Lagrimas Infinitas (#32)

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-No puede ser – me miro con ojos de cristal empañados – mi madre también murió – sus ojos se salieron de su cara. Parecía pasmada y confundida a aquel hecho

-¿Cómo?

-se suicidó por mi culpa – sus manos se encontraron en su boca, al instante de decir las causa de la muerte de mi madre. Su cuerpo se pasmo y se retiró hacia atrás

-No puede ser – retiro las manos de su boca, y dejo visible las lágrimas recorriendo su nariz – mi madre también se suicidó.

Estaba atónita y pasmada. Nuestras madres habían sido engañadas por el suicidio y la desgracia. Pero lo que no me explico, es ¿Por qué paso exactamente a las dos elegidas a Onex? Estaba en ese momento con esa pregunta, no entendía, porque mi madre se había suicidado exactamente ese día en el que fui escogida, donde le grite. Y la madre de Ann también. No puedo entender esta similitud, este aberrante suceso. No quiero pensar nada, pero, siento que hay algo más detrás de esto.

-Esto me tiene mal. Sin April y sin ella, me siento sola. Bueno, Katty y Amiéel son una buena compañía, pero me sentía sola. Y sin ti, pero ya estás aquí

-Me siento peor que tú. Solo mírame, no tengo a mi mamá, se fue – se arregló el pelo detrás de la oreja – no entiendo porque lo hizo, no había nada en su vida que la hiciera llegar a cometer aquello.

En ese momento, me acorde de Katty y la extraña muerte de su padre. Exactamente murió cuando fue escogida como Onex, no sé si desconfiar de esta sociedad que estoy descubriendo más a fondo, o solo dejar de pensar en esto y decir que todo lo que pueda llegar a pensar es estúpido. Pero mi mente no puede dejar de pensar en esa casualidad. Es decir, Katty es escogida como Onex, muere su padre, yo y Ann, somos escogidas como Onex, Mueren nuestras madre; se suicidan, y sin ningún punto. Aunque mi madre, si tenía puntos; el odio de April, y mis ganas de que me diera disculpas por lo que me dijo. Pero aun siento que algo pasa.

-Ann –tome de las manos a Ann – siento que algo pasa aquí

-¿De qué hablas? – frunció el ceño

-Nuestras madre se suicidan, y el mismo día, y sin explicación. Estoy desconfiando de esto

-Tara no me asustes – me soltó las manos y se paro

-No es para asustarte, porque ya estamos asustadas. Míranos – me pare. Sentía una adrenalina de miedo, unos nervios - ¡Yo no quiero matarte!

-¡Yo menos! – Comenzó a llorar, junto a mí – pero no podemos hacer nada

-Algo raro pasa, y siento que es malo

-Todo esto es malo.

Estaba a punto de decirle algo, pero por esa puerta, entro Katty desconcertada.

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora