-Nada señor gracias – dije para no tener que hablar
-¿Cómo que nada? – Dijo Matthew – claro que necesitamos algo. Tráenos una Champaña
-Sí señor, ahora se los hago llegar
-Gracias – y aquel hombre se retiró.
Estaba tan incómoda en ese momento, prefería ser enterrada viva
-Tara, ahora que seremos esposo necesitamos hablar y conocernos mejor
-Bien – lo mire a los ojos – mírame – me observo detenidamente – bueno, ya me conoces – me volteé y fije mi mirada en mis puños debajo de la mesa
-No hablo de eso. Hablo de conocernos como persona, saber lo que te gusta y lo que no
-Eso es fácil. No me gusta estar aquí, no me gusta estar aquí sentada – lo mire sin pena – no me gustas tu
-Tu tampoco me gustas – me sorprendí al ver que mi rechazo era su rechazo – por eso hay que conocernos.
Era tan sabio y diferente a todas las personas que he conocido. Creo que te tiene que ver su crianza en Armonía, porque no creo que se haya criado en Catania.
-Matthew, con todo eso de conoceros – me puse recta y saque mis manos de debajo de la mesa - ¿Tú donde te criaste y donde naciste?
-Púes, yo nací aquí, en este palacio y crecí en Armonía – era obvio que era de Armonía. Su delicadeza a hablar, su educación
-Eso es increíble. Siempre he dicho, o siempre e creído que los de Armonía eran más educados, ahora lo compruebo
-Tú eres muy hermosa. En Armonía no hay chicas así de hermosas como tú – no pude evitar sonrojarme. Aleje mi rostro de él para que no se diera de cuenta
-Eso nunca me lo habían dicho – volví mi cara a sus ojos.
Estábamos en pleno silencio, cuando el me agarro la mano; me la apretó. No pude evitar apretar la de él. Me sentía tan bien, y diferente. Esto me está gustando.
-Y tú eres muy lindo – me echo una sonrisa
-Lo especial de ti no es tu belleza, es tu forma de ser, me encanta como eres
-A mí también.
En ese momento todo era adrenalina. Las manos de este chico en las mías me hacía explotar juegos artificiales en la mente. No sé porque siento esto, pero algo en él me atrae y me invita a besar su... ¡Tara! ¿Qué te pasa? Debes reaccionar, él no te quiere, tú no lo quieres.
Haciéndole caso sumiso a mi mente, intente soltar mi mano de la suya, pero él no dejo. Lo mire perpleja. Estaba en un caso de bipolaridad amorosa.
-Invitados – sonó una voz de algún lado de la habitación. Buscaba la voz, pero no la encontraba – déjeme decirles que es un honor tenerlos aquí – era la voz de un hombre – hoy celebraremos, el casamiento de Tara Smith – me sorprendí al oír mi nombre – y su prometido Matthew, el hijo del fundador Matt. También, al Casamiento de Ann con Marcus – habrá bailes, música de buena calidad y una sorpresa final. Felices sean todos.
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La Elegida
Science FictionEn un momento estaba feliz y riendo mientras las miradas me aprisionaban; dolida por la decepción. Pero ahora, solo estoy llorando, por que estoy sola. Mas de lo que estaba antes. Aquellas personas, me sacaron de un lugar feliz, y me meti...