I - 1994.

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"Soy yo, Rachel, soy tú. Sé que suena extraño pero por fin lo logramos, no como lo habías estado planeando, pero he logrado algo de que sentirse orgullosa, he salvado a alguien importante, aún no la conoces, pero debes saber quién es. Su nombre es Joy O'Donell, es nuestra hermana.

Es ella, es esta persona que te has encontrado aquí, yo la he enviado, debes cuidarla, debes mostrarle todo lo que ha estado pasando en la familia para que se dé cuenta de que su vida es una farsa.

Aquí hay ciertos pasos que debes seguir.

1.- No la dejes interactuar mucho con otra gente, según lo que hemos estudiado esto puede cambiar el transcurso de la vida y modificar el futuro, mi futuro y donde ella vive.

2.- Se paciente, es una pequeña versión de todos los principios que mamá y papá intentaron inculcarte.

3.- Detenla de hacer una estupidez, solo la envié para que supiera la historia desde el principio, no para que la evitara.

Sé que podrás con esto."

Era Rachel, con 22 años menos. 1994.

La Rachel del presente, la de 40 años, había mandado a su hermana pequeña al pasado. ¿Era posible? ¡Si! Durante toda su vida desde la adolescencia le habían llamado la atención aquellas cosas de brujería, creía en las supersticiones y la vida después de la muerte. Sus padres la echaron cuando ella les dijo que no quería tener una carrera universitaria y planeaba dedicarse a ser bruja. Estaba loca, quizá, pero su objetivo era nunca haber nacido. Le interesaba descubrir cosas raras todos los días, pero sin embargo lo que le apasionaba era investigar sobre los viajes en el tiempo, quería viajar al pasado para impedir su nacimiento y en definitiva no tener la familia y la vida que tenía. Si, en su familia no había carencias, había dinero de sobra y ese era el problema, que siempre querían más y harían lo que fuera con tal de ser cada vez más asquerosamente ricos. Lo odiaba.

—Debe... Debe ser imposible. —Dijo sorprendida al terminar de leer su carta.

Esta Rachel, evidentemente más joven, físicamente era alta como siempre lo había sido, no era obesa pero tampoco era delgada, tenía un cuerpo con muchas curvas, el cabello largo y quebrado de un color castaño claro, casi rubio, ojos grandes café oscuro, y como la extraña "bruja" que quería ser, vestía de negro.

Se quedo observando de cerca a la que no creía que podía ser su hermana. Y es que no parecían hermanas, Joy tenía una piel pálida, cabello negro, labios rojos y era muy delgada. A Rachel en verdad le parecía hermosa la chica que tenía recostada en el sofá de su apartamento.

Luego del extraño viaje y los varios minutos que Rachel pasó observándola, Joy comenzó poco a poco a abrir los ojos.

— ¿Hola? , ¿Joy, te encuentras bien? , ¿Puedes escucharme?

Joy se incorporó en el sofá y talló sus ojos como si estuviese despertando de una siesta. Abrió por completo los ojos y miró a su hermana. La conocía. En el futuro no había cambiado mucho y no es como si nunca hubiera visto una foto de su hermana en plena madurez.

— ¿Rachel? , ¿Es esto normal? —Pronunció con palabras apenas entendibles.

— ¿Me reconoces? —Le preguntó intentando encontrar su mirada, pero lucía perdida, y lo estaba.

— ¿Por qué no lo haría? Eres mi hermana, y acabo de tener un sueño muy extraño.

—Joy, creo que no fue un sueño. —Tomó el sobre con el que encontró a su hermanita y sacó otra pequeña carta. —Te encontré con esto—Extendió su mano y se la entregó.

El mismo cielo en una época diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora