LYDIA STONE.Caminaba entre los pasillos tan llenos de adolescentes con mis ojos cansados y ardientes, mantenerlos abiertos se volvía difícil.
No pude dormir por pensar en aquel día del sábado y tampoco por la nota que extrañamente encontré en mi mochila.
Todo se veía borroso, mi vista era pésima más con el sueño que cargaba.
Llego a mi casillero y me recargo sobre éste de golpe.
--Si necesitas dormir, aquí está mi hombro-- habló Jordan a mi lado con una sonrisa.
Reí leve al escucharlo y acomodo mi cabeza en su hombro.
--Gracias, muchas gracias, si me hace falta-- canturreé haciendo que él riéra.
El olor delicioso de su perfume me mantenía más relajada y por ende haría que en cualquier instante durmiera.
No, no lo hagas.
Rayos.
El sonoro ruido del timbre indicando que las clases comenzarían hizo que abriera mis ojos sobresaltada. Y mucho más al darme cuenta que mi rostro se encontraba tan cerca del pelinegro.
Nuestros labios estában a centímetros de chocar, mi respiración se aceleró de una forma tan inesperada.
Me separé en instantes con mi cara ardiendo y avergonzada.
--Eem...lo-lo siento-- balbuceé cabizbaja.
--No te preocupes, debo irme, nos vemos luego--habló rápido para esfumarse entre el gential.
Se le notaba nervioso como si estuviera huyendo de mi.
No lo culpo.
Resoplo intentando controlar mi respiración de perro con taquicardia.
--Lydia-- hablaron cantando mi nombre al unísono dos voces que reconocí a la perfección.
Volteo hacia al frente encontrando a Sofía y a Suzzet con sus celulares en mano, con una sonrisa tan maliciosa y enorme.
Oh no.
En la pantalla logro ver una fotografía mostrando la semejante distancia a la que me encontraba con Jordan hace unos instantes.
--!Denme esos celulares!-- ordené acercándome a ellas pasando por los chicos que iban en camino a sus aulas.
--Pero que lindos se ven, esto lo tienen que ver todos-- comenta Sofía risueña esquivando mi intento de arrebatarle el móvil.
--¡No!-- exclamé enojada.
--Te lo daremos, pero tienes que admitir que te gusta Jordan-- habla Suzzet con una sonrisa de oreja a oreja.
--Claro que no me gusta, entiéndanlo !Jamás habrá algo entre nosotros!-- grité llamando la atención de varios que caminaban.
--!Claro que si!-- recriminaron ambas al únisono haciendo que bufara.
--¡DENME ESE CELULAR MALDITAS INMADURAS!-- sentencié intentando arrebatárselos con mis fuerzas.
No me queda de otra.
--¡Mi brazo animal!-- le grité a Suzzet al sentir sus dientes incrustarse en mi brazo.
--¡Estúpida, mi pelo idiotaaa!-- exclamó al mi mano estirarlo con rudeza.
Peleaba contra el dúo de psicópatas en inumerables intentos fallidos.
Tomé ambas de los brazos intentando tomar sus preciados celulares, pero tropezamos cayendo de golpe en el suelo.
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Bajo las Estrellas
Novela JuvenilUno no deja su pasado. El pasado nos sigue, porque fuímos y somos parte de ello. Puedo volver a sentir esa punzada en mi pecho, y el sabor metálico de la sangre resbalarse por mis labios, el dolor en mis piernas, y la sensación de caer en cualquier...