Cap. 33 * Te sacaré de aquí *

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Recuerda no estás solx.

24/03/2023


Narra Jackie

- ¿Lista para más?- entró nuevamente uno de los sujetos que me violó anoche. Mi cuerpo ya no podía responder, era difícil moverme e incluso hablar. Solo dejé que hiciera lo que quisiese conmigo.

Varias personas comenzaron a hablar fuera de la habitación, junto con varios pasos fuertes caminando por la zona. No estaba sola, y habían más personas afuera, no sabía si era correcto gritar o pedir ayuda, porque no sabía en qué lugar estaba, además, la fuerza que traía conmigo se fue a la primera estocada del sujeto. 

Miré con lágrimas en los ojos al suelo, donde una luz brillante iluminó el pequeño espacio que se formaba desde la puerta al suelo.


Narra James

- Necesito más de lo que me diste la última vez- le dije a aquel sujeto que me vendió la droga. No podía dejar de sentir que Jackie estaba siendo lastimada o que algo le dolía, era como si mis piernas y brazos dolieran al pensar en ella. No sabía si era la droga que me metía o si era algún "sexto sentido".

- Son $50- dijo este enseñándome una pequeña bolsa.

- ¿$50?- hice mención ante el elevado precio. 

- O podemos hacer negocios- dijo este. 

- ¿A qué te refieres?- pregunté.

- Necesito que alguien reparta esto en la institución donde estudias, además de algunas zonas donde no puedo ir porque me matarían- guardó la bolsa en el bolsillo de su chaqueta- y podrás obtener la droga que desees gratis.

Lo pensé por unos cuántos segundos, pero aquel diablillo que traía en mi mente tomó la decisión por mí.

- Acepto- dije estirando mi mano para cerrar aquel trato que había aceptado.

- Debes conocer nuestra casa- me dijo aceptando el apretón de manos.

Caminamos hasta una casa algo alejada de la ciudad que se notaba seguía en construcción, miré un poco apresurado el lugar, notando que habían varias habitaciones. 

- ¿Qué tienen ahí?- le pregunté al ver un letrero de "$10 la hora o $90 la muchacha". 

- Una de las mujeres que hizo daño a las chicas del patrón. La venden por $90 o si quieres puedes tenerla por $10. Es como un poco de diversión entre todo esto, las usamos cuando queremos liberar el estrés. 

La curiosidad me brilló más. 

- ¿A quién debo pagar?- dije. 

- A la chica de allá- señaló a una mujer con rizos pronunciados y con varios moretones por el rostro.

Me acerqué lentamente a aquella muchacha y pagué lo que decía aquel cartel. 

- Recuerda que solo una hora- dijo ella antes de que pudiera entrar a la habitación, la cual unos segundos antes había salido un sujeto con una sonrisa pervertida. 

No quería tener sexo con la muchacha, quería ayudarla. No iba a permitir que alguien le hiciera esto, porque tranquilamente podía ser mi hermana. Si podía ayudarla podría dejar de sentirme culpable por venderme a este mundo por droga. 

Abrí lentamente la manija de la puerta, entrando en silencio. Miré a la chica acostada en el suelo, con el cabello sobre su rostro y con sangre en sus brazos y piernas. 

- ¿Te encuentras bien?- me acerqué a ella, intentando quitar el cabello de su rostro y verla a los ojos. Pero al momento de hacerlo mi mundo cayó por completo, mi corazón se detuvo por unos segundos y mi ansiedad comenzaba a visualizarse. Era Jackie, mi Jackie. 

La tomé en mis brazos y no la solté. Había sido la carne fresca para una manada de hambrientos. La tocaron, abusaron de ella como se les antojó, sin saber que tan solo es una pequeña chica a quien le he traído problemas de adolescentes, no sabía que ahora vivió la realidad a la que ninguna chica debía afrontarse. 

- Mierda Jackie, no debes estar aquí- dije con lágrimas en mis ojos mientras la tomaba más fuertemente contra mi pecho. 

Ella levantó su mirada, encontrándose con la mía, para luego sonreírme por lo bajo y dormir en mis brazos. El dolor en mi pecho es indescriptible, no podía ni tan si quiera voltear a ver su cuerpo, porque traía las huellas de los sujetos que pagaron por tocarla. 

Pasamos treinta minutos en aquella posición hasta que finalmente ella se levantó asustada y se sentó contra la pared.

- Vamos a salir de aquí- quité el cabello que se pegaba a su rostro por sudor y lágrimas. 

- No se qué me hicieron James- respondió con la voz ronca y sin ánimo. 

- Te sacaré de aquí Jackie- le miré de nuevo. 

Se encontraba con la mirada vacía, perdida en sus pensamientos. Con golpes en su rostro y con heridas por todo el cuerpo. 

Salí de allí de inmediato y me acerqué nuevamente a la chica a quien pagué. 

- Me llevo la chica- le dije molesto- te doy $100- respondí sacando mi billetera del bolsillo de mi pantalón y dándole en efectivo. 

- ¿Tanto te gustó la virgen?- dijo riéndose- es toda tuya- dijo ahora. 

Corrí a donde se encontraba, la tomé en brazos y salí del lugar. 


Narra Jackie

Comencé a ver todo nublado, y sentí que me llevaban nuevamente hacia otro lugar. Mi zona íntima comenzaba a doler y arder, incluso notaba que algo escurría por allí. 

Como si fuera un sueño pensé que James ahora se encontraba conmigo, que me ayudó e incluso me sacó de aquí, pero no podía ser verdad. No podía seguir imaginándolo como un héroe que siempre está ahí para mi rescate. 

Me dormí nuevamente esperando retomar con fuerzas cuando despertara y volver a afrontar esto. Aunque, para este punto ya no sabía si quería seguir aquí, en este mundo que tanto me lastimaba o si debía dejarlo de una vez por todas. 


(***)

Me despierto en una auto, con ropa que no era mía y recostada sobre la ventana. Me levantó de asustada, viendo que efectivamente era James quien estaba a mi lado, y la ropa que cubría mi cuerpo era su camiseta junto su chaqueta. 

- ¿Qué hago aquí?- dije asustada, intentado sacarme el cinturón de seguridad.

- Te saqué de allá, vamos de camino a mi casa. O si deseas podemos ir a la tuya, a la de tu novio o a donde desees ir- respondió tomando de mi mano evitando que desabroche el cinturón. 

- No tengo novio, y no quiero ir a mi casa- respondí asustada. 

- ¿Entonces estás de acuerdo en ir a mi casa?- preguntó

- No me queda más- dije con un profundo dolor.

Sentí todo mi cuerpo doler, mis piernas palpitaban, junto con mi zona íntima, que me notaba percibir ardor e incluso como si algo líquido estuviera saliendo de allí. 


OLVIDEMOS APARIENCIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora