Capitulo 15
Halcón Plateado estaba en el lago esperando a que Sara llegara. Estaba deseando cogerla entre sus brazos y besarla hasta dejarla sin aliento. Por dios santo, estaba completamente enamorado de ella. No estaba seguro de lo que ella sentía por él, pero sabía que no le era indiferente.
Halcón Plateado había estado pensando en pedirle que le dejara acompañarle al baile que se celebraba en el pueblo al día siguiente, no quería ver como otro hombre la acompañaba. Es verdad que necesitaba ropas de hombre blanco, pero no iba a tener problema con eso. Devlin le dejaría algunas si él se las pedía, pero primero tenía que saber si Sara aceptaba ir con él.
-¡Halcón Plateado! - dijo una voz detrás de él.
Se dio la vuelta y allí vio a su preciosa Sara. Por dios, estaba realmente hermosa y deseaba acercarse a ella, abrazarla y besarla hasta que ella se derritiera entre sus brazos.
-Sara - susurró Halcón Plateado mientras se acercaba a ella con lentitud.
Cuando estuvo junto a ella, le acarició la mejilla con suavidad y poco a poco fue bajándo su cabeza hasta que sus labios hizo contacto con los suyos. La besaba con suavidad, con pequeños rozes para darle la oportunidad de apartarse si no deseaba sus besos.
Pero Sara no se apartaba y cuando le echó los brazos al cuello y se apretó a él entregándole la boca, Halcón Plateado profundizó el beso con un gemido de placer.
Tenía que parar eso, sino la tomaría allí mismo. Pero eso no podía ser, tenía que saber que ella también lo amaba.
-Te he echado de menos - le dijo Sara mientras lo abrazaba por la cintura y colocaba la cabeza en su pecho.
-Yo también - le dijo Halcón Plateado mientras la abrazaba con fuerza.
Estuvieron un rato más abrazados en silencio, hasta que él la separo y la ayudó a sentarse junto a él en las rocas que había junto al lago.
-Quería pedirte algo - le dijo Halcón Plateado mientras le cogia de la mano con cariño.
-¿Sí?
-Si, bueno veras... - por dios, ahora estaba nervioso. ¿Qué pasaría si ella lo rechazaba? no, estaba seguro de que Sara aceptaría ir con él al baile.
-¿Qué ocurre Halcón Plateado? - le preguntó Sara mientras le acariciaba el rostro con preocupación.
-¿Quiéres ir al baile de mañana conmigo? - preguntó Halcón Plateado.
-¡Oh! - a Sara se le empezaron a llenar los ojos de lágrimas -. Por supuesto que sí, lo deseo con toda mi alma. Pero, ¿de dónde vas a sacar la ropa?
-No te preocupes por eso, Devlin me la dejará - dijo Halcón Plateado mientras sonreía con alegría y la abrazaba con fuerza contra su pecho -. Voy a tenerte en mis brazos toda la noche.
Sara no pudo evitar sonrojarse solo de pensarlo. Por dios, estaba completamente enamorada de ese hombre.
Al día siguiente, Devlin había decidido que él también iría a ese baile. Tenía que vigilar de cerca a ese hombre para que no se sobrepasara con su Shannon. Ya quedaban pocas horas para que el baile comenzara, y Devlin estaba terminando de darse un baño en el lago. Halcón Plateado le había pedido prestadas unas ropas para no desentonar tanto, y Devlin accedió. Iban a ir juntos al pueblo, y allí Halcón Plateado iría en busca de Sara, y él a vigilar a su Shannon. Casi deseaba que ese hombre se sobrepasara para él poder estamparle el puño en su maldita cara.
Halcón Plateado llegaron a la hora convenida, se vistiero y se fueron juntos al baile. Cuando llegaron cada uno se fue a su destino, Devlin llegó al lugar cuando el baile acababa de empezar. Cuando entró en la sala atestada de gente, lo primero que hizo Devlin fue buscar a su Shannon. Estaba en la pista de baile con ese desgraciado, y estaba sonriendo, por dios. Buscó un buen lugar para poder vigilarlos bien. Cualquier movimiento en falso y él actuaría.
Shannon se lo estaba pasando muy bien, William era un hombre muy divertido. Pero la verdad es que ella hubiera deseado estar en los brazos de Devlin, ¿habrá venido al baile? pensaba mientras recorría la sala atestada de gente con la mirada. Ella no lo veía, pero no significaba que no estuviera. Shannon lanzó un suspiró mientras intentaba concentrarse en lo que William le estaba diciendo.
-No me estás escuchando, ¿verdad? - le preguntó William mientras la sacaba de la pista de baile -. ¿Quiéres que salgamos a tomar un poco el fresco?
-Claro.
Cuando estuvieron fuera del local, en un callejón solitario, Shannon pensó que quizás había sido un error haber salido de allí con él. Pero, no tenía porqué pasar nada, ¿no? William era un buen hombre, y supuso que estaria a salvo.
Pero Shannon estaba completamente equivocada, cuando la puerta del local se cerró a su espalda, William la acorraló contra la pared e intentó besarla a la fuerza.
-Pero, ¿qué haces William? - preguntó mientras apartaba el rostro y le empujaba para que se alejara -. Suéltame.
-No mi preciosa Shannon - dijo William mientras se apretaba más contra ella -. Te deseo, y vas a ser mia.
-¡No! - gritó Shannon mientras intentaba soltarse sin éxito.
Cuando pensó que ya no podría hacer nada para detenerlo, William fue arrancado literalmente de ella y lanzado a la otra pared del callejón. Por dios, Devlin había ido en su busca.
-¿Te encuentras bien? - le preguntó Devlin mientras le acariciaba el rostro.
-Sí - dijo mientras le abrazaba por la cintura y colocaba su rostro en su pecho -. Muchas gracias.
-De nada - dijo Devlin mientras le lenvantaba el rostro y le daba un pequeño beso en los labios -. ¿Quiéres bailar conmigo?
-Sí, pero solo un baile - le dijo mientras le sonreía -. Deseo volver a casa.
-Esta bien - dijo mientras le cogía de la mano y se dirigían al local, dejandó a William allí en el suelo inconsciente -. Un baile y te llevo a casa.Al fin Shannon pudo estar en los brazos de Devlin mientras la música sonaba. Pero ella apenas la escuchaba, solo sentía los brazos de Devlin a su alrededor y olía su maravilloso aroma. Iba a recordar esa noche por mucho tiempo, siplemente había sido maravillosa. Y todavía quedaba la vuelta a casa, ¿le daría un beso de despedida cuando cada uno se fuera a su habitación? No estaba segura, pero si él no se lo daba, se lo daría ella.
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Al Otro Lado del Oceano
RomansaDespues de sufrir una decepción amorosa, Devlin St. James cuarto conde de Selford, decide dejar su país para labrarse una nueva vida. En lo más recóndito de Texas, Devlin conoce a Shanon, una mujer de armas tomar. Al principio los dos se detestan a...