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24/03/2023
Narra Jackie
He pasado la peor semana de toda mi vida. A escondidas de mis padres y hermana he ido al médico para hacerme exámenes por enfermedades de transmisión sexual y para embarazo. Debo seguir yendo en un mes más para descartar todo, ha sido horrible la manera en la que me miraban con lástima los doctores que me atendieron.
Ha sido difícil conseguir las citas médicas siendo menor de edad, y mucho más intentando descartar todo tipo de problema por lo que acababa de vivir. Varios médicos se ofrecieron a dar un informe policial a la estación de policía, pero he decidido que no lo hagan. No quiero tener nada que ver con ver el rostro de las personas que me tocaron y violaron. Prefiero vivir mi vida sin tener que recordar un segundo más lo que había sucedido.
Perdí comunicación completamente con Mateo. No sé qué sucedió con él después de ese día, y si fue por seguir en aquella vida de mierda que traía, pues está bien para mí. Ya no quiero saber nada de un hombre o de una persona que se me acerque, porque siempre vienen con cosas malas de por sí. Estoy mejor sola, un poco triste por no tener a nadie a mi lado, pero es mejor.
"¿Puedes salir un momento por favor? "
- Mateo
Vibró mi celular. Lo miré algo atónita, así que me acerqué a la ventana de mi habitación, para ver si se refería a que estaba afuera de mi casa, y sí, se encontraba con una gorra y un suéter grueso.
- ¿Qué deseas?- abrí la puerta de mi hogar agotada. No quería más.
- ¿Es verdad todo lo que te hicieron?- preguntó sin verme a los ojos.
- ¿Eso de qué manera cambiaría esto?- pregunté indignada.
- Lamento no decirte todo esto desde el principio. Jamás había querido lastimarte de esta manera, si es verdad todo lo que me dijeron, pues quiero que sepas que cada uno de los responsables ha pagado.
- ¿Qué esperas de mí ahora Mateo?
- Que me disculpes. Comprendí de la peor manera que no eres la persona con quien debería estar por la manera en la que podían hacerte daño fácilmente.
- ¿Entonces es mi culpa?- bufé molesta, no podía creer que esas palabras estaban saliendo de su boca.
- No puedes ser la persona con quien comparta mi vida, porque estaría en cada momento en el que me meta más a este mundo. Jackie no lo malinterpretes pero no podrías llegar a ser ella.
- Lo entiendo completamente Mateo- tomé de mi mano aquel anillo que me ofreció unos días atrás y se lo lancé al rostro- lo nuestro jamás sucedió ni jamás nos conocimos- dije por última vez. No salían lágrimas de mí, era como si estuviera tan rota por dentro que no podía producir más lágrimas, a pesar de lo mal que la estaba pasando.
Entré nuevamente a mi hogar, resbalando por la puerta hasta caer en el suelo. Mi cabeza no dejaba de dar vueltas, y era increíble que mi corazón estuviese latiendo a mil por hora, porque se me ocurrió ir a la casa de James y terminar lo nuestro también de una vez por todas. Era algo que necesitaba decirle, necesitaba cortar de raíz el sentimiento que tenía, al pensar que muy dentro de mí tenía la esperanza de arreglar todo mi mundo y finalmente estar con él.
Tomé las fuerzas necesarias para levantarme y cumplir con mi último plan, antes de alejarme completamente de este mundo. Mientras caminaba por la acera comenzó a llover levemente, supe que el día también estaba consciente de que dejaría a la Jackie inocente con el corazón puro que amaba a James en esta tarde.
"¿Podemos hablar? Estoy afuera de tu casa."
- Jackie.
Escribí en mi celular, esperando una respuesta, a lo que una puerta abriéndose me la dio. James salió con su torso descubierto, unos pantalones para hacer ejercicio, descalzo, cabello despeinado y con su mirada vacía.
- Entra- abrió más la puerta por su lado, dejándome entrar- podemos hablar en mi habitación. Lo seguí conociendo el lugar de memoria.
Narra James
Al ver ese mensaje en mi celular mi corazón latió de una manera increíble, como si quisiera escapar de mi pecho, y mis piernas correr de inmediato a la puerta de mi casa, para verla. Caminé lo más rápido que pude y la encontré allí.
- ¿Te encuentras bien?- pregunté al verla con sus ojos hinchados.
- ¿Haz estado bebiendo?- respondió ella al observar por toda mi habitación botellas de vodka y tequila barato.
Es verdad, desde la última vez que la vi, no he dejado este vicio. Intento dejar de sentir el dolor en el pecho al recordar cómo estaba en el piso de aquella habitación, débil y con marcas por todo el cuerpo. Me lastimaba de una manera impresionante aquella imagen en mi mente. Comía mi cerebro por completo, e incluso me llenaba de impotencia recordarlo, porque sabía que pude haber detenido todo esto si desde un principio hacía las cosas bien con ella. Jamás se hubiese acercado a aquel sujeto.
- No hay otra manera en la que pueda sacar la imagen de encontrarte en ese lugar de mi cabeza- dije sinceramente.
- ¿Puedo?- preguntó ignorando mi respuesta. Mientras señalaba una de las botellas de mi mesa de noche.
- No te lastimes como yo- respondí arrebatándole la botella de la mano.
- Quiero tener las agallas para decirte algo, pero no lo consigo- dijo ahora.
- ¿Qué te tormenta tanto Jackie?- me acerqué a tomarla de su rostro.
- Terminar con todo esto de una vez por todas. Ya no quiero tener nada que ver contigo James, no quiero verte, no quiero hablarte, no quiero tener tan si quiera una imagen tuya en mi cabeza. Quiero enterrar todo lo que sucedió y darle una oportunidad a la Jackie adolescente de vivir su vida de adolescente- dijo finalmente.
Tomé una bocanada de aire y supe que era verdad todo lo que decía. Era necesario que me aleje de ella de una vez por todas.
- Lamento ser una mierda contigo. Lamento jugar con todo lo que tanto amabas- salieron las lágrimas que estuve conteniendo dentro de mí finalmente- no sabes cuánto lamento haberte hecho esto, quisiera volver el tiempo para evitar tan si quiera acercarme a ti, porque no mereces todo esto- limpié mi rostro con mi muñeca- si crees que es mejor enterrar todo esto entre los dos, lo acepto Jackie, acepto pasar por todo esto porque merezco lo peor, por haberte causado tanto dolor.
- Solo vine por eso- respondió ella.
- Y por último, lo que pasó aquel día que estuve en tu casa, no era yo. No era yo quien manejaba mis acciones ni mis palabras, lamento de corazón que me hayas visto en aquel estado, porque no era yo- dije recordando el ataque de ansiedad que presencié aquel día.
- Gracias por disculparte James- respondió ella, dándome un abrazo corto y luego abrir la puerta de mi habitación, intentando salir de allí.
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OLVIDEMOS APARIENCIAS
Novela JuvenilMentiría si digo no amar el físico, porque es lo primero en lo que se enamora mi corazón. No entiendo qué logró hacer conmigo para tenerme a sus pies, somos completamente diferentes. Ella no pertenece a mi mundo, pero su hermana sí. ¿Acaso te impor...