Mentiría si digo no amar el físico, porque es lo primero en lo que se enamora mi corazón. No entiendo qué logró hacer conmigo para tenerme a sus pies, somos completamente diferentes. Ella no pertenece a mi mundo, pero su hermana sí.
¿Acaso te impor...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Este capítulo ya se encuentra editado. Si te gustó, no te olvides de votar en la estrellita. Me inspiré en una parte a un vídeo que encontré por ahí, espero que te guste mucho.
02/08/23
Narra Jackie
- ¿Qué es esto?- pregunté encontrando una pequeña caja de cerillos junto un pequeño lápiz viejo.
- Es la caja de cerillos en la que tu abuelo me pidió mi número de teléfono, junto con el lápiz con el que lo escribí- dijo sonriente mientras tomaba aquella caja con sus manos.
- ¿La sigues guardando?- pregunté impresionada
- El siempre la tuvo, cuando falleció, la encontré en uno de sus pañuelos favoritos, como si quisiera cuidar de que nada le suceda.
La miré, traía su mirada brillosa al ver la pequeña caja de cerillos. Era impresionante cómo a pesar de que pasen muchos años, el sentimiento no ha muerto.
- Ven- me guió hasta un lado de su cama- tengo que contarte algo, para que cambies tus expectativas en el amor.
La miré extrañada, y es porque yo nunca había tenido alguna "expectativa" en el amor. Simplemente dejaba que mi corazón haga su trabajo (a pesar de que no lo estaba haciendo tan bien).
- Conocí a tu abuelo cuando tenía 21 años, para la época ya éramos demasiado grandes. Él no buscaba enamorarse y yo no estaba interesada en ningún romance. Nos conocimos en una función de cine que pasaban en el teatro de la ciudad- suspiró- uno de sus amigos salía con una de mis amigas, hasta que nos conocimos.
La miraba, con su mirada perdidamente enamorada y su sonrisa que delataba el sentimiento ardiente de amor.
- Se acercó a mí y me pidió mi número. Después de eso, no dejó que ni un solo día camine sola de regreso a casa, a pesar de que el se encontrara cansado de estudiar y trabajar. Todos los días me recordaba lo mucho que me amaba y de lo afortunado que era al encontrarme, al tenerme en su vida. Yo jamás esperé enamorarme así, pero el fue construyendo un camino firme entre los dos para tener un futuro juntos.
- ¿Llevaron mucho tiempo siento novios?- pregunté.
- Ni si quiera éramos novios querida, el era mi amigo. Intentó cumplir con muchas de las normas que mi madre la impuso antes de salir conmigo, como es el hecho de tener un trabajo realmente estable, de poder comprar una casa para ambos, de tener su propio auto e incluso poder tener el dinero suficiente para sustentar nuestro hogar. Porque mi madre no creía en novios, creía en el matrimonio que para ella, era la única señal de amor.
- Entonces se casaron sin ser novios- dije algo obvia- pero, ¿no te incomodó eso?
- Cuando amas a alguien aceptas todos los obstáculos que te pone la vida, como cuando el trabajaba tres horas lejos de donde vivía, y aún así, caminaba todos los días hasta mi casa, para dejarme en la puerta de mi trabajo sana y salva.
La miré perpleja, porque no sabía hasta dónde podía llegar el amor, hasta qué punto podías llegar a ser locuras por el sentimiento.
- Recuerdo claramente un día, que le mencioné que mis frutas favoritas son las naranjas- rió por lo bajo recordando- llegó con una bolsa llena de ellas, y él lleno de ramas y hojas. Porque él mismo las había recogido para traérmelas. ¿El problema? Que solo había una casa en toda la ciudad en la que creció aquel árbol de naranjas, y la dueña del árbol no dejaba que nadie se acercara, ni tomara una. El arriesgo su vida y unos cuántos insultos solo por verme feliz.
Se acomodó más cerca de mí, para tomar de mi cabello y colocarlo tras mi oreja.
- Nunca esperes menos de alguien que dice amarte. Porque quien realmente te ama, te llevará hasta la luna, solo por verte feliz.
Y esa frase se tatuó en mi mente.
(***)
- ¿Quieres saber algo de él?- preguntó al otro lado de la línea Fer. Lo pensé dos veces antes de responder, porque no sabía si quería que mi mente siguiera al rededor de su imagen o de lo que siento o conozco de él.
- No, el terminamos todo de raíz con él- respondí con mi corazón estrujado. Pero era verdad. No iba a seguir lamentándome ni teniéndolo presente siempre que lo nombren.
- Está bien Jackie, no sabrás nada más de él- respondió Fer feliz.
- Además, creo que tu debías decirme algo sobre ti- dije feliz al otro lado de la línea, porque esa era la verdadera razón de la llamada.
- Es verdad- dijo entusiasmada- pues, el gemelo Manuel, de aquella fiesta en la que te obligué a salir con su hermano, ¿recuerdas?- asentí con desagrado al otro lado de la línea al recordar cómo el hermano de Manuel, Miguel me dejaba plantada y me cambiaba por otra chica- pues oficialmente somos novios- gritó al otro lado de la línea con emoción.
Quedé perpleja al escucharla, pero no era por desagrado, sino que, finalmente están juntos. Llevan saliendo mucho tiempo, y se notaba que ambos tenían química, solo que ninguno de los dos hubiese tenido las agallas de tomar la iniciativa para iniciar la relación. Era como si su ego no permitiera que el otro no diera el primer paso.
- ¡Debes contarme todo!- dije emocionada.
(***)
Narra James
La amiga de Jackie, Fernanda. Me observó cerca al jefe en uno de los trabajos que estábamos realizando. El se encargaba de contar dinero mientras yo movía la mercancía de una camioneta a la otra, estábamos en uno de los sectores donde vive la gente con dinero, por lo que, no teníamos miedo de que la policía nos encuentre allí.
Me miró cómo tenía la pistola en el borde de mi pantalón, e incluso hizo una cara de desprecio al verme.
Tarde o temprano Jackie se enteraría de todo esto, de toda la mierda en la que estoy hundido, pero eso nos ayudará, a mantenernos completamente alejados el uno del otro. A que ella no se meta en mi mundo, ni yo a romper el de ella.