Introducción.

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Julio del 2013. Las vacaciones perfectas en las que Joy conoció al hombre de su vida, Trevor Black, 6 años mayor que ella. Todo parecía ir en su favor. La relación estaba en su punto perfecto, la familia estaba más contenta que nunca, y que mejor manera de celebrar el tercer aniversario que llevar a cabo la ceremonia de ensayo para la boda.

Los invitados estaban ahí, dos docenas de meseros sirviendo el primer platillo de la noche, y la futura novia no se separaba de su prometido, no hasta antes de ver entrar por la puerta principal del elegante salón a su hermana mayor, Rachel, quien le llevaba 20 años de diferencia, pero aún así se querían mucho.

Aunque, Rachel no pasaba mucho tiempo con la familia, las hermanas solo se veían en ocaciones importantes como Navidad o el cumpleaños de sus padres. Ni siquiera llegaron a vivir juntas, porque Rachel desde temprana edad tomó la decisión de vivir sola. Ella era tan extraña, con ideas muy liberales, con principios modernos, cosa que a sus padres conservadores y tradicionales no les agradaba, esa era la razón.

Joy era diferente, siempre atenta a las ordenes y consejos de sus padres, siempre unida a la familia, tenía espíritu rebelde igual que su hermana pero al ver como era tratada, lo reprimió y obedeció al pie de la letra el mandato de sus padres. La boda era una de sus ideas, pero al estar tan enamorada no le importo casarse con sólo 20 años de edad, estaba segura de querer compartir su vida con Trevor.

Rachel llevaba una pequeña caja en sus manos, caminó hasta su hermana y se sonrieron entusiasmadas seguidas por un tierno abrazo.

—No veía la hora en que llegaras.

—No podía faltar Joy. Te he traído un regalo. —Le mostró la cajita—Me ha costado mucho conseguirlo.

— ¿Qué es? —Mientras sacudía la caja cerca de su oído para averiguar el contenido.

—Un talismán; sé que no te gustan estas cosas, que mamá me ha prohibido mostrarte mis cosas de "brujería" pero es muy necesario que tengas esto. Prométeme que por nada del mundo se lo mostraras a alguien y que vas a llevarlo contigo siempre, al menos hasta que yo te indique.

Joy la miró de forma divertida. Su hermana siempre había creído en cosas espirituales como la reencarnación o el cambio de cuerpos, nunca le había llamado la atención a ella y por lo regular le consideraba a Rachel una lunática cuando tocaban esos temas hippies.

No pudo evitar echarse a reír.

—Joy, no te rías de mi ahora, esto es muy serio.

— ¿Porque me das esto? —Preguntó extrañada

—No puedo decírtelo ahora.

La mirada de Rachel iba hacia todas partes, como si alguien la estuviera vigilando o como si estuviera apunto de ocurrir algo,

—Joy, tienes que seguirme.

— ¿Seguirte a donde?

Rachel la tomó de la mano, caminaron entre los invitados, después fueron por un largo pasillo que conducía a las escaleras de emergencia, subieron algunos pisos y llegaron a la azotea. Rachel abrió la puerta.

— ¿Porque me has traído aquí?

—Lamento no poder responder tus preguntas, no hay tiempo. —Decía con la mirada nerviosa. 

— ¿Tiempo de qué? ¿De que estas hablando? —Preguntó nerviosa.

El viento soplaba demasiado fuerte arruinando el peinado elegante de Joy, era sobretodo fuerte al estar en la azotea de un gran edificio. Sin mencionar que el cielo se veía gris, como si una tormenta se avecinara.

—Joy, tienes que prometerme que vas a ser fuerte, no importa que pase, sé fuerte y no cometas ninguna estupidez. —Saco un sobre de su bolso. —Toma, debes dárselo a la primera persona que veas, ¿Has entendido?

— ¿Qué es todo esto? ¿De qué estas hablando? —Comenzaba a lucir nerviosa.

—Ha llegado la hora, buena suerte.

— ¡No! ¡Espera! ¿De que estas hablando?

Joy no pudo pronunciar ni una palabra más, pues en ese momento fue como si los 30 pisos del edificio no existiesen y un extraño y enorme hoyo blanco se abrió ante sus pies absorbiéndola y obviamente causándole un desmayo inmediato.

El mismo cielo en una época diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora