Describir lo que suele suceder en este día tan "especial" es algo sencillo pero a la vez difícil. Tener una familia disfuncional llena de imprevistos y de momentos más incómodos pareciendo sacados de Malcom el del medio, puede ser martirizante y pesado.
Enserio, tenemos que sacar nuestro propio programa de televisión, ganaríamos miles de dólares haciendo reír a nuestros televidentes.
Okey hija, deja de soñar.
Soñar es lindo consciencia.--!Lydia, ven y baja de una vez, ayúdame con este pavo!.
El grito enfurecido de mi madre hace que quiera dormir y no despertar por años, olvidaba lo tedioso que era preparar esta cena, mucho más si esta se organizaba en nuestra casa, mi progenitora no hace más que caminar de un lado a otro adornando con luces brillantes la casa, hasta el jardín trasero.
Los Wilson y los Miller, vaya invitados, espero y todo salga perfecto esta noche, sobre todo por el suceso incómodo de hace unos días con Adam.
Es triste que la tía Sherlyn y su familia no puedan venir, lo digo por ella, ya que ella es un amor de persona, sus hijos pueden irse por el retrete.
No tengo la más mínima intención de bajar para la noche, prefiero quedarme en mi habitación que es llamada "cueva" por el trío de bobos, de todos modos soy obligada a tener que vestirme de lo más espectacular *cof sarcasmo cof*
Veámos que tengo de especial en mi armario.--¡Lydia!.
Mejor después.
--¡Ya voy!-- contesté levantándome de la cama a la velocidad de una tortuga.
Me dirijo hacia mi baño para lavar mi rostro y dientes, mi maraña de cabello contrasta muy bien con mi suéter verde que tiene estampada la cabeza de rodolfo el reno, la cuál es combinanda con mi pijama roja de renos con bufandas.
Muy navideño, y un horror ante los ojos de la diva Suzzet.
--¿Qué haces aquí?-- pregunto sorprendida con la boca llena de pasta dental.
--Vine a despedirme-- habla poniendo una mueca de asco, no la culpo --Rayos Lydia, quítate eso.
--¿Y aparte venías a decirme lo mal que suelo verme en las mañanas?.
--Siempre querida-- contesta sonríendo de oreja a oreja recargándose en el marco de la puerta.
--¿Hoy te vas a California?-- hago una pregunta estúpida haciendo que me abofetee mentalmente.
--Obvio.
--¿Cuándo regresas?-- pregunté para después enjuagar mi boca.
--En cinco días, te extrañaré imbécila-- farfulló arrugando su rostro para extender sus brazos y abrazarme.
--Igual yo, espero y te la pases bien con tu familia de hallá. Que triste, no le vas a dar su regalo de Año Nuevo a David-- hablé pícara en su oreja.
--Oh no, Lydia pervertida tiene que salir ya-- exclamó separándose horrorizada de mi, reí leve y salí del baño.
Abro las puertas de mi closet y saco unos jeans y una camiseta negra ordinaria, cambio mi ropa para holgazanear y coloco mis tenis blancos.
--!Señor Jesucristo! Tienes el cabello más enredado que he visto-- murmura tomándo mi bola de pelos con asombro.
--Soy la reina de ello-- dije orgullosa, bueno, me preparo para mi tortura, tomo el peine que yacía sobre mi peinador y lo arrastro por mi cabeza.
--Ay querida, yo te ayudo-- habla al verme fallar intentando desenredar los nudos en mi cabello.
--¡Auch!-- me quejo cruzándome de brazos. Varios minutos pasan después de casi chillar de dolor hasta que mi cabello es libre y casi lizo otra vez.
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Bajo las Estrellas
JugendliteraturUno no deja su pasado. El pasado nos sigue, porque fuímos y somos parte de ello. Puedo volver a sentir esa punzada en mi pecho, y el sabor metálico de la sangre resbalarse por mis labios, el dolor en mis piernas, y la sensación de caer en cualquier...