30.Sorpresa inesperada

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Marinette estaba sentada en su cuarto de baño, con un rostro inexpresivo y sorprendido mientras sus dedos temblorosos sujetaban un pequeño aparato.

Lagrimas silenciosas empezaron a caer por sus mejillas.

-Justo ahora...-Suspiró y se levantó para acabar de vestirse y empezar un nuevo día. Tikki la esperaba fuera, en la habitación, curiosa por los sentimientos que empezaba a sentir de su portadora. 

-¿Estas bien?-Preguntó cuando la vio salir ya vestida con un vaquero y una camiseta roja. Nada elegante y sorprendente, ya que últimamente no se sentía con ganas de arreglarse.

-Estoy bien Tikki-Contestó Marinette, antes de coger sus cosas y salir de casa. Había concertado una cita antes de ir a clase, por lo que le avisó a Alya de que no iba a ir a las dos primeras clases.

A la azabache nunca le gustó ir a médicos y se revolvía incomoda en la silla blanca de plástico mientras esperaba su turno para entrar en la sala del médico.
Cuando una enfermera la llamó se levantó como un soporte y al indicarle por donde tenía que ir, entró en la habitación.

-Hola?-Dijo, miedosa.

-Pasa Marinette-Dijo una dulce voz y la chica entró, encontrándose a una señora de pelo rizo vestida con una bata blanca-Bienvenida

-Gra-cias,...-Dijo entrando y sentándose frente a la mesa donde la esperaba-Yo...nunca, no sé como...bueno...

-No tengas miedo, está bien-Dijo ella-Soy Gemma, ¿Es tu primera vez en el ginecólogo?

-Si, yo estoy algo asustada

-Bien, vamos a revisarte

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Alya tamborileaba los dedos en su pupitre, preocupada por el retraso que la azabache estaba teniendo. Estaban en la cuarta hora y la chica aún no había llegado a clase.

Cuando la vio aparecer, con paso apurado y el rostro serio, no dudo en preguntarle que había pasado, pero la parisina no dio ningún dato. Simplemente le dijo que había tenido que salir a hacer algo importante.
Alya curiosa decidió que no preguntaría nada, todavía. 
Marinette pensó que Adrien le preguntaría, aunque fuera por curiosidad pero el rubio permanecía ajeno a la conversación. Eso ya había sucedido antes pero su indiferencia estaba haciendo daño a la azabache.

De hecho, la azabache necesitaba un buen momento para hablar con el chico pero no lo encontraba y al final de la jornada el rubio se fue sin despedirse de sus amigos.

-¿Puedes acompañarme a casa?-Pidió Marinette a Alya, cuando salieron del edificio.

-Claro, a ver si me dices ya que es lo que ocurre

Marinette apretó las tiras de su mochila, no sabiendo por donde empezar.

-Tengo...un retraso-Dijo con voz triste.

-¿Eh? ¿Retraso?-La morena no entendió a que se refería hasta que Marinette señaló su parte intima con los dedos. Alya abrió la boca, sorprendida-No puede ser....

-Si...llevo unos días preocupada y....fui a comprar...eso...-Dijo, jugando con sus dedos-Hice la prueba...pero tenía dudas y fui...al medico

-¿Por eso faltaste?

-Si

Alya estuvo pensando unos instantes antes de hacer la pregunta-¿Es de Adrien? ¿Chat noir?

-Es de Adrien....-Obviamente no podía decirle a Alya que ambas personas eran el mismo. Tenía la seguridad de que era de Chat noir, pues fue con quien más intimidad tuvo, pero no cambiaba el hecho.

Un gato solitario *Marichat*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora