Capítulo 09: "Me las pagarás"

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               LYDIA STONE

Bien, creo que jamás en mi vida me había sentido tan entusiasta por entrar a un instituto, pero este día creo que lo omitiré.

Entro al edificio donde usualmente se encuentran aquellos humanos que por su edad son llamados adolescentes.

Todos caminan de un lado a otro como serpientes haciendo que me desesperara por toparme con cualquier chico que se cruce por mi camino.

Suspiro aliviada al llegar a mi casillero después por pasar por el mar de gente. Suzzet y Sofía se encontraban esperándome con una enorme sonrisa maliciosa.

Hago el mismo gesto con mi rostro alzando mis cejas confidente.

--¿Listas para "VCPE"?-- pregunto cruzándome de brazos sin mi sonrisa borrarse.

--Listas-- responden al unísono asintiendo con la cabeza.

Les diré qué significa "VCPE"

V= venganza.

C= contra la.

P= perra.

E= Elizabeth.

Formar esas siglas fué la opción más acertable para que nadie escuchara lo planeado, ya que en este instituto las personas oyen todo, y los rumores corren rápido.

Le explicaré el plan querida mente que sólo puede ver y escuchar lo que pienso.

Primera fase: Esperar a que la desgraciada de Elizabeth entre a la cafetería.

Segunda fase: Antes de que ella se siente en una de las mesas, Sofía se encargará de mover la silla sigilosamente haciendo que la pelirroja se caiga de sentón en el piso.

Tercera fase: Suzzet seguidamente le derramará un vaso lleno de: Caca de chocolata (no pregunten como hice eso), vómito de Sofía (la pobre se enfermó y aprovechamos eso), orina de mi preciada mascota y por último, cucarachas aplastadas.

Y finalmente, cuarta fase: Le colocaré un letrero que diga "patéame muy fuerte".

El frasco con la mezcla asquerosa se encuentra escondida en mi mochila dentro de una bolsa.

Todo esto sucederá en el descanso, esperemos y todo salga bien.

Esperar a que la hora del descanso llegue no será una tarea fácil.

Todos comienzan a entrar a las aulas tras al haber escuchado el sonido espantoso del timbre, camino hacia la sala de Artes sino antes despedirme de las dos psicópatas que me apoyan en todo.

No, no tengo en cuenta contarles sobre Jared, ya que no estoy de humor para verlas reírse de mi por mi miedo hacia los perros rabiosos y enormes. No vale la pena informarles sobre la nota que hallé extrañamente en mi mochila, hasta que averigue quién la escribió.

Cruzo el umbral de la puerta, me tropiezo ya que un pie se interpone en mi paso, una mano me sujeta de la cintura impidiendo que caiga.

Me volteo hacia atrás encontrándome con el rostro de Jared, sonríe con picardía y suelta mi cintura delicadamente.

--Gracias-- musito cabizbaja para seguir avanzando.

¿Desde cuándo este chico me ayuda en todo?.

Levanto mi vista, Elizabeth me fulminaba con la mirada al ver la acción del rubio. JA excelente, no ha pasado menos de diez minutos y ya he hecho enojar a la pelirroja sin cerebro.

Todos ocupan cualquier lugar, observo los pupitres, reconozco la cabellera pelinegra y sin dudar me dirijo hacia el asiento vacío que se encontraba al lado de Jordan.

--Hola-- saluda sonriente al verme sentarme.

--Hola-- hablo sonando tímida.

Jordan es uno de los candidatos a ser él, quien escribió la nota.

La profesora aparece haciendo que todos cerraran la boca y el silencio enmanara la sala.

Será difícil tener que esperar.

             JARED MILLER

Creo que molestar a la castaña es algo que se ha vuelto divertido para mi.

Saludo con un ademán a Alex y a Evan que se encontraban comiendo sobre nuestra acostumbrada mesa.

Jordan se encontraba también, era incómoda su presencia para mi persona, lo ignoro.

Ver cómo Alex coqueteaba con las chicas hace que quiera arrancarme los ojos al ver un ser tan imbécil. Y son mucho más ingenuas las tipas que corresponden sus miradas.

Doy un largo trago a mi bebida.

--¿Qué se traen entre los dos?-- cuestiona ceñudo Evan mordiendo su sandwich.

--¿De qué hablas?-- escupo dando otro sorbo.

--No soy imbécil ¿qué tienes con Jordan?-- inquiere mirando de reojo al pelinegro.

--Nada, mejor cierra la boca.

--Como sea-- exclama --No estaré lidiando con señoritas-- ironizó.

Blanqueo mis ojos.

Mi vista cae en Lydia, sonríe, rayos, su sonrisa es hermosa...

¿Qué diablos me sucede?. Concéntrate.

Sus amigas la siguían por detrás, lucen algo nerviosas mientras observan por todos lados con los ojos extremadamente abiertos.

¿Qué se trae entre manos la castaña?. 


               LYDIA STONE

Asiento con la cabeza al ver a una Sofía temerosa al borde de tomar la silla, me mira cómplice y en segundos, arrastra la silla hacia atrás haciendo que Elizabeth caiga.

Reí a carcajadas, mucho más ya que por fin la suerte me llegó. Al caerse su comida se derramó en su ropa.

Suzzet se acerca velozmente sosteniendo el vaso con porquería, sin dudar deja caer la mezcla sobre su cabellera fingiendo demencia.

--Oh lo siento, fué un accidente-- se disculpa Suzzet falsamente con una sonrisa.

--¡Eres una estúpida!-- grita furiosa poniendo una mueca de asco al oler la semejante bazofia.

Las risas se disparan al verla, todos sacan sus celulares y apuntan a la chica desparramada en el suelo.

Sofía y Suzzet llegan a mi lado y disfrutan la escena, reímos soltando carcajadas. Me sentía cruel, pero lamentablemente ella se lo buscó.

--Anda, pégale el letrero-- habla emocionada Sofía entre risas.

Comienzo a caminar hacia la pelirroja, llegando rápidamente e infraganti coloco el letrero con cinta adhesiva en su espalda y corro nuevamente con mis amigas.

No podía estar más que bien.

Las chicas comienzan a patearla, supongo que no soy la única que la odia.

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