Capítulo editado, disfruta tu lectura.
25/03/2023
Narra Jackie
- Esto es imposible- le dije a Fernanda mientras miraba el libreto con los ejercicios de matemática avanzada que debíamos presentar antes del examen final.
- Conozco a alguien que puede ayudarnos- dijo con su típica sonrisa de tener algún plan en mente.
- No me metas en problemas- bromeé al verla- ¿lo conozco?
- No estoy segura- levantó sus hombros- pero puedo llamar a pedir una clase para las dos- dijo mientras movía su celular de un lado al otro en búsqueda de mi aprobación.
- Hazlo- rodé mis ojos rendida.
(***)
- Tengo que pasar por la oficina del registro retirando mi pasaporte- dijo Fernanda mientras miraba su celular.
- ¿Me vas a dejar sola con un desconocido?- pregunté angustiada.
- Llegaré en una hora al lugar, no te angusties. Si necesitas algo puedes llamarme- dijo ahora abrazándome.
- ¿Dónde nos encontraríamos con el sujeto?- pregunté un poco desganada.
- En tu autobús, creo que viven cerca, no lo sé. Pero de verdad si me necesitas llámame- me dio un beso en la mejilla y caminó en dirección contraria a donde estábamos.
Caminé algo nerviosa hacia mi autobús, asesinando mentalmente a Fernanda por dejarme sola en esto. Pero al fin y al cabo, no me queda más que acceder ir y terminar de una vez por todas por el último trabajo para presentar y poder pasarla bien en nuestras vacaciones de verano.
- ¿Hola?- pregunté a espaldas de un chico que se encontraba esperando apoyado.
- Hola- respondió con una sonrisa mientras se volteaba a verme- ¿Jackie?- preguntó.
- ¿James?- dije igual de sorprendida- ¿sabes matemáticas?
- Lo tomaré como un halago- sonrió- es la manera en la que he logrado ocupar mi mente, y puedo ganar un poco de dinero también.
- No es necesaria tu ayuda- dije nerviosa, intentando evitar la tarde que tendremos juntos.
- Solo serán matemáticas, lo prometo- levantó su mano y la colocó en su corazón.
(***)
- Ya no puedo más- me tiré sobre su cama, rendida. Habíamos pasado toda la tarde entre números y letras. Fernanda nunca llegó, tal vez sabía lo que hacía, la próxima vez que la tenga en frente la asesinaré. No puede dejarme con él ni un minuto, porque sabe que mi corazón volverá a sentir lo que sentía hace unos meses.
- ¿Deseas algo?- preguntó levantándose del asiento que tenía junto a su escritorio, a lo que negué con la cabeza.
- Un poco de agua te hará bien- dijo y salió de su habitación.
Me quedé observado desde mi posición todo el lugar. Recorriendo cada zona detalladamente, porque jamás había tenido la oportunidad de hacerlo, conocía su cama, y las cosas básicas que lo decoraban pero jamás me había percatado de la zona con trofeos y medallas que se encontraba en la esquina de su habitación o el lugar donde estaban varias fotografías, cartas, y recuerdos. La curiosidad me ganó, a lo que me levanté y caminé hacia ese lugar.
Encontré las entradas al primer parque de diversiones que fuimos juntos, además del corbatín que usó en nuestro primer baile. Unas cuántas rosas marchitas y una fotografía de ambos en un porta retratos. ¿Realmente guardaba todo esto?
Escuché sus pasos acercarse así que me moví de allí, para quedar de pie frente a la cama.
- Un vaso de agua para Jackie- dijo así mismo entrando al lugar. Sin embargo, la alfombra que decoraba su suelo lo hizo tropezar, haciendo que cayera todo el contenido del vaso sobre mi cuerpo, mojándome el rostro y el pecho. No supe qué hacer, fue graciosa la manera en la que sucedió esto.
- ¡Perdón!- se dijo a sí mismo mientras tomaba pañuelos de su mesa de noche y comenzaba a pasármelos por el rostro secándolo.
Comencé a reír, fue muy graciosa la manera en la que cayó sobre mí y cómo intentaba secarme con pañuelos que dejaban pedazos pequeños de estos sobre mi rostro, dejándolos pegados en mi piel. Porque no solo me intentaba secar, sino que también dejaba un caos más grande en mi piel.
Narra James
La cagué. ¿Cómo puedo ser tan tonto de no ver dónde coloco mis pies para caminar? Había empapado a Jackie completamente. Me puse nervioso al verla así, fue un error tan infantil, incluso podía sentir mis mejillas tornarse de color rojo por la vergüenza que tenía en el momento.
Y rompió el silencio del momento incómodo con una buena risa, haciendo que yo también riera.
- No te rías- respondí avergonzado, junto con una sonrisa de por medio.
- Te caíste muy gracioso- respondió ella de igual manera. Abriendo finalmente los ojos.
A lo que terminó la risa al vernos a solo centímetros el uno del otro. Mi mano continuó secando con uno de los pañuelos su rostro, bajando por su cuello y llegando a la clavícula. Nuestras respiraciones comenzaban a coordinarse y a sentirse un poco más agitadas y profundas. Ambos sabíamos de la tensión que estábamos viviendo en estos momentos, pero ninguno decidía decir o hacer nada al respecto.
La miré nuevamente a los ojos, porque como siempre, su mirada podía decirme muchas cosas, podía hablarme y hacerme entender lo que estaba pasando por su mente en estos momentos. Lentamente bajé mi mirada para ver su torso mojado, la camisa del uniforme comenzaba a trasparentarse por el agua, dejando en evidencia el color del brasier que traía. Mis impulsos más cavernícolas estaban a punto de salir, pero no iba a permitir que algo como esto interrumpa este momento que no tenía con Jackie desde hace mucho. Quería que no sea algo carnal, quería que fuera más profundo que eso.
- Ya es demasiado tarde- dije, intentando romper este momento, para no cagarla de nuevo.
- Tienes razón- dijo ella nerviosa, mientras se colocaba su suéter y tomaba sus cosas de mi escritorio.
- Puedo acompañarte a casa- dije
- Así está bien- dijo ella pero esta vez no volteó a verme en lo absoluto.
- Las cosas deben hacerse bien Jackie- supe que debía darle una explicación de todo esto. No quería presionarla a nada.
- Gracias por la ayuda- respondió ella con una sonrisa, saliendo de mi habitación y luego de mi casa.
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OLVIDEMOS APARIENCIAS
Teen FictionMentiría si digo no amar el físico, porque es lo primero en lo que se enamora mi corazón. No entiendo qué logró hacer conmigo para tenerme a sus pies, somos completamente diferentes. Ella no pertenece a mi mundo, pero su hermana sí. ¿Acaso te impor...