15.Trabajo

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Por una vez en su vida, Adrien salió más tarde del colegio, no porque estuviera castigado o algo, simplemente quería hacerlo y pocas veces hacía ese tipo de cosas. No mientras usara la mascara de "Adrien". Hoy iba a ir su princesa a su casa y no solo se iba a vengar de ella si no que intentaría pasar más tiempo junto a ella para arreglar las cosas.

Vale que como Chat noir Marinette no tenía secretos ni tuviera vergüenza de decir o hacer nada pero también quería ver aquella parte de ella como Adrien. 
La chica aun tenía desconfianza con él, no la culpaba pues había sido tan paquete como para defender a la hija del alcalde cuando no tenía ni por asomo razón. Cuando él se había prometido protegerla de todo. 
Quería recuperar su relación como amigos, que ella volviese a mirarle y a sonreirle. Echaba de menos esos pequeños instantes, a pesar de que tenía todos los instantes posibles como Chat noir.

Su guardaespaldas le echó un pequeño rapapolvo y le dijo que no volviera a repetir ese comportamiento pero él no le escuchaba, solo quería que lo llevasen a casa para ordenar su cuarto, darle queso a Plagg y visitar a su princesa. 
Quería visitarla primero, antes que ella viniera a su casa y así poder preguntarle el porque de haberse tapado su marca. 

Plagg abrió los ojos ilusionado cuando el rubio dejo delante de él una gran porción de su queso preferido. Mientras el kwami comía, él abrió las ventanas para airear la habitación, pues el aroma a queso se sentía algo potente. Él ya estaba acostumbrado pero no quería incomodar con el olor a su princesa. Las dejaría abiertas hasta que ella llegase para que así le fuera más fácil la entrada y salida cuando se transformase en Chat noir.

Ya transformado en Chat noir y con unas rosas en las manos fue hacia el balcón de la azabache, encontrando a la joven regando las plantas en su balcón.

-Buenas tardes, princess-Dijo coqueto y estiró hacia ella, mostrando las rosas. 

-Ohh, gracias Chat-Emocionada se acercó al minino, que se mantenía acuclillado en la barandilla. Ella tiró de su cascabel para acercarlo y dejar un beso suave en los labios del chico. Al instante el gato quería más.
Quiso acercarse pero ella se alejó con las flores en las manos.

-Juegas sucio, princess-Dijo bajando de la barandilla y yendo detrás de ella. Antes de que la chica entrase por la puertecita de entrada, el gato la apretó contra la pared y la volvió a besar.
Tiró un poco de su cabello para que subiera el rostro y pudiera besarla como él deseaba, introduciendo su lengua en la cálida boca de la chica quien gimió contra sus labios.

Sus brazos rodearon las caderas de la joven, acariciando los glúteos de la joven, haciendo que diera un pequeño saltito y rodease la cintura del héroe. Él la sujetó y dejó que ella respirase un poco, mientras él bajaba hacia su cuello y sopló suavemente en esa zona.

-Te dije que no ocultases mi marca-Dijo con voz gutural y frotó aquella zona para eliminar el maquillaje de sus marcas-¿Lo has hecho?

Marinette no sabía que responder o como hacerlo, pues no sabía ni como pronunciar. Sus piernas temblaban y de no ser porque él la sujetaba, se habría caído. 

El gato volvió a preguntar, sin quitar la sonrisa de sus labios gatunos. Besó el cuello de la chica y sacó los dientes para mordisquear su barbilla.
Utilizando su cuerpo para aplastar a la chica, llevó una de sus manos a la intimidad de la chica, cubierta por la ropa. Ella soltó un potente gemido que hizo que el chico se pusiera más duro.

-¿Tanto me deseas, princesa?-Su voz era divertida pero a su vez era ronca y sensual. 

Los ojos de ambos se encontraron, la chica tenía los ojos entrecerrados, con los labios abiertos y la respiración acelerada. Chat noir volvió a pasar su mano por su centro intimo y tiró de su ropa para bajársela. Lo hizo con un poco de prisa y necesidad, cosa que ella no le impidió.

Un gato solitario *Marichat*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora