Capítulo 40: "Lo soy"

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Sentía que flotaba, el aire abrazador inundaba mi débil piel, podría decirse que nada me importaba en este momento, el pasto encajándose en mis piernas descubiertas hacía que recorriera una sensación adormecedora.

Me sentía bien, fué un respiro salir de mi "cueva" a tomar aire fresco sino antes tener que ser convencida con gimoteos y súplicas de Forest desde mi balcón. Todo siendo a escondidas de mis progenitores, me evitaré la pena de contar lo mierda que se siente ser castigada, mucho peor si alargan tu sentencia, no tenía planeado llegar tan tarde de la casa de Miller.

Y viendo las circunstancias, creo que otra semana más de "castigo" recibiré.

Desvío mi mirada del cielo estrellado para ponerla en el chico que yacía a mi lado luciendo pensativo, sus labios estaban tiezos y su entrecejo fruncido, a pesar de la pesadez de la oscuridad, era tan apreciable ver su figura siendo iluminada por la luz de la Luna, o cómo diría yo hace doce años por el queso redondo brillante.

Muerdo mi mejilla y me acomodo girándome con cuidado --para no mandar a la vista mis bragas-- hacia él.

Fué mala idea no quitarme este vestido.

Observo cada detalle de su rostro, lo cual ya he hecho demasiadas veces que no llevo la cuenta, todo fué silencio desde que llegamos al parque, me gustaba el silencio, podía apreciar cada sonido que trancurría, las hojas crujían golpeándose contra el viento, el aire fluía con calma, ya nadie se encontraba aquí.

Y aquí estaba yo, a punto de hacer mi típica pregunta al ver a alguien de esta manera.

--¿En qué piensas?-- pregunté sonando infantil, lo cual eso no me lo quita nadie.

--Eem...

Me cruzo de brazos mientras él tiene la mirada perdida, traga saliva con dificultad y se gira para verme.

--¿Acaso ocurrió algo?.

--No, no, solamente pensaba...en...en cómo.Te seré sincero-- frunzo el entrecejo, la preocupación llega.

--Dime, lo entenderé.

Relame sus labios con la punta de su lengua y sonríe nervioso.

--No es importante, creo que es vergonzoso que piense en....nues-nuestro primer beso-- balbuceó, sonrío ampliamente, un cosquilleo remueve mi vientre, la totalidad de su rostro está colorida. No me esperaba esa respuesta, ni mucho menos que él estuviera pensando en ello.

--Oh, ¿enserio beso tan mal?-- hablé divertida haciendo que se le escapara una leve risa.

--No, no-- niega con la cabeza --Tus labios son perfectos, el sabor de ellos es tan... adictivo.

Sus manos tiemblan, cada centímetro de mi piel se estremece, ¿qué digo? Mierda, no ahora no, piensa con claridad.

--Nunca imaginé que algo como eso, pasaría-- confesé resoplando, me acomodo en mi lugar sentándome con mis piernas extendidas.

--Ni yo, pero es algo de lo que no me arrepiento-- habla bajo.

--Igual yo-- finalicé observando nuestro alrededor, los latidos de mi corazón son cada vez más fuertes y rápidos, lo cual es inevitable --Oye..

Hablé haciendo que él se sentara junto a mi, me mira fijo alzando una ceja.

--¿Si?.

--Nunca me contaste sobre tu vida en Francia-- dije sonriendo, él alza sus cejas y asiente con la cabeza.

--Es cierto ¿qué quieres saber?.

--Mmm....háblame sobre los amigos que conociste de hallá-- farfullé dejándome caer de espaldas sobre el césped.

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