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02/08/23
>>Maratón (2/4)<<
Narra Jackie
Solo me quedaba una semana más con Graciela. Todo este tiempo me permitió conocerme y conocer a la Jackie que estaba perdida, ahora no hay nada que pueda llegar a romper esta fuerte confianza que me tengo.
Caminé a la habitación de Graciela, como todos los días lo hacía, para desearle una buena noche y luego dirigirme a la mía, pero esta vez me daría una bofetada de realidad, de que no siempre todo es perfecto.
- Gr... ¿Graciela?- pregunté al verla con los ojos abiertos, mientras tenía en su mano el pañuelo favorito de mi abuelo, junto con la caja de cerillos que había encontrado aquella vez.
Me acerqué despacio con lágrimas en mis ojos hacia donde estaba ella.
(***)
- No puede estar muerta- dije desesperada en la lluvia, mientras entraban los paramédicos que llamé hace poco.
- ¿Cómo te llamas?- me preguntó uno de los sujetos que venían en la ambulancia.
- Yo estaba con ella toda la tarde, se tomó sus medicamentos, y todo estaba bien- repetía constantemente, porque sabía que no había hecho nada mal ahora.
- Necesito que te tranquilices un poco- intentaba calmarme el sujeto.
- ¡Es mamá Graciela!- le grité en su rostro, para luego romperme en lágrimas.
Comenzó a sonar de fondo, en mi corazón y cabeza aquella canción que le encantaba cantar mientras arreglaba las cosas que le recordaban a mi abuelo y que siempre me había gustado. La manera en la que ella cantaba con dulzura o cómo movía sus manos al ritmo de la canción.
(***)
Han pasado ya 5 años después de la partida de mi Graciela. Desde que no está aquí, un vacío quedó en mi corazón, que he intentado llenar con muchas cosas, desde hobbies, hasta la universidad.
La psicología jurídica ha llamado mi atención desde que visité el campus de la universidad en la ciudad. Tuve que regresar a casa después de encargarme de todos los trámites de la defunción de Graciela. En su testamento, dejó su propiedad y una cuenta de ahorros al nombre de Nelly y de mí. No sabía qué tan grande podía llegar a ser su corazón, como para dejarnos lo poco que tenía, a nosotras.
Estoy en mi último año de carrera, en la que ahora estoy encargada de ayudar a la policía a descifrar los perfiles de los criminales más buscados actualmente. Me gusta saber que puedo ayudar únicamente descifrando qué puede tener en mente aquella persona.
- Esto te llegó- entró mi madre a mi habitación y me entregó una invitación.
La abrí rápidamente, para notar que era la invitación de la boda de Nelly. Nelly se casaría finalmente con la persona que la ha hecho feliz desde el momento que conoció, Andrés. Desde que son novios decidieron irse a vivir juntos, por lo que, no la he visto mucho en estos cinco años, a pesar de que, seguimos manteniendo contacto de vez en cuando.
James ya no vive en esta ciudad, al regresar tras la muerte de Graciela, al último año de instituto, nos dimos cuenta que ya no vivían cerca de casa, ni que estudiaban en el mismo instituto. Simplemente desapareció toda la familia Vera. Actualmente, están demoliendo aquella casa, ayudándome a cerrar finalmente un capítulo de recuerdos que me traía esta ciudad.
- ¿Deseas ser mi dama de honor?- decía una pequeña nota atrás de la invitación.
(***)
- Debes realizar un viaje exprés a Miami, allí se encuentra todo el equipo que busca a "Jota Jota"- me dijo mi profesor de criminalística. Alias Jota Jota era quien estábamos buscando, siguiendo sus huellas y finalmente terminar con toda la dinastía de un imperio de drogas y de ilegalidades a formado.
- No hay problema- respondí.
Salí del salón, en búsqueda entre mis contactos a Nelly para informarle que llegaré el mismo día de su boda a la ciudad, y que posiblemente llegue unos minutos tarde a la ceremonia, pero que haría todo lo posible para llegar.
(***)
Narra James
La policía no ha hecho mucho por encontrarme, siempre me dejan cruzar por fronteras o caminar libremente en aeropuertos, sabiendo que ya tienen identificado mi rostro, pero sin pruebas a mi nombre. Soy "Jota Jota", utilizando ese seudónimo por Jackie, quien no ha salido de mi cabeza en todos estos años, ella siempre será la primera en mi vida.
Esta vez tendría que llegar a Miami para vigilar la mercancía que llegaba desde Tailandia. Era fácil pasar la droga entre paquetes de ropa, o de juguetes para niños, solo que esta vez, llegaría uno de los encargos más grandes que hemos realizado en todo este tiempo.
Soy el jefe oficial de mi propio imperio.
Hace tres años, en una lucha entre bandas mataron al jefe, dejándome a cargo de todo el negocio, ya que al ser su mano derecha, todas las personas que trabajaban para él, ahora confiaban únicamente en mí.
Al pisar el aeropuerto supe de inmediato que mi destino estaba contado desde este momento. Comenzó a acelerarse mi corazón y mi pecho a hiperventilar, era una reacción como si no quisiera encontrarme allí, o aquella sensación de que algo pasaría, y no sería tan bueno que digamos.
Caminé sin llamar la atención hacia la sala de espera, donde podría meditar un poco y enfocarme en mí mismo, porque la mercancía que llegaría ahora no iba a ser tan fácil de pasar, solo rogaba que no sea la responsable de tumbar mi negocio.
- Huele a ella- reaccioné al cruzar entre una multitud de personas que caminaban en dirección contraria hacia mi. Sin poder encontrar su rostro o a ella, supe que Jackie estaba aquí. Su peculiar olor dulce, y un indescriptible olor de su perfume, el que siempre pedía a mis seres superiores, que me dejen olerlo una vez más.
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OLVIDEMOS APARIENCIAS
Fiksi RemajaMentiría si digo no amar el físico, porque es lo primero en lo que se enamora mi corazón. No entiendo qué logró hacer conmigo para tenerme a sus pies, somos completamente diferentes. Ella no pertenece a mi mundo, pero su hermana sí. ¿Acaso te impor...