Sus halagos envestidos de mariposas, eran lo que más me hacía sentir a gusto. Esa mirada que me hacía cada vez que me pronunciaba cualquier cosa, esa voz dulce que tenía, enserio me hacía sentir que estaba en un lugar mejor, pero al mismo tiempo uno peor.
-Matthew. Eres un chico hermoso, y tus palabras son encantadoras – le solté la mano – pero, desde que llegue me he sentido mal, y no es por ti, es por todo esto – me pare de la silla
-¿A dónde vas?
-A casa.
Estaba lista para salir corriendo y esta vez nada iba a detenerme o nada iba noquearme, solo iba a correr y llegar a casa. Y emprendí mi vuelo.
-¡Tara! – Era April, vestida de café y unas coletas a los lados, decorados con brillantina – Por fin te veo – llego corriendo hacia mí – pensé que había muerto.
Inmediatamente que sentí su abrazo, llegaron a mi mucho recuerdos, muchas cosas. Su abrazo era tan fuerte que me hizo sacar lagrimas pequeñas, pero tristes.
-April – me abrazo más fuerte – nunca moriría y te dejaría sola
-Tara – era Matthew – no te vayas por favor
-No lo hare – el me agarro la mano y sentí aquello, pero esta vez más profundo.
April me soltó, y tenía la cara empapada de lágrimas.
-Es hora del baile – dijo aquella voz.
La música relajadora de ese momento me lleno de paz. Me moví de lado a lado, para sentirme bien conmigo misma. Solo faltaba algo aquí, para sentirme feliz; Ann y mi mamá. Ann estaba a unos centímetros de nosotros, pero no sentía su ella aquí.
ESTÁS LEYENDO
La Elegida
Science FictionEn un momento estaba feliz y riendo mientras las miradas me aprisionaban; dolida por la decepción. Pero ahora, solo estoy llorando, por que estoy sola. Mas de lo que estaba antes. Aquellas personas, me sacaron de un lugar feliz, y me meti...