No creo poder llegar hasta ahí y no desmayarme, mis pulmones eran faltos de aire y cada segundo tenía que volver a respirar profundamente, mis nervios hacían su trabajo y descontrolaban inconscientemente cada zona de mi cuerpo
Mi vista no dejaba de estar en el color de mis botas marrón y en la acera peatonal, el juego en no pisar las rayas marcadas del suelo estaba siendo reproducido por mi cerebro, era inevitable no hacerlo aunque sea muy infantil, de algún modo mantenía un poco calmada la gran tempestad que yacía en mi interior
Pasos apresurados secundados por una temblorina imparable, me acercaba a el lugar correspondido sin detener la intriga y tantas interrogantes que yo misma me hacía atormentando a mi cabeza
Ten seguridad, confía en ti misma
Otro resoplido, dejo de jugar con mis dedos y decidida levanto la vista, estaba a punto de anochecer, los faroles ya estaban iluminando todo a su alrededor con aquella usual luz amarilla, camino entre los árboles viendo como la gente comienza a marcharse para ir a sus hogares.
Los pequeños niños hacen pucheros a sus padres insistiendo en quedarse, sin embargo, no les queda otra opción que seguir su camino tomados de la mano de sus progenitores
Siento la mirada de alguien, bajo mi vista para ponerla sobre una niña que me observaba con su rostro tan palpable, sus ojos fueron los que captaron mi atención, eran idénticos a los míos, no pasaba de los siete años y me transmitía una sensación indescriptible
Me recordaba a mi.
Era tan pequeña y de baja estatura, su cabello castaño estaba al aire cubriendo sus hombros, un vestido rosa con manchas de tierra llevaba puesto, en sus pequeños pies yacían unos zapatos blancos
Me sonríe amable y le regreso la sonrisa, parecía como si hubiera visto a mi futura hija, tenía una gran similitud conmigo. Algo de nolstalgia puede ser, un gran parecido cuando yo era una niña
La pequeña se sobresalta al escuchar una voz femenina llamándola, "Maggie", es su nombre me informo al escuchar, los zapatos blancos desaparecen entre el césped y sólo observo de lejos su silueta siendo cubierta por el vestido rosa, una señora aparece en mi campo visual y recibe a la pequeña en un fuerte abrazo acompañado de palabras de cariño
Sonrío para mi misma al ver la emotiva escena y sigo mi camino. Me tranquilizo un poco sentándome en una banca al lado de un árbol, busco con la mirada al chico que me citó aquí pero no logro dar con su figura, ahora necesitaba de mucha paciencia para esperarlo, me quedo quieta y temerosa de que algo malo me suceda al estar sola en un parque dónde cualquier ladrón o aún peor, violador, esté rondando por aquí
Cálmate Lydia.
Tal vez a Miller se le hizo tarde, mi pensar me sacudía de un lado a otro y me mantenía a alerta de cualquier situación
Me debatía entre quedarme o irme, ¿y si tal vez esta no fué la mejor decisión? Entre más pasaban los minutos más desesperada me encontraba, el viento fluía con agresividad haciendo que mi vestido se elevara por los aires, con un bufido tomo la tela apretándola con mis manos evitando a que alguien vea mi ropa interior
Cruzo mis piernas y brazos mirando a mi alrededor, ya nadie se encontraba en este lugar dejándome en perfecta soledad, río como una retrasada al recordar el vergonzoso insidente de aquella noche, el mismo árbol enorme estaba en mi vista a lo lejos. No me esperaba ser mojada con una manguera.
Mi vista cae en mi regazo, la risa se detiene al ser opacada por el importante recuerdo de él, no quiero pensarlo pero no debo huir de la realidad, no me siento del todo bien estando aquí, creo que no fué correcta la decisión que tomé, no puedo juzgarla, sólo lo hice, cualquiera de las dos opciones tendría que dejar a alguien esta noche
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Bajo las Estrellas
Teen FictionUno no deja su pasado. El pasado nos sigue, porque fuímos y somos parte de ello. Puedo volver a sentir esa punzada en mi pecho, y el sabor metálico de la sangre resbalarse por mis labios, el dolor en mis piernas, y la sensación de caer en cualquier...