VI - Beso.

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—Ella es Angelique, tiene 19 años, es hija de un político en  Nashville, la familia no quiere escándalos en su condado, así que darán al bebé en adopción cuando nazca. –Les explicaba un hombre trajeado mostrándoles la foto de la susodicha.

—¿Saben el sexo del bebé? —Preguntó Xavier.

—Aún no, la chica sólo lleva tres meses de embarazo.

—No creo que sea lo que buscamos, Xavier. —Le dijo su mujer al oído.

—Seguiremos buscando y mandándoles solicitudes, si lo desean.

—Lo agradeceríamos, mi hija se hará cargo mientras nosotros viajamos a Inglaterra.

Ya en el auto, la pareja se mantenía en silencio hiendo a casa, no les agradaba mucho la idea de tener que adoptar a un bebé, pero su estupida ambición les ordenaba hacerlo.

—Pensé que Rachel vendría con nosotros a Inglaterra. —Comentó Monica.

—No voy a llevarla, alguien debe quedarse a cuidar la casa, y pensándolo bien será mejor que te quedes con ella. —Dijo firme—Aún no estas lista para viajar, mujer.

—No me empieces con eso, Xavier. —Giró los ojos.

—Yo me encargaré de todo, no te preocupes.

Dio un suspiro largo evadiendo el tema.—Apresurate a conducir, es noche de brujas y Rachel debe estar volviéndose loca con tantos niños en nuestra puerta.



Cervezas adornaban la mesa de centro del living, bolsas ya vacías de frituras se encontraban también así como colillas de cigarros  y como fondo musical Janis Joplin cantando en la radio una canción que era popular en los sesenta.

Estaban los dos sentados casi acostados uno en cada sillón del living, habían estado hablando de la fiesta, los disfraces buenos y malos de la gente, ningún tema personal había salido a relucir hasta ahora...

Suspiró.—No creí que te gustara beber.

—Tampoco lo pensaba de ti. Pero aveces lo necesitamos, ¿no?

—Ya no quiero estar aquí. No te lo tomes a mal, me agradas, me refiero a que quiero terminar de descubrir todo para poder volver a mi tiempo.

—También me agradas. —Dijo cabizbajo y Joy no estaba seguro si estaba triste o ebrio, o las dos.

—¿Estas ignorando todo lo que te dije sólo para resaltar la parte en la que nos agradamos? —Rió.

—Si. —silencio  incomodo—Ya se como es mi chica ideal. —Soltó.

—¿Qué?

—Hace rato me preguntaste eso, y no pude responder.

—Estoy muy ebria para recordar eso, estoy tan ebria que mañana no podré recordar nada. —Rió de nuevo.

—Perfecto, así no recordarás que dije que tu eres mi chica ideal.

Se levantó del sofá y caminó hasta a ella, lo hizo tan veloz como pudo, antes de que Joy pudiera articular alguna palabra o pensará en apartarse o detenerlo. Y si, nada lo detuvo, se colocó justo frente a frente, posó un brazo en el respaldo del sofá y el otro en la mejilla de Joy;  sólo se frenó un segundo para mirarla a los ojos y asegurarse que nada saldría mal, como la chica futurista no hizo nada... La besó.

Ambos cerraron los ojos, primero tocaron sus labios con delicadeza, sintiendo apenas la respiración del otro y poco a poco se fueron adentrando a los diferentes sabores en sus bocas, la combinación entre cigarrillos y cerveza.

El mismo cielo en una época diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora