madre? Uno de esos pistoleros la había violado y matado delante de ellos.

Había ocurrido hacía cinco años, su hermano solo tenía cinco y ella quince. Estaban trabajando en el huerto pasándolo bien, Adam estaba dentro durmiendo y ellos tres estaban fuera pasando una buena tarde. Ese pistolero llegó con amabilidad, pidiendo hospitalidad y un poco de comida. Su madre le había sonreído y le había dicho que esperara que le traería algo. Ese hombre había esperado con paciencia mientras su madre iba a la cocina. Había entablado conversación con su padre y todo parecía ir bien. Pero cuando su madre salió de la casa, ese hombre sacó su revólver y apunto a su padre.

-Me gusta tu mujer ranchero - dijo el hombre mientras sonreía -. Y creo que voy a disfrutar un poco con ella.

Su padre intentó defender a su madre, pero el pistolero le dio un golpe con el revólver en la sien dejando a su padre inconsciente en el suelo. Shannon intento ayudar, al igual que su madre, pero era más fuerte que ellos. Shannon y su padre fueron atados a los postes del porche de la casa, y mientras ellos miraban impotentes, ese hombre violó y asesinó a su madre frente a ellos.

Aun hoy, su padre todavía recordaba con dolor lo ocurrido, al igual que ella. Por eso Shannon estaba indignada con su padre, ¿por qué confiaba en otro pistolero otra vez? ¿No había tenido ya bastante?

Shannon subió a su yegua y se dirigió al pueblo a buscar a su hermano. Ella estaba segura de que Adam tampoco vería con buenos ojos que ese hombre estuviera en casa.

Cuando llegó al pueblo, Adam ya la estaba esperando en la puerta de la escuela.

-¡Hola Shannon! - le dijo su hermano mientras se acercaba a ella -. ¿Por qué has tardado tanto hoy?

-Lo siento Adam - dijo Shannon mientras ayudaba a su hermano a subir a la yegua -. Tenemos un visitante indeseado en casa. Papá lo ha contratado para ayudarle.

-¿En serio? - dijo Adam con extrañeza -. ¿Y cómo vamos a pagarle a ese hombre?

-Con una cama y comida - dijo Shannon con furia -. Dice que el dinero no le importa.

-A todo el mundo le importa el dinero.

-A él no, dice que ya tiene suficiente - dijo Shannon mientras cabalgaba en dirección al rancho.

-Si ya tiene suficiente, ¿Por qué busca trabajo? - preguntó Adam. Él no lo entendía, se supone que la gente trabaja para ganar dinero, ¿no?

-No me fio de él Adam - dijo Shannon -. No me fio para nada.

No volvieron a decir nada más hasta que llegaron al rancho. Su hermano le ayudó a guardar a la yegua y juntos se dirigieron a la casa.

Cuando Shannon entró, vio que su padre y ese hombre seguían allí hablando tranquilamente.

Cuando su padre se dio cuenta de la presencia de Adam, no perdió tiempo en presentárselo a su nuevo trabajador.

-Ven Adam - dijo su padre a su hermano -. Déjame que te presente al nuevo trabajador que vamos a tener en el rancho.

Adam se acercó a su padre mirando con desconfianza a ese hombre.

-Adam, este es Devlin y a partir de ahora nos ayudara con las cosas del rancho - dijo su padre.

-Mucho gusto en conocerte Adam - dijo Devlin mientras le tendía la mano a su hermano con una sonrisa.

-Mucho gusto - dijo su hermano estrechándole la mano.

Shannon se acercó al hogar donde tenía la comida y servía otro plato para su hermano. Los tres se habían sentado y charlaban tranquilamente. Por dios, no podía ser que a su hermano también le cayera bien ese hombre. ¿Es que no se daban cuenta de que podía ser peligroso?

-¿Eres un pistolero? - preguntó su hermano con asombro.

-No, ya no lo soy - dijo él tranquilamente.

Shannon se volvió hacía la mesa y le dejó el plato a su hermano mientras le lanzaba una mirada furiosa a ese tal Devlin.

-Siempre serás un pistolero - le dijo con furia -. Lo llevas en la sangre.

-Se equivoca señorita - dijo Devlin con una sonrisa cínica -. No lo llevo en la sangre, simplemente fue algo que hice durante un tiempo.

-Dígame señor Devlin - dijo Shannon con cinismo -. ¿A cuántos hombres y mujeres a matado?

-¡Ya basta Shannon! - dijo su padre mientras se ponía de pie con furia.

-No se preocupe señor - dijo Devlin mientras se ponía de pie. Su mirada seguía fija en la de ella -. Para su información señorita, si he matado hombres, pero hasta ahora a ninguna mujer.

-¿Me está amenazando? - preguntó Shannon mientras introducía la mano en el delantal para coger la pistola.

-Para nada señorita - dijo mientras sonreía -. Solo estoy constatando un hecho.

Luego Devlin se dirigió a su padre.

-Ha sido una buena comida, pero me gustaría ir a descansar si a usted no le importa - le dijo a su padre.

-Para nada, vaya

Justo cuando Devlin iba a salir, su padre volvió a hablar.

-¿Por qué no le acompañas Shannon?

-¡¿Qué?! - Shannon no se lo podía creer. Ese hombre acababa de amenazarla y su padre quería que le acompañara -. ¡No! Antes prefiero...

-¡Basta ya Shannon! - dijo su padre mientras se acercaba a ella y le cogía del brazo -. Haz lo que te he dicho.

-Pero padre...

Su padre no la escuchó y la hizo salir junto a ese insoportable hombre.

Vaya con la señorita Shannon, se dijo Devlin mientras la seguía hasta las caballerizas dónde iba a pasar la noche. Por lo menos estaba seguro de que no se metería en su cama. ¿Qué le habría pasado con los pistoleros para que le odiase así? No se atrevía a preguntárselo, vaya que sacara su revólver. También estaba extrañado con eso que le había dicho de que mataba mujeres. Hasta ahora no había conocido a ningún pistolero que lo hiciese. Una de las normas de los pistoleros es que nunca se hacía daño a un inocente. Y eso se refería sobre todo a las mujeres y a los niños.

-Gracias por acompañarme señorita Shannon - dijo Devlin mientras entraba en las caballerizas.

-No me las dé - dijo Shannon con frialdad -. Si fuera por mí, estaría usted fuera de aquí.

-Sí, me lo imagino - dijo mientras se encogía de hombros -. Pero va a tener que aguantarse señorita. Su padre me ha contratado, y estaré aquí hasta que él lo decida.

-Yo me encargaré de que lo echen - dijo Shannon mientras se volvía y salía de allí con furia.

Quizás tendría que tener cuidado con ella, era una mujer bastante astuta. ¿Sería capaz de acusarlo de alguna falsedad para deshacerse de él? Tenía que estar alerta.

Shannon se acostó aquella noche intranquila. No podía negar que era muy guapo ese pistolero, pero también peligroso. Ella tenía que cuidar de su hermano y su padre, ya que ellos no parecían darse cuenta del peligro que corrían. Devlin era un hombre peligroso, y hombre así podría descontrolarse en cualquier momento. Al día siguiente hablaría con su padre, le recordaría lo poco que son de fiar los pistoleros. También hablaría con Halcón Plateado, él siempre había sido muy bueno juzgando a las personas. ¿Estaría Halcón Plateado de acuerdo con ella o de su padre? Ya lo averiguaría por la mañana.

Esa noche soñó con Devlin, soñó que lo echaba de sus tierras a punta de pistola. Mientras dormía a Shannon se le dibujó una hermosa sonrisa en el rostro. Sí, sería magnífico hacerlo.

Aquí tenéis otro capítulo. Espero vuestros comentarios para saber si la continuo. Gracias por leerla y ya sabéis una estrellita si os a gustado. Un saludo.

Al Otro Lado del OceanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora