Inicios de Marzo, la primavera se acercaba, sólo le quedaban dos meses a Joy en 1996 y...
—Daniel, creo que tengo un retraso—Bufó frente al espejo. Estaba ensayando la manera de decirle a Daniel que probablemente la habían cagado—. No, así no. Una vez más... —suspiró— Daniel, ¿Podrías llevarme al doctor? Creo que estoy enferma... —gruñó—¡No, así no!
Se rindió tomando asiento sobre la tapa del inodoro. No era algo tan fácil de decir... ¿Y si estaba embarazada? , ¡Era imposible!
Repasó en su cabeza miles de veces todas las ocaciones en las que tuvieron relaciones, y estaba completamente segura de que en todas ellas habían usado protección.
¿Entonces porque su periodo no venía? , ¿Acaso era un efecto de estar desapareciendo?
Sus estresantes pensamientos fueron interrumpidos por Daniel tocando la puerta del baño.—¿Está todo bien?
—Vamos Joy, es ahora o nunca, es ahora o nunca. —Se repitió en voz baja antes de abrir la puerta.
—¿Joy? —preguntó asustado.Joy abrió la puerta sin decir nada al principio, se paró frente a él, temblaba por dentro y creía que iba a desmayarse como de costumbre.
—No me mires así, estas asustándome. ¿Qué pasa?
—Es que... —se mordió el labio inferior nerviosa— No sé como esto puede ser posible pero, tengo un retraso.Por fin, mierda, se lo dijo.
El chico ni siquiera lo entendió a la primera, la miró confundido tratando de averiguar a que se refería.—Daniel, ¡Que creo que estoy embarazada! —Le habló con voz más fuerte para que entendiera.
Y si que entendió, se puso pálido y nervioso. En el lado izquierdo de su rostro se formó una sonrisa incomoda.
—¿De qué demonios te ríes?
—Es una broma, ¿No? —comenzó a reír nervioso a lo cual su novia reaccionó molesta.
—¡No, no lo es!Joy lo empujó enojada, ¿Quién bromea con eso?
Se sentó en el sofá poniendo sus manos a los lados de su cabeza, no sabía que hacer, estaba entrando en pánico. Fue entonces cuando Daniel entendió la seriedad del asunto. Corrió a ponerse de cuclillas frente a ella y la obligó a verlo,—¿Enserio no es un juego O'Donell? —preguntó más serio.
—Jamás jugaría con algo así, idiota. —suspiró.
—¿Pero cómo pudo pasar? , ¡Siempre nos cuidados! —le comenzaron a sudar las manos y estaba más nervioso de la cuenta.—¿Y si sólo es un retraso simple?
—No sé, creo que lo mejor es ir al doctor.
—¿Dónde? , no puedo llevarte a la clínica porque todos te conocen ahí.
—Pues busquemos otro lugar.
—Bien, —suspiró tratando de calmarse— mañana veremos si ese retraso sigue, iremos al doctor y sabremos todo de una vez, tu tranquila. —La alentó aún cuando él estaba más nervioso que ella.Durante la cena no comentaron nada más acerca del posible embarazo. Fue cuando estuvieron apunto de dormir cuando Daniel habló de nuevo.
Ella estaba acostada de lado dandole la espalda, así que el chico se movió hasta poder abrazarla por detrás, con la manó derecha le tocó el vientre y le dijo muy cerca del cuello:—No me da miedo que estés embarazada, estas cosas le pasan todo el tiempo a cientos de adolescentes precoces, lo que realmente me preocupa es que pronto vas a desaparecer, ¿Entonces que pasará con ese bebé?
A Joy se le formó un nudo en la garganta. Entre las sabanas se giró para mirarlo de frente, aún lucía asustado por la noticia.
—No sé—respondió a su pregunta—. Esperemos que no lo esté.
—Si tan sólo pudieras quedarte... —susurró— Si tan sólo fueras de esta época.
—Pero no lo soy. —contestó apunto de desbordar su llanto.
—Podríamos tener ese bebé, formar una familia, ser felices juntos.
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El mismo cielo en una época diferente.
RomanceJoy O'Donell estaba viviendo un cuento de hadas con el hombre perfecto, Trevor Black, con quien llevaba tres años de romance. Estaban a sólo unos días de casarse y vivir felizmente juntos; pero la noche de ensayo para su futura boda... Joy desaparec...