Mentiría si digo no amar el físico, porque es lo primero en lo que se enamora mi corazón. No entiendo qué logró hacer conmigo para tenerme a sus pies, somos completamente diferentes. Ella no pertenece a mi mundo, pero su hermana sí.
¿Acaso te impor...
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Espero que te guste cómo va la historia, no te olvides de apoyar los capítulos, un abrazo <3
01/08/23
Narra Jackie
- ¿Fue por él?- preguntó Mateo una vez dentro de su casa.
- Sí- dije limpiando mis lágrimas- lamento que hayas visto eso.
- No debes llorar por un patán como él- me abrazó. Y era algo que necesitaba desde hace mucho, abrazar a alguien de corazón y que no sintiera que fuera de una manera hipócrita aquel abrazo hacía de este uno especial.
- Gracias por ayudarme- dije en medio del abrazo, hasta que sonó lo que suponía que era el sonido de mi celular. De seguro era mi madre con otra de sus charlas, pero no, era un mensaje de texto.
"Pasaremos el fin de semana Julio, Nelly y yo fuera de la ciudad. Como no estabas en casa no supimos cómo decírtelo, dejo la cena en el refrigerador".
- ¿Todo bien?- preguntó Mateo al ver las 500 llamadas perdidas y el mensaje de mi madre.
- Todo bien- dije apagando el mismo y regresando mi vista hacia la de él- ¿tienes algo que hacer hoy?- me atreví a preguntarle.
- No mucho, ¿qué tienes en mente?- dijo con una sonrisa.
- ¿Te gusta la pizza?- pregunté mientras planeaba algo en mi mente- así podré remediar un poco lo que te he causado.
- No tienes que hacerlo. Lo hago porque me agradaste desde el primer momento en el que te vi- sonrió al verme, a lo que yo respondí con una mirada seria, levantando una de mis cejas porque no aceptaría un no por respuesta- Esta bien, tu ganas- rió Mateo al ver mi rostro- me gustan mucho los champiñones- sonrió- y yo conozco el lugar perfecto para comer una pizza.
(***)
- ¿Qué es todo esto?- pregunté al ver que entrábamos a un edificio abandonado al otro lado de la ciudad.
- Solía venir aquí cuando tenía problemas en mente, me gustaba mucho gritar desde la azotea ya que nadie lo escucha- dijo ahora dejando sus cosas en el suelo de la azotea mientras se observaba toda la ciudad a lo lejos- vivía cerca de aquí, entonces se puede decir que es mi lugar seguro.
- ¿Gritar?- dije en burla, rompiendo el silencio que estaba empezando a formarse.
- Cuando tienes tantas cosas dentro de ti no hay mejor manera que gritar al viento y sacarlo, es la única manera de sentirte como nueva, inténtalo- dijo ahora sonriendo hacia el horizonte, donde se podía observar la puesta de sol perfecta.
- ¿Solo gritas y ya?- dije con una sonrisa al escuchar lo descabellada que sonaba aquella idea.
- Haz lo que salga de tu corazón- respondió abriendo la caja de pizza que compramos de camino hacia acá.
