XXXI - Después del accidente

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Pasaron varios días, Xavier quien tenía las heridas menos graves estaba recuperandose en casa, su mujer y una enfermera contratada cuidaban de él, Mónica aún no le mencionaba nada al respecto de que ya sabia del embarazo de Lauren, estaba esperando a que él mejorara o en todo caso sacara el tema.

Lauren, había sido trasladada al mejor hospital de Dauphin, donde Xavier le estaba pagando los mejores cuidados de las mejores enfermeras. Ya no estaba inconsciente, pero seguía internada debido a las lesiones en su cuerpo y la perdida de su bebé; cuando recibió la noticia sintió que estaba al borde de la muerte una vez más, vio meses de trabajo tirados a la basura, estaba deprimida y en sólo un par de días había bajado de peso notablemente porque no lograban hacerla comer más de una vez al día.

Y Joy... Joy seguía sin despertar. Daniel y Rachel tomaban turnos intercalados para cuidar de ella, el chico había rogado a su padre que pagara el tratamiento de su "amiga" y como su padre le consentía todo se lo estaba cumpliendo.

En la clínica la trataban bien, pero era su cuerpo el que no respondía, y los médicos no le daban mucha esperanza de vida a la chica futurista.

Daniel estaba comenzando a entrar en desesperación, justo cuando creía que enserio las cosas iban bien ocurría eso y lo peor es que jamás volvería a verla, ni siquiera en el futuro.

Era el séptimo día, a una semana exacta del accidente, pronto sería el cambio de turno, Rachel tomaba las mañanas para cuidar de su hermana mientras Daniel iba al departamento a comer algo, ducharse y dormir aunque sea un poco.

Estaba apenas saliendo el sol, Daniel no había dormido en toda la noche, estaba sentado en una silla junto a la cama donde yacía inconsciente Joy. La miraba y no podía evitar que sus ojos se llenaran de lagrimas, quería tenerla de vuelta, quería que viviera.

—Por favor despierta. —susurró— Te necesito. Lo hago más de lo que crees o de lo que parece. —hizo una pausa— Sé que te he tratado mal algunas veces, que he sido grosero contigo, pero no tienes idea de cuanto me gustas O'Donell. —el nudo en su garganta comenzaba a formarse— No soy perfecto y quizá no te merezco, pero al menos quiero saber que estas viva. —algunas lágrimas comenzaron  a salir— Yo realmente te... te... —tartamudeó— te quiero. —dijo no del todo convencido, porque sentía más que eso.—Sino te tengo aquí no sé lo que haré, al menos quiero verte en 20 años, sólo quiero que sobrevivas. Eres... lo más importante en mi vida. Te necesito...

—¿Lo más importante en tu vida? —interrumpió Rachel enojada.

Había llegado un poco antes al hospital y entró a la habitación cuando Daniel no la notaba.

Él se giró para verla.

—¡Respondeme! , ¿Ella es lo "más importante en tu vida"? —hizo las comillas.

—Rachel...

Se levantó rápidamente y se secó algunas lágrimas.

—¿Qué haces? , ¿No sabes tocar la puerta?

—¡Responde!—le gritó.

—Guarda silencio, estamos en un hospital y aún no es hora del cambio de turno.

Queriendo ignorar su pregunta hizo que ambos dejaran la habitación y salieran al pasillo donde podían hablar más tranquilamente y en voz baja sin armar escándalos porque las reglas de hospital lo prohibían.

—No evites mi pregunta Daniel, te escuché muy bien.

—¿Y qué esperas que te diga? —preguntó fastidiado.

El mismo cielo en una época diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora