Gracias por acompañarme un capítulo más, espero que te guste, cuídate <3.
16/03/2022
Narra Jackie
Perdí la carta que Leo me había dado, por lo que no tuve más remedio que explicarle y pedirle que me dijera lo que decía aquella carta a mí. No me sentía la mejor de las personas al hacerle esto, por que sé que aquella carta llevaba una parte de su corazón y que debía leerla, sin embargo, no estoy segura en qué momento se me llegó a perder.
(***)
Ha pasado ya un mes desde que Leo me entregó la carta y me explicó todo lo que estaba sintiendo por mí. Era le momento perfecto para intentar abrir mi corazón por alguien más que no sea James. También, desde aquel incidente en el autobús, decidió no acercarse más a mí.
Me sentía tranquila finalmente con mi vida y con las personas que me rodean, he empezado a conocer a personas nuevas, o a tener más amistades, junto de la mano de Leo. Se puede decir que somos novios actualmente, conociendo que el amor de colegio no iba a durar por siempre, sin embargo, hacemos lo posible para intentar hacer que dure.
Me hace sentir segura, feliz, querida, e incluso puedo asegurar que es la persona que tanto he estado esperando.
-Ya vuelvo, iré por una botella de agua- me dijo Leo, dándome un corto beso en la mejilla.
Estábamos viendo el entrenamiento de los chicos de soccer, Leo forma parte del equipo, sin embargo, se encontraba lesionado y no podía practicar por un mes. Lo acompañaba a los entrenamientos a pesar que no practicaba, pero el entrenador solicitó que asista todas las prácticas para que aprenda sus jugadas y por si llegan a necesitarlo de emergencia.
El cielo comenzó a nublarse, y era de esperarse por la época del año en la que estábamos. Me levanté de las gradas que utilizaba el instituto para observar los partidos de soccer, tomé las cosas de Leo y las mías, para buscarlo y regresar al salón, y poder irnos de aquí por ser hora de salida.
-¡Hey tu!- me gritaron a mis espaldas. Regresé la vista, encontrándome con una chica morena, un delineado bien realizado y un cuerpo envidiable, se acercaba a mí molesta, con puños en sus manos, sabiendo que lo que se me venía no iba a ser agradable.
-¿Te conozco?- dije algo firme, para evitar que se note mi nerviosismo interno.
-¿Te gustaría?- dijo sarcástica, con su ceño fruncido y esta vez amenazándome cara a cara.
-Déjame en paz- seguí con mi camino, para sentir sus uñas agarrando mi brazo por un costado y regresando a mi posición anterior.
-¿Qué quieres?- dije soltándome de su agarre.
-Aléjate de Leo, estás lastimando a Carly- amenazó nuevamente.
-¿Y eso qué?- respondí sarcástica, de igual manera a lo que realizó anteriormente ella.
-Mira gordita, no quiero que te le acerques y punto. ¿Acaso te sientes feliz siendo una puta?- sonrió al decir lo último.
No supe responder, no quería más problemas en mi vida. Por que cada vez que siento que todo iba a estar normal y en paz viendo una cosa para derribar todo.
-¿Qué pasó?- se acercó Leo corriendo al ver cómo aquella chica me empujó, haciendo que cayera sentada y alejándose de allí.
-No quiere que estemos juntos- entregué sus cosas.
-No hagas caso, ella no es nadie para impedirlo- dijo abrazándome.
-Es por parte de Carly- respondí en aquel abrazo.
-Lamento haberte dejado sola, no voy a permitir que te hagan algo malo- me abrazó más fuerte, transmitiéndome la seguridad que necesitaba en esos momentos. Al fin puedo decir que tengo a alguien que me acompañe y me abrace ante problemas de este estilo.
Me sentía segura junto a él.
Caminamos tomados de la mano a mi autobús, esta vez sabía que el tenerlo cerca no iba a estar fácil, tras aquella amenaza sabía que esas chicas vendrían con todo contra mí.
Me despedí de Leo con un beso corto y me subí al autobús.
-Si Marta te amenazó, es mejor que tengas cuidado- se acercó a mi asiento Carly y decírmelo en un torno burlesco junto con una sonrisa de victoria.
-No me jodas- dije regresando la vista al frente, mientras me colocaba mis audífonos, meditando si el seguir junto a Leo iba a ser la mejor decisión que tomé.
La impotencia de no poder reaccionar como yo quería por no tener problemas o por no tener que decirle a mi madre que acuda al instituto me hacían reprimir todos los esfuerzos para defenderme. Mi madre ya no es la misma conmigo desde aquel incidente y el decirle que me encuentro en problemas hacía que evite constantemente en hablar con ella y evitar gritos o insultos por su parte.
Estaba harta de absolutamente todo.
Mi único reflejo fue llorar de la indignación, desesperación y agobio ante toda la mierda que vivo y no dejaré de vivir en un buen rato.
-¿Te sientes bien?- alguien me retiró uno de mis audífonos para sentarse a mi lado.
La única persona que ha tenido el atrevimiento de retirarme uno de mis audífonos para acercarse a mí era James, y estaba en lo correcto, James estaba a mi lado.
-Sí- tomé de su mano mi audífono y decidí ignorarlo como lo he estado haciendo todo este tiempo.
Sin decirme nada, tomó de su maleta un paquete de pañuelos desechables y me lo colocó en las piernas. ¿Qué quiere de mí ahora?
-No gracias- tomé el paquete y se lo quise devolver.
Tomó nuevamente mi mano y la dejó sobre mi pierna, colocando los pañuelos sobre mí. Lo miré sin interés, mientras tomaba sus cosas y se levantaba del asiento que se encontraba a mi lado, dirigiéndose a otro, dejándome sola con aquel paquete de pañuelos.
Lo abrí, percibiendo el olor masculino que emanaban los mismos y me limpié las lágrimas que recorrían mis mejillas junto con un poco de poco que escurría por mi nariz.
No quería nada de James, Carly, Nelly, Leo, mi madre.
No quería nada de nadie, solo un momento de paz.
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OLVIDEMOS APARIENCIAS
Fiksi RemajaMentiría si digo no amar el físico, porque es lo primero en lo que se enamora mi corazón. No entiendo qué logró hacer conmigo para tenerme a sus pies, somos completamente diferentes. Ella no pertenece a mi mundo, pero su hermana sí. ¿Acaso te impor...