Un aroma a limón entra por mi nariz, algo que de alguna u otra forma podía hacer que me relajara aunque sean unos segundos, doy pasos largos siguiendo a Rebecca que se ha negado a dirigirme la palabra, su esposo cierra nuevamente la puerta dejando un rechinante sonido después de mi entrada para perderse de mi campo visual.
Paso del lado de las largas escaleras, Ethan y David bajaban de ellas rápido pero poco a poco regularon su velocidad al encontrarse con mi rostro, me quedo quieta en mi lugar observándolos fijo sin decir palabra alguna, llegan hasta quedar frente a mi y amplían una sonrisa, sus labios se abrieron pero su madre se percató de ello girándose en su dirección, los mira fulminante de modo que ellos no hacen más que seguir su camino pasando de mi lado con su vista en el suelo.
Volteo hacia atrás para ver como entran al living dejándome sola, nunca me sentí tan preocupada al estar con Rebecca hasta ahora, sigo caminando detrás de ella, su espalda recta y firme sólo puedo ver al tenerla frente a mi, nisiquiera le he visto el rostro desde que llegué, cada paso que daba para subir cada escalón era tan difícil, un peso caía sobre mis piernas sin razón, no tardamos mucho en llegar al final de estas
El pasillo que recorríamos parecía que no tenía fin, miraba a detalle los cuadros que yacían en las paredes blancas con tal de no pensar en el silencio que había en toda la casa, algo de angustia dejaba caminar por el desolado piso y no escuchar nada.
--Lydia.
Me detengo en mi lugar, madre mía, que susto, mis nervios están a flote en cuanto se gira para verme.
--¿S-si?-- balbuceé, mis manos sudurosas se esconden en los bolsillos de mi suéter encorvándome por completo
--Enserio estoy agradecida de que estés aquí, gracias-- habla cortante, algo no va bien con Rebecca, su voz es amarga y seca sin rastro de sentimientos en ella. Esto le afecta demasiado, no quiero verla de esta forma, la situación de su hijo la tiene así, llena de tristeza, ¿es mi culpa?
Detengo las palabras que estaban a punto de salir de mi boca al ver como nos detenemos frente a una puerta, puedo percibir que es la habitación de Adam la que se encuentra del otro lado, su mirada está puesta en el pomo de esta mientras esconde su cara entre sus hombros
--Ustedes tienen mucho de que hablar.
Empieza a caminar rápido regresando de nuevo a la primera planta, el sonido de sus pasos golpean las paredes haciendo eco por todo el lugar, no tuve tiempo de decir nada, fué lo mejor que pude hacer, la observo de lejanía hasta que se pierde de mi vista. Algo recorre mi estómago, un cosquilleo se aloja en él, golpeo la puerta dando pequeños toques produciendo un hueco sonido, espero, resoplo con incertidumbre, esto me inquieta demasiado, sobre todo que no soy muy paciente y los segundos que pasan son cada vez más largos
Vuelvo a tocar la puerta con mi puño, nada, algo no está bien, la preocupación no tarda en llegar, vuelvo a esperar de nuevo, las luces de su habitación están apagadas, ¿estará dormido? Remuevo mi cabeza ligeramente descartando eso, de todos modos si está dormido, entraré. No alcanzo a escuchar ningún ruido, nadie de los Wilson se encuentra andando por aquí, la familia está en la primera planta y parecen estar de acuerdo a no subir por ningún motivo
--Soy yo, Lydia, abre la puerta Adam por favor-- mi voz sonó quebrada, era inevitable esconder aquello, ahora era yo la que pedía entrar, fué malo de mi parte rechazar verlo en ese entonces, temo a que haga lo mismo y me deje afuera como yo lo dejé a él, me siento tan idiota por haber cometido ese error, me comporté tan infantil y no pensé en como lo tomaría Adam, fuí una egoísta, algo que siempre repugné
Ahora no sé si tenga oportunidad de enmendarlo. No recibo respuesta, no voy a quedarme afuera, tengo que arreglarlo ahora, aún así tenga que escalar su casa hasta llegar a su balcón, insistente toco nuevamente la puerta sin embargo no parece pensar en abrirme
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Bajo las Estrellas
Teen FictionUno no deja su pasado. El pasado nos sigue, porque fuímos y somos parte de ello. Puedo volver a sentir esa punzada en mi pecho, y el sabor metálico de la sangre resbalarse por mis labios, el dolor en mis piernas, y la sensación de caer en cualquier...