16. Malos entendidos

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Cuando llegas a un lugar desconocido es normal sentirte nerviosa y no sabes bien que hacer. Eso mismo le sucedía a Marinette mientras entraba en la gran mansión Agreste.
Un par de agentes de seguridad la observaron impasivos que le pusieron los pelos de punta a la joven, que se enderezó lo más que pudo y entro en aquel lugar dando pasos largos y rígidos.

Dentro de la mansión se sentía frío, no el frío de temperatura si no el frío que provocaba un hogar roto y puso de los nervios a la chica, que ya de por si, ya estaba nerviosa.

Nathalie, la secretaria del imponente Gabriel Agreste la invitó a pasar con aquella voz seria que la caracterizaba. Marinette no sabía porque pero una parte de ella esperaba que fuera el rubio quien la recibiera. 

-El señorito Adrien la espera en su cuarto-Dijo seria y le hizo una señal hacía las escaleras superiores donde ella ya sabía que estaba el dormitorio del joven. 
Mientras subía las escaleras de la mansión, podía sentir la mirada de la secretaria en su espalda. ¿Como se podía vivir en aquel lugar? Era agobiante y la sensación que le provocaba no era para nada buena. Quizá era algo que solo los ricos podían entender. 

Unos suaves golpes sonaron en la habitación de Adrien, quien con algo de emoción fue a abrir, encontrando a su princesa. Su sonrisa se mantuvo al ver el precioso atuendo que ella había elegido para aquella ocasión. El rojo sin duda le sentaba genial a su Lady.
Adrien quería agarrar aquellas caderas femeninas y pasar las manos por aquellas piernas blancas y que ella había decidido no cubrir. Quería aullar por su suerte.

-Hola Marinette-Dijo, dándose cuenta de que había estado mucho tiempo callado pensando en sus hormonas-Pasa, por favor

Marinette simplemente dijo un "hola" y pasó al interior del cuarto masculino, quien no se perdió aquella vista. Ella le daba la espalda mientras caminaba hacía el interior de su cuarto, dándole una vista preciosa de aquel trasero cubierto por el pequeño pantalón. Nunca se había fijado en lo femenina que era su amiga.

-¿Como lo quieres hacer?-Escuchó a la joven preguntar y no pudo evitar que su región baja se emocionase. Luego comprendió a que se refería. 

Se mordió los labios. 
Estuvo a punto de decirle "tu, desnuda y en mi cama".

Malditas hormonas.

-Ya que podemos basarnos en moda y tu eres una gran diseñadora, ¿Por que no pensamos en algún diseño para una época?-Dijo caminando hacia su mesa, donde había dejado libros y papeles para trabajar. Marinette ya se había sentado y sacado sus cosas. 

Adrien tomó asiento a su lado, algo cerca, pues ella pareció algo incomoda pero no se alejó.

-Bueno, me parece bien-Dijo ella, buscando algo en su libro-Podríamos hacerlo del renacimiento, hay muchos detalles de la ropa que solían utilizar.

Adrien estuvo de acuerdo con ello. Los dos empezaron a buscar la información necesaria para empezar a trabajar. Primero debían investigar sobre su cultura y los hechos importantes que sucedieron en la época para introducir el trabajo. 
Debían también redactar y justificar su elección mediante varias paginas y formularios, cosa que estaba haciendo Marinette.

-¿Tienes algún libro sobre diseñadores renacentistas?-Preguntó ella mientras garabateaba en una libreta las primeras conclusiones.

-Debería haber alguno en la estantería-Dijo él, subrayando algunas partes importantes de la historia en su libro de clase. Se dispuso a levantarse para buscarlo pero ella lo hizo primero y ambos se dieron un golpe en la frente.

Marinette intentó apoyarse en algo pero tropezó y no supo bien como pero de la nada estaba sobre el cuerpo de Adrien. Muy cerca del rostro del rubio quien tenía los ojos abiertos como platos al igual que ella.

Un gato solitario *Marichat*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora